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Juan Manuel Partida Valdez
(Desde este modesto espacio, nuestra solidaridad plena para los periódicos Reforma y El Universal ante el presidente que los llama pasquines inmundos; viva la libertad de expresión, mueran las intolerancias dictatoriales).
Los principales partidos políticos con presencia en Sinaloa enfrentan numerosas divisiones y desbandadas, con excepción del PAS.
El Partido Sinaloense tiene en el maestro Héctor Melesio Cuén Ojeda un liderazgo reconocido por el resto de las organizaciones partidistas, y cuenta con una amplia militancia que es fiel y dispuesta para ir unidos en alianza o sin ella.
Por eso todos los partidos quieren una coalición con ellos, conscientes plenos de su fuerza.
En algunos casos la doble cara, con una mano conciliando y con la otra golpeando.
Por más que se nieguen a aceptarlo públicamente, tanto el PRI como el PAN sufrirán por los pocos o los muchos que se les vayan a Morena y al Movimiento Ciudadano.
En el partido del presidente, el canibalismo ha dado muestras sobradas de las confrontaciones internas y no serán pocos los que simulen seguir y apoyar, por más que finjan unidad tras las decisiones del dedo mayor.
Respecto de la decisión que tomará Cuén Ojeda, encuentro en algunos de mis amigos y colegas un contraste rotundo en lo que me dicen saber o lo que de sus análisis resulta.
Unos en la tesis de que ya amarró alianza con el senador Rubén Rocha Moya, y otros en que puede ser cualquier cosa menos lo anterior: una suma opositora con el PRI, PAN, PRD más lo que se junte, o ir solos en caso de que no les ofrezcan lo que creen merecer.
Para quien esto escribe, la reiteración de que lo peor que el PAS y el resto de los partidos pueden hacer es sumarse con quienes a diario nos roban, nos mienten y nos traicionan.
Aplica sin excepciones y se incluye por supuesto al PRI, ante el reciente anuncio de que estarían listos para aliarse formalmente con el que sea, sin descartar a los morenistas.
Se va a saber.
Con otro detalle autoritario de López: las alianzas que hace su partido son buenas, y las otras no.
CUMPLIR O LARGARSE
Una de dos: el presidente municipal de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres miente con enorme descaro, o muchos de sus funcionarios se burlan a cada rato de sus instrucciones y hacen lo que se les pega la gana; ninguna alternativa resulta positiva.
Pareciera que lo único que le preocupa es una próxima candidatura a gobernador o a la reelección, y que en la desatención de sus responsabilidades como alcalde queda obligado luego a prometer, muy digno él, que corregirá lo que dejó de hacerse o se hizo mal.
Mientras permanezca en el cargo, el Químico tiene la obligación de estar al pendiente de todas sus responsabilidades y obligaciones.
Si le mortifica más una candidatura, que se vaya de una vez y le deje el lugar a alguien con más ganas de trabajar.
MORENA CONTRA MORENA
El gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, anunció una demanda contra la Comisión Federal de Electricidad como ser responsable por las inundaciones, y Manuel Bartlett replicó que “a mí me esa demanda me da risa” y que “hay gente que anda buscando a ver a quién le echa la culpa de sus torpezas”.
Un mandatario estatal de Morena acusando al gobierno federal de Morena como culpable por el desastre, en abierto desmentido a la posición de Andrés Manuel López Obrador de que todo fue culpa de la naturaleza con el clásico pretexto que llovió como nunca.
“Le abrieron de más a la presa”, insistió el gobernador tabasqueño al salir de palacio nacional tras reunirse con el presidente de la república, y no es la primera vez que se acusa de lo mismo a la CFE.
En la conferencia de prensa conjunta del sábado pasado, ante la pregunta que le hizo una periodista de si estaba feliz por su “venganza”, Bartlett Díaz respondió que todo lo que se hizo fue en acuerdo con su jefe el mesías.
La confrontación es abierta y alguno de los bandos tendrá que perder.
COMPLICIDAD INDEBIDA
Me preocupa la irresponsabilidad con que incluso organismos internacionales ven solamente una cara de la moneda en cuanto a las manifestaciones, marchas y plantones.
Desde la Organización de las Naciones Unidas, para que veamos el extremo de lo absurdo, se condena con razón que se repriman manifestaciones y se violenten los derechos humanos.
El problema es que se elude la forma violenta e ilegal con que no pocos se manifiestan, destruyendo propiedades públicas y privadas, con agresiones a policías, ciudadanos y periodistas.
El uso de bombas molotov, de garrotes, de hachas incluso; han sido muchos los heridos, y ni uno solo de los agresores castigado.
Rechazamos por supuesto todo abuso del poder público, pero de la misma manera estamos en contra de que se reclame violentando la ley y los derechos de los demás.
La ley debe aplicarse parejo contra todos los que la violenten, incluyendo a los manifestantes.
Poner orden es obligado por nuestras autoridades, con estricto apego a nuestras normas.