Esta práctica previene enfermedades como la conjuntivitis, infecciones estomacales, incluso la influenza A H1N1 Un lavado constante ...
Esta práctica previene enfermedades como la conjuntivitis, infecciones estomacales, incluso la influenza A H1N1
Un lavado constante de manos previene muchas enfermedades infecciosas, como la conjuntivitis, también la mayoría de las infecciones estomacales, incluso la influenza A H1N1, por lo que es un hábito recomendable, señalaron especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Sinaloa.
Epidemiólogos del Seguro Social en el estado detallaron que en el caso de la conjuntivitis el medio de contagio más común es el contacto ojo-mano-objeto-ojo, sin embargo también se puede contraer la enfermedad por contacto directo con el paciente infectado.
Debido a que los adenovirus son sumamente estables en el medio, cualquier secreción que sale del cuerpo del individuo puede tener a un agente patógeno o un virus, una bacteria, un parásito o un hongo. Las enfermedades infecciosas se multiplican en sitios donde los individuos conviven estrechamente.
Es de relevante importancia señalar que la conjuntivitis por adenovirus o enterovirus es una enfermedad autolimitada y por lo tanto no requiere de tratamiento antiviral específico. Su manejo se debe limitar a medidas generales de apoyo como compresas frías y lágrimas artificiales con vasoconstrictores.
Los antibióticos no son efectivos en el tratamiento de esta enfermedad excepto cuando se diagnostica una infección bacteriana sobre agregada. Tampoco se ha demostrado la efectividad de algún antiviral, por lo que su uso no está recomendado.
La principal recomendación hecha por los epidemiológos del IMSS es el lavado frecuente de manos, y en caso de sospechar la presencia de la enfermedad porque existe algún síntoma, se debe acudir a unidades médicas o centros de salud.
El enfermo debe evitar tocarse los ojos con las manos o con cualquier objeto y, de nueva cuenta, lavarse frecuentemente las manos; de igual forma es importante mantener los utensilios de preparación de alimentos y objetos de uso personal del paciente (juguetes, cosméticos, cubiertos, toallas, anteojos), aislados de los del resto de la familia.
Para retener la propagación es importante evitar la asistencia del enfermo a eventos multitudinarios o a sitios con gran asistencia de personas, y evitar el contacto físico con los pacientes; cuando esto no sea posible, lavarse perfectamente las manos después del contacto y evitar tocarse los ojos con la mano o con objetos potencialmente contaminantes.
En el caso de las infecciones estomacales, el lavado frecuente de manos está comprobado que disminuye en un 90 por ciento las posibilidades de contraer afecciones gastronintestinales.
Durante la aparición de la influenza A H1N1 se comprobó que unas manos lavadas con frecuencia previnieron una mayor propagación del virus.