Villa Unión, mayo 27, 2010.- Mario López Valdez se bajó del camión de campaña, respiró hondo, sonrió y luego alzó los brazos. Inmediatamente...
Villa Unión, mayo 27, 2010.- Mario López Valdez se bajó del camión de campaña, respiró hondo, sonrió y luego alzó los brazos. Inmediatamente, una multitud de manos chocaron con frenesí, las matracas tronaron y los gritos de júbilo no se hicieron esperar.
“ ¡ Bienvenido! ¡ Todos en esta tierra te apoyamos!”, le dijeron jóvenes, mujeres y niños que se fueron directo a la entrada principal, donde quedó el camión, para saludarlo.
En ese momento eran exactamente las 10: 15 de la mañana. Hacía demasiado calor, pues el termómetro casi alcanzaba los 40 grados centígrados. Pero al candidato del PAN y de la Alianza “ por el cambio, de corazón por Sinaloa”, eso no le interesó.
Por el contrario, en medio de ese intenso calor este hombre originario de Cubiri de la Loma, Sinaloa de Leyva, le imprimió mayor velocidad a sus piernas e inició un recorrido que paralizó totalmente la zona comercial de esta población de 30 mil habitantes.
“ Estoy aquí para dialogar con todos ustedes. Para pedirles su voto porque estoy consciente de que solo con su respaldo podemos cambiar el curso de la historia. Una historia en la que la sociedad será la principal beneficiada”, dijo.
Aunque muchos otros lo escuchaban, Malova dirigió este mensaje a una mujer que despachaba en el interior de una florería. Se llama Dora Alicia Zustaika. A ella le puso especial atención porque se declaró decepcionada por el comportamiento que han tenido los políticos en campaña.
“ Generalmente solo vienen y se van”, dijo.
Y agregó: “ aquí – en Villa Unión- han pasado muchas cosas pero nadie nos escucha. Necesitamos que ahora sí lo hagan”.
El candidato, acostumbrado a ese tipo de expresiones y de reclamos, no tardó mucho en responder. La miró de frente , le agarró una de sus manos colocada sobre el mostrador y le dijo que entendía su reclamo porque, efectivamente, Sinaloa tiene demasiados problemas debido a que las autoridades los han ignorado y se han ido alejando del pueblo.
“ Nuestro gobierno va a ser diferente. Haremos un gobierno más humano, realizaremos audiencias públicas y tendremos mayor contacto con la gente para resolver cada uno de los problemas que se padecen. Hago ese compromiso. Y si no cumplo, reclámenme en los medios”, señaló.
Zustaika, le regresó el compromiso: “ El 4 de julio iré a las urnas y mi voto lo depositaré a su favor. Confío en usted”
Terminado el breve diálogo, Malova salió de la florería y se metió al mercado Cuauhtémoc.
Ahí conversó con los vendedores de carne, de frutas y verduras, de aguas frescas y con las madres de familia que fueron de compras.
A las 12: 30 del día, el candidato concluyó su gira por esta sindicatura. Lo hizo en un lugar muy especial: a escasos 50 metros de la Iglesia de San Juan Bautista.
Luego se subió nuevamente al camión y emprendió el camino hacia Concordia. A la distancia una multitud lo despidió así: “ Malova debatió y a Vizcarra le ganó”…
“ ¡ Bienvenido! ¡ Todos en esta tierra te apoyamos!”, le dijeron jóvenes, mujeres y niños que se fueron directo a la entrada principal, donde quedó el camión, para saludarlo.
En ese momento eran exactamente las 10: 15 de la mañana. Hacía demasiado calor, pues el termómetro casi alcanzaba los 40 grados centígrados. Pero al candidato del PAN y de la Alianza “ por el cambio, de corazón por Sinaloa”, eso no le interesó.
Por el contrario, en medio de ese intenso calor este hombre originario de Cubiri de la Loma, Sinaloa de Leyva, le imprimió mayor velocidad a sus piernas e inició un recorrido que paralizó totalmente la zona comercial de esta población de 30 mil habitantes.
“ Estoy aquí para dialogar con todos ustedes. Para pedirles su voto porque estoy consciente de que solo con su respaldo podemos cambiar el curso de la historia. Una historia en la que la sociedad será la principal beneficiada”, dijo.
Aunque muchos otros lo escuchaban, Malova dirigió este mensaje a una mujer que despachaba en el interior de una florería. Se llama Dora Alicia Zustaika. A ella le puso especial atención porque se declaró decepcionada por el comportamiento que han tenido los políticos en campaña.
“ Generalmente solo vienen y se van”, dijo.
Y agregó: “ aquí – en Villa Unión- han pasado muchas cosas pero nadie nos escucha. Necesitamos que ahora sí lo hagan”.
El candidato, acostumbrado a ese tipo de expresiones y de reclamos, no tardó mucho en responder. La miró de frente , le agarró una de sus manos colocada sobre el mostrador y le dijo que entendía su reclamo porque, efectivamente, Sinaloa tiene demasiados problemas debido a que las autoridades los han ignorado y se han ido alejando del pueblo.
“ Nuestro gobierno va a ser diferente. Haremos un gobierno más humano, realizaremos audiencias públicas y tendremos mayor contacto con la gente para resolver cada uno de los problemas que se padecen. Hago ese compromiso. Y si no cumplo, reclámenme en los medios”, señaló.
Zustaika, le regresó el compromiso: “ El 4 de julio iré a las urnas y mi voto lo depositaré a su favor. Confío en usted”
Terminado el breve diálogo, Malova salió de la florería y se metió al mercado Cuauhtémoc.
Ahí conversó con los vendedores de carne, de frutas y verduras, de aguas frescas y con las madres de familia que fueron de compras.
A las 12: 30 del día, el candidato concluyó su gira por esta sindicatura. Lo hizo en un lugar muy especial: a escasos 50 metros de la Iglesia de San Juan Bautista.
Luego se subió nuevamente al camión y emprendió el camino hacia Concordia. A la distancia una multitud lo despidió así: “ Malova debatió y a Vizcarra le ganó”…