Tras la consulta médica, la señora no podía creer lo que tenía su hijo en su oído en realidad Una mujer del Reino Unido entró en pánico cuan...
Tras la consulta médica, la señora no podía creer lo que tenía su hijo en su oído en realidad
Una mujer del Reino Unido entró en pánico cuando pensó que su hijo tenía un gusano “come-cerebros” en su oreja. Luego de una consulta de emergencia, la señora se avergonzó al descubrir lo que era en realidad: un pedazo de cinta adhesiva.
Gemma Tyson, originaria de Bristol, compartió su historia en Facebook hace una semana, aunque el caso ocurrió en noviembre de 2019, cuando su hijo de 8 años, Ashton, se le acercó para quejarse de una comezón constante dentro de su oído.
Al inicio pensó que se trataba de una gruesa bola de cera, así que tomó unas pequeñas pinzas y al escarbar el oído del niño, vio que había algo raro en su interior. A los pocos segundos estaba sacando una especie de hilo viscoso que, por más que jalaba no terminaba de salir.
“Me sentí mal y pensé que algo podría salir volando al final. Fue como una pesadilla o las películas de terror que ves. Ashton estaba más preocupado por mi rostro que por el suyo”.
Luego de una búsqueda rápida en internet, la señora Tyson pensó que se trataba de un parásito, así que llamó a su doctora de cabecera, quien pudo atenderla de inmediato.
La doctora se encargó de extraerle los residuos restantes en el oído de Ashton, pero no pudo aclarar la duda de la madre sobre el extraño objeto, indicando que se tendrían que hacer unos análisis en el laboratorio.
Mientras la señora Tyson y Ashton estaban a la espera de los resultados, el niño le dijo a su madre “Me pregunto si es la cinta que me puse en la oreja la otra semana, la que no me pude sacar”.
En efecto, se trataba de un pedazo de cinta adhesiva y la mujer por fin pudo dar un enorme respiro de alivio. Apenada con la doctora, al mismo tiempo estaba feliz de que no era un parásito.
“A los niños les gusta hacer cosas con cinta adhesiva, así que probablemente arrancó un poco, comenzó a jugar con ella y luego se la puso en la oreja, luego se dobló todo en una bola”, dice la señora Tyson. “Todavía suena repugnante.”
Cuenta que a partir de este incidente, su hijo, ahora de 10 años, ya no ha intentado introducir más objetos en sus oídos.
Con información adicional de The Sun