El subcomité de Supervisión de la Cámara de Representantes detalló en un informe publicado el jueves en el que pedían nuevos estándares y re...
El subcomité de Supervisión de la Cámara de Representantes detalló en un informe publicado el jueves en el que pedían nuevos estándares y requisitos de prueba
Investigadores del Congreso de Estados Unidos encontraron “niveles peligrosos de metales pesados tóxicos” en ciertos alimentos para bebés que podrían causar daño neurológico.
El subcomité de Supervisión de la Cámara de Representantes detalló en un informe publicado el jueves en el que pedían nuevos estándares y requisitos de prueba.
De acuerdo con la agencia Reuters, el panel examinó productos fabricados por Nurture Inc, Hain Celestial Group Inc, Beech-Nut Nutrition y Gerber, una unidad de Nestlé, dijo, y agregó que estaba “muy preocupado” que Walmart Inc, Campbell Soup Co y Sprout Organic Foods se negaran a cooperar con la investigación
El informe señala que los estándares internos de la compañía “permiten niveles peligrosamente altos de metales pesados tóxicos, y los documentos revelaron que los fabricantes a menudo han vendido alimentos que excedían esos niveles”.
“El informe instó a los reguladores estadounidenses a establecer niveles máximos de metales pesados tóxicos permitidos en los alimentos para bebés y exigir a los fabricantes que prueben los productos terminados en busca de metales pesados, no solo ingredientes, mientras que las empresas de alimentos para bebés dijeron que estaban trabajando para reducir los niveles de metales que se encuentran naturalmente en los alimentos. productos”.
Un portavoz de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dijo que la agencia estaba revisando el informe.
“Debido a que no se pueden eliminar por completo, nuestro objetivo es reducir la exposición a elementos tóxicos en los alimentos en la mayor medida posible”, dijo la FDA.
Un representante de Gerber, que vende alrededor de una quinta parte de todos los alimentos para bebés en los Estados Unidos, dijo que los elementos en cuestión se encuentran naturalmente en el suelo y el agua en los que se cultivan los cultivos y, además, se requieren varios pasos para “minimizar su presencia”.
