Sobre el camino Benjamín Bojórquez Olea. La política une y separa, pero también es mesura, tacto y práctica continua, deseo y satisfacción...
Sobre el camino
Benjamín Bojórquez Olea.
La política une y separa, pero también es mesura, tacto y práctica continua, deseo y satisfacción. Tras su paso por la gubernatura de Sinaloa, la embajada de España será su nueva morada. En los comicios intermedios del mandato de Miguel de la Madrid, resonó por todo el país la consigna esgrimida por el Partido Acción Nacional: “vota por la nueva mayoría”, lema que, ciertamente, se ajustaba a la tendencia histórica imperante en el momento. La nacionalización de la banca decretada por José López Portillo el 1 de septiembre de 1982 fracturó los equilibrios internos de la vida institucional del país, motivo por el que muchas inconformidades sociales se encauzaron por medio del PAN, coincidiendo ello con el fenómeno desplegado en el planeta entero durante los años ochenta a partir del ascenso al poder de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, y conocido por la prensa internacional bajo el nombre emblemático de la “Revolución Conservadora”. Al escribirse la historia de esos momentos, una vez que los documentos secretos de varios países sean desclasificados en su totalidad, resultará del todo evidente que la “ola azul” iniciada entonces, habría seguido de manera por demás puntual los manuales diseñados por la Fundación Nacional para la Democracia de los Estados Unidos para operar cambios suaves en regímenes que estorbaban a los intereses de los Estados Unidos. Tuve el gusto un poco antes de que fuera diputado federal tratar a Quirino Ordaz Coppel. Su padre, Quirino Ordaz Luna, fue alcalde de Mazatlán y se impuso frente a Humberto Rice, en tanto que el grupo que le era opositor, siguiendo los lineamientos para implementar “golpes suaves” esbozados por Gene Sharp, había aposentado un piquete en las cercanías del “Ángel de la Independencia”, en el que día y noche vociferaban con magnavoces: “fraude en Mazatlán, fraude en Culiacán”. Por aquellos años, Quirino fungía como parte del equipo de asesores del gobernador Alfredo del Mazo. Lo cierto es que, pese al lamentable asesinato del periodista Javier Valdez la opinión general coincidía en que, tras sortear los vendavales que el referido suceso trajo consigo, la administración de Quirino Ordaz Coppel había reordenado la vida de la ciudad y del estado retornándolos a la tranquilidad pública y a la senda del progreso económico. Desde el trágico martes de carnaval de 1944 en Mazatlán, Sinaloa no había vivido un episodio de la envergadura del denominado “culiacanazo” del 17 de octubre de 2019. El gobierno a cargo de don Rodolfo T. Loaiza inició de manera por demás decidida el reparto agrario en la entidad, y Rubén Valdés “El Gitano”, el hombre que había hecho frente en no pocas ocasiones a los agraristas privó de la vida al coronel Loaiza el lunes 20 de febrero de 1944. Una vez que se había dado inicio al trágico “Carnaval de Mazatlán”, el gobernador se trasladó a la localidad desde Culiacán para presidir los festejos. La alegría desbordada de los lugareños lo había contagiado y decidió entonces trasladarse con su comitiva al “Patio Andaluz” del Hotel Belmar; ahí su reloj Elgin de oro se paró a las 2 de la mañana menos 10 de minutos del martes de carnaval. En las inmediaciones de la Plaza Rosales, en donde pocos días después del “culiacanazo” me detuve a adquirir las obras del dramaturgo Oscar Liera, la encargada de la librería universitaria manifestó de manera directa su angustia y zozobra por los hechos ocurridos, en esta ocasión, el desenlace trágico, no obstante, habría sido conjurado.
GOTITAS DE AGUA:
Lazcano, al referirse a Quirino Ordaz Luna, abuelo del actual gobernante, en su condición de regidor entonces del ayuntamiento de Mazatlán apunta a un eventual parentesco con el presidente Gustavo Díaz Ordaz sin asentarlo de manera definitiva como hecho preciso y contundente, situación que no deja de llamar la atención dado el hecho de que el expresidente fue el primer “embajador de España” tras la tragedia de la “Guerra Civil”; tampoco que, dado el paso efímero de don Gustavo por dicha encomienda el maestro, don José Gómez Gordoa haya sido, para todo efecto práctico, el primer embajador de México en España, hoy, a no dudarse, Quirino Ordaz Coppel desempeñará de manera valerosa y esforzada tal encomienda. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…