Seamos claros Oliver Velasco* En la actualidad, a inicio del 2021 existen en el país diversos problemas acuciantes para el mismo: la crisis...
Seamos claros
Oliver Velasco*
En la actualidad, a inicio del 2021 existen en el país diversos problemas acuciantes para el mismo: la crisis sanitaria, la escases de medicamentos, la inseguridad, el índice de desempleo, etcétera. Pero únicamente nos abocaremos a dos de estos problemas. La razón para ello es lo medular de los mismos respecto a una visión global de país, que debe ponderar por encima de las coyunturas. El ámbito económico y la seguridad jurídica son sin duda, la base del bienestar y la prosperidad de una nación. Se parte pues, de la premisa que, si las bases del crecimiento y el desarrollo no están bien cimentadas es muy difícil que los problemas coyunturales sean resueltos, es decir, si nos preguntamos por qué hay algunos países a los que la pandemia, que es un problema netamente coyuntural, les pegó más y a otros menos, se encuentra que a aquellos países en los que ha habido menos efectos: China, Vietnam, Corea, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia, etc., tienen bases económicas y jurídicas lo suficientemente sólidas para restablecer sus actividades después del embate, aun teniendo sociedades heterogéneas e “indisciplinadas”.
Se ha argumentado, que es la disciplina de las sociedades asiáticas las que las ha sacado adelante, pero no todos los casos de éxito frente a la pandemia son asiáticos e incluso dentro de ellos mismos, socialmente, aunque de manera muy superficial se califica a sociedades como la china, como poco disciplinadas. En este sentido, más allá de una responsabilidad netamente social, que también existe, hay una base jurídica y económica lo suficientemente constituida que mantiene el sistema de producción estable y que conserva el orden civil, penal y constitucional estructurado de una manera tal, que no permita la incertidumbre por parte de los actores de cuál es su lugar en este orden.
En México se presentan grandes retos respecto a estos dos temas y se pueden ejemplificar con la situación que nuestro país vive en la actualidad. En el ámbito económico: si se analiza la gráfica de la estimación oportuna del PIB del INEGI se puede observar como existe una tendencia a la recuperación de la actividad económica en el país, principalmente fundamentada en el sector manufacturero y la agroindustria de exportación. Pero también podemos observar como técnicamente hemos estado por 6 trimestres en un decrecimiento del PIB del país, lo cual no ocurría desde 1982-1983. De darse una tendencia negativa en el primer trimestre de 2021, que es muy probable haya un decrecimiento entre el 1 y el 1.5%, estaríamos en México viviendo algo que nunca se ha visto, por lo menos desde que se hace esta medición.
Sin embargo, existe una tendencia hacia la recuperación que va de la mano de los estímulos al consumo y a la inversión, a la política de vacunación y, por consecuencia a la pronta reapertura de los mercados estadounidenses. Es decir USA nos está jalando. Debemos agradecer a la integración regional, al neoliberalismo y a la globalización por la recuperación económica del país. Esa integración regional es parte de una construcción que ha dado cierta certeza y viabilidad económica, es parte de la certeza jurídica de la que arriba se habla y que ha permitido al país poder vislumbrar esperanzas de números de crecimiento positivo para el segundo semestre de este año.
¿Qué podría tumbar este esfuerzo? Una mala política de vacunación que impida la apertura del mercado mexicano y su dinamización que obstaculice mantener el ritmo de crecimiento de la demanda del mercado estadounidense. El retraso o la negativa de reconversión de la industria mexicana y, de su legislación hacia las nuevas necesidades de la sociedad y la industria estadounidense (autos eléctricos y energías limpias) que son las nuevas demandas regionales. Destruir los esfuerzos de la certeza jurídica que se les ofrece a los integrantes del tratado de libre comercio, que ponga en riesgo la seguridad de invertir su dinero y generar empleos e industria, sin la incertidumbre de que una mañana por capricho o por ocurrencia las autoridades lo expropien, cancelen o sometan a consulta su operación.
Las bases económicas en México se han venido construyendo desde la apertura del país al mercado global, las bases jurídicas se han creado con la incorporación de organismos autónomos que permiten dar certeza a los actores de la sociedad de que el gobierno no abusara de las prerrogativas que tiene. En nuestro país, esta construcción todavía no está concluida y la pandemia ha demostrado su fragilidad, ya que las bases económicas no han desarrollado una industria propia que satisfaga las demandas del mercado interno y tiene que ser el mercado de exportaciones quien nos tiene que sacar adelante. Por otro lado, la actuación de las autoridades frente a la contingencia sanitaria ha mostrado una reticencia de estas a basarse en el marco jurídico: reglamentos, protocolos, leyes de emergencia y en muchos casos ceder ante las demandas de la indisciplina social. Estos aspectos: el jurídico y el económico se encuentran íntimamente asociados y nos permiten entender en parte porque nos ha ido tan mal en esta pandemia. Pero también nos permite entender que es lo que nos está sacando adelante.
*Profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa en la Facultad de Ciencias Sociales en las licenciaturas de economía y sociología. Licenciado en filosofía maestro en estudios filosóficos por la Universidad de Guadalajara, maestro en gestión pública aplicada por el Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara. Actualmente doctorante en la Universidad Autónoma de Nayarit/ Integrante de Unidad Democrática Sinaloa.
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