El secretario de Estado, Mike Pompeo, viajó ayer a Israel, donde ratificó el respaldo de Estados Unidos hacia el Estado judío en su enf...
El secretario de Estado, Mike Pompeo, viajó ayer a Israel, donde ratificó el respaldo de Estados Unidos hacia el Estado judío en su enfrentamiento con Irán. “Estados Unidos está con Israel en esta pelea”, expresó el diplomático al llegar.
Pompeo ha estado usando su viaje al Oriente Medio, el primero desde que está en el cargo para pedir una acción internacional concertada para castigar a Irán por sus programas de misiles.
Esa posición fue saludada por Israel, que considera a Irán la mayor amenaza a su seguridad y ha estado llamando a la comunidad internacional a revisar su acuerdo nuclear de 2015 con Teherán. Pompeo llegó a Israel tras visitar Arabia Saudita, otro fiero rival de Irán.
“Seguimos profundamente preocupados por la peligrosa escalada de las amenazas iraníes contra Israel y la ambición de Irán de dominar Oriente Medio persiste”, dijo Pompeo tras una reunión de casi dos horas con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
Israel ha pedido acciones internacionales más severas contra Irán, mencionando su retórica hostil, su apoyo a grupos extremistas anti-israelíes y el desarrollo de misiles de largo alcance.
Dice además que el acuerdo nuclear de 2015 no es suficiente para prevenir que Irán desarrolle armas nucleares y ha expresado preocupación creciente acercade la participación de Irán en la guerra civil de la vecina Siria. Dice que no permitirá que Irán establezca una presencia militar permanente en Siria, por temor a que sea usada para lanzar ataques.
El presidente estadounidense, Donald Trump, debe decidir para el 12 de mayo si el país sigue en el acuerdo nuclear. Pompeo repitió la posición de Trump, de que si no puede “corregirlo, se va a retirar”.
Netanyahu celebró la posición estadounidense. “Irán debe ser frenado, su búsqueda de un arma nuclear debe ser frenada, su agresión debe ser frenada y estamos comprometidos a hacer lo justo”, dijo.
Netanyahu secundó además el reconocimiento de Estados Unidos a Jerusalén como capital de Israel y el planeado traslado de su embajada allí, de Tel Aviv, el 14 de mayo. Pompeo dijo que Estados Unidos está “increíblemente orgulloso” de la decisión de la embajada.
Previamente en Riad, Pompeo exhortó también a Arabia Saudita y a sus vecinos a que solucionen una disputa con Catar, que, según funcionarios estadounidenses, Irán está aprovechando para impulsar su influencia en la región, incluidos Yemen y Siria.
Pompeo se reunió el domingo con el rey saudí Salman, cuyo país, junto con Bahréin, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, está enfrascado en una disputa con Catar que ha menguado la unidad árabe en el Golfo Pérsico y ha frustrado a Estados Unidos en su intento por contrarrestar la creciente influencia iraní.
Pompeo, exjefe de la CIA, había llegado a Riad un día antes, poco después de que rebeldes hutis proiraníes en Yemen dispararon misiles contra Jizan, matando a una persona y subrayando lo que expertos consideran una incipiente amenaza iraní.
Funcionarios estadounidenses que viajaban con Pompeo acusaron a Irán de suministrar los misiles a los rebeldes en Yemen y aseguraron que ello demuestra la importancia de las gestiones del gobierno de Donald Trump para contrarrestar la influencia iraní en la región. Irán es además uno de los más acérrimos aliados del presidente sirio Bashar al Assad.
“Irán está desestabilizando a toda la región”, expresó Pompeo, acompañado del canciller saudí Adel al-Jubeir. Aunque no mencionó a Catar, manifestó que la unidad entre los países del Golfo Pérsico “es esencial”.