Culiacán, Sinaloa.- A la mitad del camino a la presidencia municipal de Culiacán, el candidato de la alianza PRI-PANAL, Jesús Valdés reci...
Culiacán, Sinaloa.- A la mitad del camino a la presidencia municipal de Culiacán, el candidato de la alianza PRI-PANAL, Jesús Valdés recibió todo el respaldo de sus padres y hermanos. Ante un grupo de amigos, su familia dio claro testimonio de su espíritu de servicio, su afán de ayudar a quienes necesitan ayuda y su facilidad para desprenderse de lo que tiene para tender la mano amiga.
Acompañado de su esposa Elisa Palazuelos de Valdés, el padre del candidato, Serapio Valdés, recordó que su hijo nació antes de los siete meses y pesando sólo un kilo y medio. Se logró gracias a que ya había una incubadora, dijo.
Desde niño, señaló, Jesús siempre mostró el don de la amistad, pues a sus fiestas infantiles siempre llevaba decenas y decenas de amigos. Al crecer ha mantenido esta característica.
Por ello y visualizando su potencial, le recomendó que estudiara Derecho, pues sería como una puerta que le abriría el camino a la política.
“No le hice caso a mi padre porque a mí no me gustaba la política. Me fui a estudiar a la Facultad de Agronomía, para ser ingeniero como él, y resulta que aquí ando. Ya tengo 18 años metido en la política”, expresó Chuy Valdés.
Las personas asistentes escucharon atentos la historia familiar, de cómo el esfuerzo de los padres le permitió darles carrera profesional a sus cuatro hijos: Jesús, Omar, Isis y Diana. Todos ahí presentes, junto a Jesús. Abrazándolo.
LA HISTORIA DE LA CUCHARA SOPERA
Jesús platicó que como estudiante fue líder estudiantil, luego secretario del rector de la UAS y así le fue entrando el gusanito de ser regidor y luego otros cargos populares. Un día, a la Facultad de Ingeniería llegaría un candidato presidencial y él sería orador. No tenía experiencia de hablar en público. En la privacidad del hogar y la complicidad de la familia como auditorio, improvisó su discurso y tomó una cuchara sopera a manera de micrófono. De ahí para adelante, la historia tomó forma.
“Yo soy una persona tranquila. Aunque ya he sido diputado local y diputado federal, no he perdido el paso. Y todos los días trato de hace una, dos o tres acciones buenas. No es fácil deshacerte de lo que tienes y hasta tienes que pedir prestado para ayudar a la gente. Si la política estuviera llena de gente que le gusta ayudar, sería otra cosa”.
Sin embargo, y con voz quebrada, Jesús Valdés reconoció que en su camino ha logrado hacer muchos amigos que le ayudan a ayudar.
“También sacrifico tiempo que le debo dedicar a mi hijo, a mi familia e incluso a mí mismo, para pasear y descansar. Pero me gusta la política. Recibo diariamente más de mil mensajes y todos lo contesto aun cuando no conozca a quienes mandan los mensajes. Y esto lo hago, ande o no ande en campaña. Y la gente es agradecida. Por eso arrasé cuando fui candidato a diputado local y lo volví a hacer cuando fui candidato a diputado federal. Y eso que Culiacán no es fácil. Es un municipio muy complicado.
“Por todo lo que he dicho siento muy padre ser el candidato más joven para la presidencia municipal de Culiacán. No es fácil tener esta candidatura y me la he ganado. Y de lo que estoy seguro es que esté o esté en un cargo público o en un puesto de representación popular, voy a seguir ayudando. Claro, siempre y cuando tenga amigos que me ayuden y que Dios me dé vida”.
Los aplausos sonaron con mucha fuerza. Jesús también se ganó a esta audiencia.