Entre Veredas Marco Antonio Lizárraga “Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un tod...
Entre Veredas
Marco Antonio
Lizárraga
“Nadie puede
hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es
un todo indivisible”, Mahatma Gandhi
DERECHA LA FLECA
En el dinámico
terreno de la política mexicana, donde las estrategias electorales son
cruciales y, a menudo, impredecibles, surge un desafío considerable para el
candidato al Senado Enrique Inzunza, quien, junto con Imelda Castro, ha
abrazado fervientemente la causa de la Cuarta Transformación.
En medio de esta
campaña enérgica, surge un desafío adicional en forma del Partido Sinaloense
(PAS) y su líder, Héctor Melesio Cuén Ojeda. Según las predicciones del
candidato Inzunza, el PAS enfrenta una batalla cuesta arriba, con estimaciones
que sugieren que no superará el uno por ciento de los votos en las próximas
elecciones, lo que podría significar la pérdida de su registro como partido
político.
Este pronóstico
sombrío para el PAS tiene sus raíces en la percepción pública, que ha expresado
un rechazo notable hacia el partido, especialmente debido a las acusaciones de
injerencia en la Universidad Autónoma de Sinaloa y la supuesta extracción de
recursos de esta institución educativa. Esta situación ha generado un clima de
desconfianza y repudio entre la población hacia el partido y su líder, Cuén
Ojeda.
Este escenario
plantea un desafío tanto para el PAS como para su líder, Héctor Melesio Cuén
Ojeda, en términos de cómo recuperar la confianza y el apoyo del electorado.
En un momento en
que la transparencia y la rendición de cuentas son demandas cada vez más
urgentes de la ciudadanía, el camino hacia la legitimidad política se vuelve
más arduo.
En última
instancia, este análisis político subraya la importancia de la conexión genuina
entre los representantes políticos y sus electores, así como la necesidad de
abordar las preocupaciones y expectativas de la ciudadanía de manera honesta y
efectiva.
En un entorno
político marcado por la volatilidad y la competencia intensa, la confianza del
pueblo sigue siendo el recurso más valioso para cualquier aspirante político y
partido.
LA RESPUESTA
Durante el
podcast número 66 de Cuentas Claras, Cuén Ojeda lanzó un desafío
extraordinario: retirarse de la vida política si el PAS pierde su registro en
la próxima elección, a cambio de que Enrique Inzunza, candidato opositor, deje
de violentar a las mujeres.
Este desafío,
que él afirma estar dispuesto a firmar ante notario, plantea interrogantes
profundas sobre el poder, la responsabilidad política y el compromiso con la
justicia social.
La oferta de
Cuén Ojeda es un tanto inusual, incluso para los estándares de la política
mexicana.
En lugar de
hacer promesas de campaña típicas o lanzar ataques partidistas, él propone un
trueque poco convencional: su retiro de la política a cambio de una acción
concreta para abordar un problema social apremiante, la violencia contra las
mujeres.
Esta declaración
no solo destaca la seriedad con la que Cuén Ojeda toma su papel político, sino
que también arroja luz sobre la desesperación que muchos sienten ante la
persistente violencia de género en México.
Sin embargo,
detrás de esta aparente nobleza y determinación, se esconde un juego de poder
político.
La declaración
de Cuén Ojeda se produce como respuesta a la afirmación de Inzunza de que el
PAS perderá su registro, lo que sugiere que su desafío tiene como objetivo
desviar la atención de la posible pérdida de su partido hacia otro tema
candente: la violencia de género.
Esto plantea la
pregunta inevitable: ¿es este desafío un verdadero compromiso con la justicia o
simplemente una estrategia para mantener el poder político?
Más allá de las
motivaciones detrás de esta oferta, lo cierto es que resalta la necesidad
urgente de abordar la violencia de género en México.
El país enfrenta
una crisis continua en este sentido, con altas tasas de feminicidios, violencia
doméstica y agresión sexual.
Exigir que un
candidato político se comprometa a tomar medidas concretas contra esta
violencia es un paso en la dirección correcta, aunque la efectividad de tal
compromiso sigue siendo cuestionable.
Además, las
declaraciones de Cuén Ojeda sobre el trabajo del PAS y su posición como el
partido local más grande de México añaden un matiz interesante a este debate.
Si bien su oferta puede parecer altruista, también puede interpretarse como un
intento desesperado de preservar el estatus y la influencia de su partido.
En un panorama
político cada vez más competitivo y fragmentado, mantener el registro del
partido es fundamental para asegurar una voz significativa en el gobierno y la
toma de decisiones.
Finalmente, las
palabras de Cuén Ojeda sobre la difícil situación de los ganaderos frente a la
sequía subrayan la complejidad de los problemas que enfrenta México. Mientras
se debate sobre el futuro político del país, miles de personas luchan por
sobrevivir en condiciones económicas precarias.
Este
recordatorio de las realidades cotidianas de los ciudadanos comunes sirve como
un llamado de atención para los líderes políticos, recordándoles que su deber
es servir y proteger los intereses de todos los ciudadanos, no solo los de su
partido.
MIEDO
El ascenso
imparable del proyecto liderado por Ana Quevedo para la alcaldía de Rosario,
bajo el estandarte del Frente Fuerza y Corazón por Sinaloa, ha despertado
inquietud entre sus competidores políticos. Lamentablemente, esta preocupación
ha desencadenado una serie de ataques de guerra sucia que han culminado en el
retiro indebido de la propaganda política de la candidata.
Ana Quevedo, en
medio de estos lamentables sucesos ocurridos en la sindicatura de Agua Verde,
ha expresado su profundo pesar.
Desde el inicio
de su campaña, ha abogado por un enfoque respetuoso, basado en la presentación
de propuestas y alternativas innovadoras que inciten a la reflexión del
electorado, en lugar de recurrir a acciones ilegales y deshonestas.
La candidata
relata con consternación cómo, tras haber colocado cerca de 70 lonas en la
calle principal de Agua Verde y el Cerro, se encontraron con la sorprendente
desaparición de la mayoría de ellas en su visita posterior.
Este tipo de
actos no solo atentan contra la integridad de la campaña de Quevedo, sino que
también socavan los principios democráticos fundamentales que deben regir
cualquier proceso electoral
En un llamado
enérgico, Ana Quevedo insta a detener estas prácticas nocivas que en nada
contribuyen a un clima de tranquilidad y respeto democrático. Aboga por que el
respeto sea el denominador común en este proceso electoral, permitiendo que el
ciudadano ejerza su derecho al voto de manera libre y sin presiones indebidas.
Este episodio
nos recuerda la importancia de mantener la integridad y la ética en la arena
política, donde la competencia justa y el intercambio de ideas son pilares
fundamentales para el funcionamiento de una democracia saludable.
Solo a través
del respeto mutuo y la tolerancia hacia las diferentes visiones políticas
podremos construir un futuro en el que todos los ciudadanos puedan participar
plenamente en el proceso democrático.
mlizarraga1@entreveredas.com.mx
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