Esto me llegó a mi correo, ustedes generen su propia opinión. Yo sólo expongo OPINION: Juan Alfonso Medía López La primera vez que escuché...
Esto me llegó a mi correo, ustedes generen su propia opinión. Yo sólo expongo OPINION: Juan Alfonso Medía López
La primera vez que escuché hablar de Alejandro Higuera Osuna fue por allá de 1998. Se trataba de mi primera aventura política y acompañaba yo a uno de los cinco precandidatos a la candidatura a la Alcaldía de Mazatlán por el PAN. En mi novatez, recuerdo que la estrategia consistía en impedir que ganara en la primera vuelta ese personaje que todos apodaban "el Diablo".
De tener éxito y, si nadie lograba la mayoría, en una segunda vuelta se alinearía un bloque en contra del candidato más fortalecido. Todo fue en vano, Higuera se impuso desde el principio.
Han pasado 12 años desde aquél momento. Como yo, miles de mazatlecos le hemos seguido la huella al hombre que cada tres años se presenta a una justa electoral. Hasta ahora sigue invicto, interna y externamente, cosechando triunfos para mi partido: Acción Nacional.
Sirios y troyanos le reconocen una gran capacidad para ganar elecciones. Nadie en su sano juicio le puede regatear sus cinco triunfos electorales en las urnas. En lo personal, me impresiona que mientras yo estudiaba la licenciatura, la maestría o el doctorado, Alejandro Higuera se convertía en diputado local (1989-1992; 2007-2010), diputado federal (1994-1997; 2003-2006), delegado de Sedesol (2002) y alcalde de Mazatlán (1999-2001; 2005-2007).
Militante activo desde 1981, panista identificado con la generación de la brocha y el engrudo, Higuera experimentó en carne propia la mutación del panismo de oposición al de gobierno. Sus triunfos electorales, particularmente la alcaldía, le han permitido impulsar políticas públicas orientadas al desarrollo de la comunidad, así como un claro manejo político para mantener la gobernabilidad.
Prueba de lo anterior es el reconocimiento que le otorgó el Centro de Investigaciones y Docencias Económicas (CIDE) durante su primer trienio como presidente municipal (1999-2001).
El CIDE premió al entonces alcalde mazatleco con el programa de participación ciudadana, gracias a la creación de comités ciudadanos en las colonias populares, mismos que se vieron involucrados en la toma de decisiones para la obra pública.
Además, en Octubre de 1999 recibió la invitación del presidente Bill Clinton a la Cumbre americana de alcaldes sobre el cambio de milenio, realizada en la ciudad de Miami. A este encuentro fueron convocados únicamente cinco alcaldes de los 2400 ediles de México.
Reconocido por su espíritu combativo, hombre de decisiones firmes, buen negociador, rebelde por naturaleza, "echado pa´ delante", no se conforma cuando se le pretende imponer una decisión sin una justificación de por medio.
El Diablo Azul es un hombre de terreno, trabajador, astuto, dotado de una profunda sensibilidad y oficio político. Con esa impresión me quedé la primera vez que tuve oportunidad de intercambiar con él algunos puntos de vista sobre la elección del 2009, siendo yo Asesor Político del entonces presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Germán Martínez.
A mi presidente le recomendé designar a Higuera por el VIII distrito, no por simpatía alguna, sino por un cálculo frío, objetivo; mi trabajo consistía en ganar curules para el Jefe Nacional y hoy el propio Germán reconocer que yo estaba en lo correcto.
Nacido en el poblado de la Noria, municipio de Mazatlán, Sinaloa, un 17 de Febrero de 1963. Profesor en educación primaria y licenciado en contaduría, "el Higuera" se presenta por tercera ocasión a la alcaldía de Mazatlán.
Antes que panista soy mazatleco y, como tal, deseo el bien para nuestra gente. Estoy cierto en que Higuera se convertirá nuevamente en presidente municipal.
Mi apoyo es convencido y pretende ser convincente, a favor de una opción por la persona contra el individualismo y las masas amorfas; una opción por la libertad contra el clientelismo y el dogmatismo; una opción que valore el mérito contra la codicia del cacique y la ambición desenfrenada de las tribus; una opción que convoque al diseño e implementación de políticas públicas, contraria a la visión patrimonialista o iluminada del gobierno y/o sus grupos de poder; a favor de una cultura política en la que transite la sociedad con su gobierno en contra del Gobierno que se impone a su sociedad.
Sin duda, Higuera es uno de los activos más importantes del panismo sinaloense. Eficaz y experimentado como es, enfrentará grandes y nuevos desafíos a los que no dudo estará a la altura de los tiempos. Independientemente del empleo, de la seguridad y de la salud, posibles ejes rectores de un nuevo gobierno, Higuera deberá librar con bien dos elementos que en el pasado no resolvió: su sucesión y su partido.
De salir airoso en éstos últimos, el legado de Alejandro Higuera se acrecentará para las futuras generaciones.
Y, como todo termina donde debió haber empezado, Higuera volverá a saludar en breve a aquella profesora suya, la maestra Olivier, la misma que le impedía por una u otra razón cumplir con su aspiración de adolescencia de formar parte de la escolta de su escuela; la misma que años después, ya siendo alcalde, le comentó: "oiga, a usted nunca se le quito eso de ser panista". Tienes razón Alejandro: "Ni que fuera gripa".
Que así sea ..
