Altoparlante Juan Manuel Partida Por más que lo intento no puedo entender ni tantito las incongruencias tan descaradas por parte de algunos...
Juan Manuel Partida
Por más que lo intento no puedo entender ni tantito las incongruencias tan descaradas por parte de algunos de nuestros gobernantes, que en unas cosas se muestran muy estrictos y en otras van abiertamente a medidas de relajamiento irresponsable y criminal.
El Altoparlante de hoy tiene como propósito abundar en torno a esas contradicciones muy a la vista de todos.
Vemos por ejemplo la disposición oficial para “cerrar” espacios públicos como parques, playas y ríos; el uso con restricciones del transporte público urbano, y los límites para restaurantes y otro tipo de negocios.
Medidas preventivas contra el covid, nos presumen, pero encontramos que en Culiacán se autoriza una función de box con asistencia masiva en el Parque Revolución y en Mazatlán el alcalde organiza fiestas grupales y mantiene a negocios operando con privilegios.
Y, bueno, ya sabemos que Sinaloa se arrodilla ante el capricho presidencial de que regresemos a las clases presenciales a partir del 30 de agosto, con cientos de escuelas en incapacidad para operar, vandalizadas y saqueadas por los rateros.
A veces la preocupación manifiesta de manera subrayada, pero luego las medidas de relax con el pretexto de que cada uno de nosotros somos responsables y debemos protegernos.
Hipocresías e irresponsabilidades criminales sin fin, que ya han provocado muchos miles de muertes.
Para lo que sí son muy buenos es para lavarse las manos.
El calendario oficial de vacunación señala que será hasta marzo del año próximo cuando se cumpla a nivel nacional con las aplicaciones de las dosis respectivas, de una o de dos según la vacuna.
O lo que es lo mismo, nos falta todavía mucho para la inmunidad de rebaño.
Suponiendo sin conceder que las cifras de vacunados sean reales y no otra dosis de atole cuatroté.
El caso es que los riesgos siguen siendo muy elevados, y lo vemos no solamente con el aumento en los contagios y los fallecimientos sino en las estadísticas trágicas que registran a cada vez más niños y jóvenes.
Inconcebible por ello que cerca de ochocientos mil estudiantes regresen a clases “normales”, antes de estar vacunados.
Ya lo hemos dicho repetidamente en esta columna, pero lo repetimos porque tantos miles de muertos por la pandemia son para nuestros gobiernos puros “daños colaterales” que no les importan ni les preocupan.
¡TIEMBLA, POLO POLO!
En entrevista con el periódico La Jornada, el gobernador electo Rubén Rocha Moya señala entre sus principales preocupaciones la de quitar el estigma que asocia a Sinaloa con el narcotráfico.
Quizás sienta que no le alcanzarán la jubilación de la UAS y lo que le pagarán como mandatario estatal, y pretenda completar con una chamba extra alquilándose como cuenta chistes.
Los mal pensados llegarían a la conclusión inevitable de que eso de que le preocupa el estigma del narco es simplemente una burla contra todos los sinaloenses.
Por ello mismo, doctor, tengo que reiterártelo: qué fregada necesidad.