Los Hilos del Poder Cuauhtémoc Ramos Nunca antes en el estado se había dado una experiencia que marcara un hito en la historia, co...
Los Hilos del Poder
Cuauhtémoc Ramos
Nunca antes en el estado se había dado una experiencia que marcara un hito en la historia, como el nacimiento del Partido Sinaloense (PAS), partido que en su primera incursión en elecciones locales, este recién nacido instituto se convirtiera en la tercera fuerza política de la entidad.
El PAS llegó con tanta fuerza desplazando de esa posición al PRD, partido que no se repone de los conflictos internos que lo mantienen postergado y sin posibilidades de recuperar mayores espacios en un tiempo que le permita encauzarse de nuevo, por lo menos en Sinaloa.
Pero hablamos del PAS y el impacto que marcó su presencia en el entorno y lo atractivo para los dos partidos grandes, el PAN y el PRI, de pretender crear coaliciones y compartir como aliados espacios electorales en el presente proceso de elecciones generales.
Panistas y priístas entraron en detalles. Hablaron con el PAS en buenos términos y en lenguaje civilizado de la concordia y el entendimiento, tan difíciles en tiempos como estos.
Aunque conservador en sus ofertas el PRI las tasó en el plano convencional, hablaron de diputaciones y ayuntamientos y de otras posiciones no menos importantes, con la excepción de la candidatura al gobierno del estado, como lo anunció en su momento la dirigente Marta Tamayo.
¿Por qué no fue así? Porque la misma Tamayo dijo: “En el PRI nos sobran aspirantes a esa candidatura”. Eran diez y con Quirino que llegó como aerolito fueron once.
Al PAS, el PAN le mejoró la oferta, y vean nomás si no. Le ofreció el 40 por ciento de las candidaturas, entre ellas dos presidencias municipales de primer nivel a escoger entre las de Ahome, Guasave, Mazatlán y Culiacán, las de mayor sustancia.
Sin embargo la alianza pactada entre el PAN, PRD y PAS, poco después, modificó las condiciones y el rompimiento posterior le echó tierra al asunto. Melesio Cuén se pronunció porque se eligiera el candidato (estaba seguro de ganar). Las cabezas del PAN querían un candidato surgido de sus filas.
¿Se le fueron las oportunidades al PAS?
Ante tales discrepancias y de tantos acuerdos prendidos con alfileres las cosas se vinieron abajo, desbaratándose la alianza que no acababa de nacer, y cada quien, al romperse la tasa se fue para su casa.
Ahora queda el reparto… ¿de la frustración?
Para el PAN no tanto; por la estrategia del PRIAN de Martín Heredia con su habilísimo brazo derecho Alejandro Higuera en las negociaciones y atesorados por el dirigente nacional Ricardo Anaya.
Entre el PAN y el PRI no hay problemas se tapan con la misma cobija y seguirán los acuerdos que ya empezaron. El PAN no va a ganar, pero no le irá tan mal.
El PAS se queda en su alianza con el MC. ¿Qué futuro le espera en Ahome, Guasave, Cuamúchil, Navolato, Culiacán y Mazatlán? Pronto lo sabremos.
El PRI se siente como si fuera en caballo de hacienda.
Veredes pues… cosas veredes.