Cumplirá nuevamente su sueño de adolescencia, volverá a saludar en breve a aquella profesora suya de secundaria.
juanalfonsomejia@hotmail.com
La primera vez que escuché hablar de Alejandro Higuera Osuna fue por allá de 1998. Se trataba de mi primera aventura política y acompañaba yo a uno de los cinco precandidatos a la candidatura a la Alcaldía de Mazatlán por el PAN. En mi novatez, recuerdo que la estrategia consistía en impedir que ganara en la primera vuelta ese personaje que todos apodaban "el Diablo".
De tener éxito y, si nadie lograba la mayoría, en una segunda vuelta se alinearía un bloque en contra del candidato más fortalecido. Todo fue en vano, Higuera se impuso desde el principio.
Han pasado 12 años desde aquél momento. Como yo, miles de mazatlecos le hemos seguido la huella al hombre que cada tres años se presenta a una justa electoral. Hasta ahora sigue invicto, interna y externamente, cosechando triunfos para mi partido: Acción Nacional.
Sirios y troyanos le reconocen una gran capacidad para ganar elecciones. Nadie en su sano juicio le puede regatear sus cinco triunfos electorales en las urnas. En lo personal, me impresiona que mientras yo estudiaba la licenciatura, la maestría o el doctorado, Alejandro Higuera se convertía en diputado local (1989-1992; 2007-2010), diputado federal (1994-1997; 2003-2006), delegado de Sedesol (2002) y alcalde de Mazatlán (1999-2001; 2005-2007).
Militante activo desde 1981, panista identificado con la generación de la brocha y el engrudo, Higuera experimentó en carne propia la mutación del panismo de oposición al de gobierno. Sus triunfos electorales, particularmente la alcaldía, le han permitido impulsar políticas públicas orientadas al desarrollo de la comunidad, así como un claro manejo político para mantener la gobernabilidad.
Prueba de lo anterior es el reconocimiento que le otorgó el Centro de Investigaciones y Docencias Económicas (CIDE) durante su primer trienio como presidente municipal (1999-2001).
El CIDE premió al entonces alcalde mazatleco con el programa de participación ciudadana, gracias a la creación de comités ciudadanos en las colonias populares, mismos que se vieron involucrados en la toma de decisiones para la obra pública.
Además, en Octubre de 1999 recibió la invitación del presidente Bill Clinton a la Cumbre americana de alcaldes sobre el cambio de milenio, realizada en la ciudad de Miami. A este encuentro fueron convocados únicamente cinco alcaldes de los 2400 ediles de México.
Reconocido por su espíritu combativo, hombre de decisiones firmes, buen negociador, rebelde por naturaleza, "echado pa´ delante", no se conforma cuando se le pretende imponer una decisión sin una justificación de por medio.
El Diablo Azul es un hombre de terreno, trabajador, astuto, dotado de una profunda sensibilidad y oficio político. Con esa impresión me quedé la primera vez que tuve oportunidad de intercambiar con él algunos puntos de vista sobre la elección del 2009, siendo yo Asesor Político del entonces presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Germán Martínez.
A mi presidente le recomendé designar a Higuera por el VIII distrito, no por simpatía alguna, sino por un cálculo frío, objetivo; mi trabajo consistía en ganar curules para el Jefe Nacional y hoy el propio Germán reconocer que yo estaba en lo correcto.
Nacido en el poblado de la Noria, municipio de Mazatlán, Sinaloa, un 17 de Febrero de 1963. Profesor en educación primaria y licenciado en contaduría, "el Higuera" se presenta por tercera ocasión a la alcaldía de Mazatlán.
Antes que panista soy mazatleco y, como tal, deseo el bien para nuestra gente. Estoy cierto en que Higuera se convertirá nuevamente en presidente municipal.
Mi apoyo es convencido y pretende ser convincente, a favor de una opción por la persona contra el individualismo y las masas amorfas; una opción por la libertad contra el clientelismo y el dogmatismo; una opción que valore el mérito contra la codicia del cacique y la ambición desenfrenada de las tribus; una opción que convoque al diseño e implementación de políticas públicas, contraria a la visión patrimonialista o iluminada del gobierno y/o sus grupos de poder; a favor de una cultura política en la que transite la sociedad con su gobierno en contra del Gobierno que se impone a su sociedad.
Sin duda, Higuera es uno de los activos más importantes del panismo sinaloense. Eficaz y experimentado como es, enfrentará grandes y nuevos desafíos a los que no dudo estará a la altura de los tiempos. Independientemente del empleo, de la seguridad y de la salud, posibles ejes rectores de un nuevo gobierno, Higuera deberá librar con bien dos elementos que en el pasado no resolvió: su sucesión y su partido.
De salir airoso en éstos últimos, el legado de Alejandro Higuera se acrecentará para las futuras generaciones.
Y, como todo termina donde debió haber empezado, Higuera volverá a saludar en breve a aquella profesora suya, la maestra Olivier, la misma que le impedía por una u otra razón cumplir con su aspiración de adolescencia de formar parte de la escolta de su escuela; la misma que años después, ya siendo alcalde, le comentó: "oiga, a usted nunca se le quito eso de ser panista". Tienes razón Alejandro: "Ni que fuera gripa".
Que así sea ..
Cumplirá nuevamente su sueño de adolescencia, volverá a saludar en breve a aquella profesora suya de secundaria.
juanalfonsomejia@hotmail.com