Entre Veredas Marco Antonio Lizárraga “Hay algo más importante que la lógica: es la imaginación”, Alfred Hitchcock EL HECHO El proce...
Entre Veredas
Marco Antonio Lizárraga
“Hay algo más importante que la
lógica: es la imaginación”, Alfred Hitchcock
EL HECHO
El proceso de desafuero contra
Gerardo Vargas Landeros, alcalde de Ahome, ha dejado de ser una amenaza futura
para convertirse en un hecho consumado en el plano político.
Los movimientos de los últimos
días así lo confirman: su salida del escenario público ya estaría siendo
organizada desde los más altos niveles de gobierno.
La acusación en su contra —que
debe entenderse como parte de un proceso legal donde prevalece la presunción de
inocencia— gira en torno a la adquisición irregular de 120 patrullas
municipales mediante un contrato de arrendamiento por 176 millones de pesos,
con sobreprecios señalados de hasta el 200% y sin licitación pública.
Esta operación fue observada por
la Auditoría Superior del Estado (ASE) y escaló rápidamente a la Fiscalía
General del Estado, que a su vez notificó al Congreso local. El pleno votó de
forma unánime por proceder con el desafuero.
Pero lo más revelador es el
contexto: trascendió que el viernes pasado, mientras Vargas Landeros sostenía
una reunión en la Ciudad de México con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo,
ese mismo día se ingresó la solicitud formal de desafuero al Congreso de
Sinaloa.
Un hecho que sugiere que desde el
más alto nivel federal habría existido el aval político para avanzar en el
proceso.
A estas alturas, el acuerdo
político parece estar definido: la diputada federal Ana Elizabeth Ayala Leyva
sería la alcaldesa sustituta una vez que concluyan los procedimientos legales.
La estructura de poder en Sinaloa
ya estaría preparando el relevo, lo que indica que el rumbo institucional ya
está trazado.
El Congreso del Estado ha
notificado oficialmente al Ayuntamiento de Ahome sobre la decisión del
desafuero, paso indispensable para iniciar el proceso de sustitución y asegurar
la continuidad administrativa del municipio.
Citando un lugar visible de la
puerta de entrada de la Presidencia Municipal de Ahome, el Congreso del Estado,
a través del Diputado Rodolfo Valenzuela Sánchez, notificó este lunes 28 de
abril, alrededor de las 16:45 horas, al Alcalde, Gerardo Octavio Vargas
Landeros, que deberá estar presente el martes 29 de abril a las 8:00 horas,
para llevar a cabo la notificación del oficio de fecha 28 de abril del
presente, en donde se determinó iniciar el procedimiento de desafuero en su
contra.
Dicho documento, emitido por la
presidenta del Congreso del Estado de Sinaloa, Yeraldine Bonilla Valverde, se
da en cumplimiento a lo dispuesto por los artículos 39 y 94 de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Sinaloa, y 82,
fracción I, del Código Nacional de Procedimientos Penales.
Habría que señalar que el origen
del procedimiento es resultado de la revisión hecha por la Auditoría Superior
del Estado al arrendamiento de 126 patrullas, con una inversión de 171 millones
451 mil 932 pesos, por adjudicación directa a la empresa Grinleasing, SAPI de
C. V., lo que constituyó una violación a la Ley de Adquisiciones del Estado de
Sinaloa.
La defensa “hasta las últimas
consecuencias” que ha proclamado el alcalde debe entenderse como parte de su
derecho a la legítima defensa. Gerardo Vargas Landeros mantiene su calidad de
presunto responsable y, por tanto, goza del principio de presunción de
inocencia hasta que no se emita una resolución judicial definitiva.
Sin embargo, en el terreno
político, sus declaraciones son vistas como una estrategia de resistencia que
difícilmente cambiará la correlación de fuerzas.
El desenlace, más allá del juicio
legal, representa una fractura profunda en su proyecto político de largo plazo.
El desafuero no solo pone fin a
su mandato como alcalde, sino que sepulta sus aspiraciones de contender por la
gubernatura de Sinaloa en 2027, un objetivo que venía construyendo desde hace
más de una década.
La crónica del final está
escrita. Lo que sigue ahora es simplemente el cumplimiento de los tiempos
legales y la definición judicial de su situación.
Ya veremos en que para esto…
EL DEDO EN LA LLAGA
La política, dicen, es el arte de
lo posible, pero también es el espejo más fiel de las tensiones internas. Este
lunes, trascendió la renuncia de Merary Villegas Sánchez a la presidencia del
Comité Ejecutivo Estatal de Morena en Sinaloa, en un movimiento que, aunque
esperado por algunos, revela grietas más profundas en la estructura del partido
guinda.
Villegas Sánchez, quien había
dejado su curul en la Cámara de Diputados para dirigir los destinos de Morena
en el estado en julio de 2022, vuelve ahora al Poder Legislativo. Esta
decisión, que aún no se hace oficial pero que ha sido confirmada por fuentes de
Morena a nivel nacional, no obedece a una estrategia electoral ni a un acuerdo
pactado: es, a todas luces, consecuencia de diferencias irreconciliables con su
suplente Danisa Magdalena Flores Ojeda.
Este tipo de desencuentros no son
menores ni deben tomarse a la ligera. Morena, un partido que ha presumido de
unidad en la narrativa pública, enfrenta aquí un caso evidente de fractura
interna en Sinaloa, justo en un momento en que se requiere cohesión para
sostener y ampliar su poder político.
El regreso de Merary a San Lázaro
implica más que una decisión personal. Representa un deslinde frente a una
dirigencia que, al menos en lo interno, parece no haber logrado consolidar
consensos. Además, deja en el aire la interrogante de quién tomará las riendas
del partido en Sinaloa, y si quien llegue podrá coser las diferencias
existentes o si, por el contrario, estas heridas se profundizarán de cara a los
nuevos retos políticos.
Cabe recordar que Villegas no es
una figura menor. Su elección como dirigente estatal fue vista como un
espaldarazo de la dirigencia nacional, y su papel fue clave durante las
elecciones de 2024 para mantener la presencia de Morena en el estado. Su salida,
en cualquier circunstancia, es significativa; pero más aún cuando se da por
conflictos internos.
Así, mientras en lo público se
predica unidad, en lo interno la historia es distinta. Morena Sinaloa tendrá
que demostrar si tiene la madurez política para sortear este episodio sin
mayores costos. De lo contrario, corre el riesgo de que la división se convierta
en la antesala de su debilitamiento.
¿Será este un simple reacomodo o
el inicio de un conflicto mayor? Las próximas horas serán clave para conocer no
solo los nombres, sino también las intenciones detrás de los nuevos
movimientos.