Sobre el camino Benjamín Bojórquez La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) se rige por un pragmatismo que camina entre la indiferencia y e...
Sobre el camino
Benjamín Bojórquez
La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) se rige por un pragmatismo que camina entre la indiferencia y el cinismo. Por un lado, la ilegalidad del poder legislativo y, por otro lado, las autoridades universitarias de la casa rosalina defienden una autonomía pristina y dictatorial. En pocas palabras, no ofrecen ninguna de las dos partes una real democracia.
Para muchos universitariosel sexenio 2018-2024 que está por concluir, ha resultado un tanto desconcertante en varios sentidos. Por un lado, las encuestas indican que la comunidad universitaria votó en su mayoría por AMLO, no solo en 2018 y por Rocha Moya en 2021. Muchas de estas personas votaron con la esperanza de que se implementaran algunos cambios negociados, para dejar atrás las políticas neoliberales impuestas tanto por el PRI como por el PAN en la vida académica de nuestro estado sinaloense, mismas que lamentablemente, hoy en día, ya no mantienen esa unidad. La política une y separa.
La autonomía solo depende de los intereses impuestos por los mismos funcionarios universitarios, lo que significa, que también los poderes ejecutivos y legislativos, solo buscan apropiarse de la comunidad universitaria, en donde los purpuras y los guindas no ofrecen una democracia imparcial.
No sabemos cuáles serán las razones por las cuales la 4T decidió actuar así. Es escandaloso querer apropiarse de todo, en donde no les interesa la calidad académica, optando por concentrarse en lo prioritario, poder absoluto, observando tantos problemas que aquejan a Sinaloa como para sumarle otra mancha más al tigre.
No es posible atender todo de una vez. Es también posible que en las altas esferas del poder se conozcan las contradiccionesde la vida universitaria, y sabiendo que no es una aliada confiable, se le haya dejado a su suerte, quizás para que se aceleraran sus contradicciones y los cambios deseados vinieran de su interior. La dictadura se resiste en su interior, mientras el poder ejecutivo y legislativo hace su chamba para que cambie de mono la casa rosalina.
Aunque se supone que las universidades son autónomas, en el fondo dependen del presupuesto que les autoriza el Estado. Claro que esa autonomía da manga ancha en algunos casos para todo tipo de aberraciones, desde funcionarios que hacen que la comunicación universitaria gire en torno a ellos, hasta otros que rayan en lo ridículo, como el caso del rector interino que debutó como jugador de primera división, aprovechando que el equipo de su universidad lo había registrado como jugador.
Por otra parte, tengo la impresión de que una buena parte de lacomunidad universitaria ha optado por la política de dejar hacer, dejar pasar. Los profesores van envejeciendo, se llenan de compromisos, con esto son presionados para terminar a tiempo su papel, la ponencia, calificar exámenes, atender la educación de los educandos, etc. Y aunque muchos hayan sido más aguerridos en su juventud, con el paso del tiempo dejan que las capas de polvo oculten esas imágenes mismasque ahora les incomodan. Así, estar en buenos términos con las autoridades parece algo deseable, que les facilita trámites, permisos, apoyos en algunos casos.
Entonces, en el fondo nos da casi lo mismo quienes sean nuestros representantes o dueños universitarios. Les será indiferente participar en procesos que en el fondo son una simulación. Y esa situación se permite porque la vida universitaria la domina un pragmatismo, que algunas veces es el mal menor, pero en otras es la manera como se impone el cinismo, para hacer y deshacer el rumbo de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Cabe decir que los funcionarios universitarios en realidad ya no son representantes, sino gozan de un poder prístino, pues como tal forman una casta por sí misma. Mientras en el congreso local apuraban una nueva reforma a la Ley de Educación de la Casa Rosalina para desocupar sus cargos universitarios y democratizar a dicha universidad, y mientras a unos les alcanza apenas para el café, otros funcionarios degustan unos bocadillos y algo que a lo lejos se ve como un buen tequila.
Pareciera pues que la Universidad Autónoma de Sinaloa vive una inercia, que se afana por cumplir lo mínimo, captar lo que se pueda. Claro que hay todo un mosaico de modelos y matices, desde aquellas que tienen autoridades que luchan por hacerlas crecer y mejorar, hasta otras que usan un formalismo legaloide para abusar e imponer puntos de vista.
El lema “alma mater” se aleja más de la realidad de la vida universitaria. Parece que la universidad se ha vuelto una universidad amurallada. En algunos casos se trata de una muralla conceptual, formalista, que alimenta un conservadurismo que hace que la universidad quede a deber en términos de lo que la sociedad estudiantil espera y necesita. Hay otros casos en los que esa muralla mental se transforma en un muro físico que incluso hace difícil el acceso a sus instalaciones.
GOTITAS DE AGUA:
Cierro este artículo con una dosis de sorpresa y esperanza, aún para un profesor que vive en las postrimerías de su carrera, observando hechos recientes que se registraron en la comunidad universitaria. Como era de esperarse, los estudiantes protestan por la forma como se llevó a cabo la elección de autoridades. Al margen de lo que uno piense, que simpatice o no con algún mando universitario o gubernamental, me parece que la semilla de la inconformidad está ahí, presente como en todas las generaciones que pasaron antes por estas aulas. Toca a las autoridades atender las causas que motivan realmente las protestas, ir al fondo de lo que ocurre, aunque lo más probable es que prefieran esperar que la inconformidad pase, y que todo vuelve a su cauce. En mi opinión, lo dudo. Me quedo con ese poema de Jorge Guillén, como un reconocimiento para aquellos que siguen siendo fieles a sus ideales, que estudian y luchan. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
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