La recaptura de Rafael Caro Quintero, el Narco de narcos, ha sido presumida como un trabajo de inteligencia complejo, pero parte del plan se...
La recaptura de Rafael Caro Quintero, el Narco de narcos, ha sido presumida como un trabajo de inteligencia complejo, pero parte del plan se concretó con la traición de sus familiares, quienes fueron reclutados como informantes por la Administración del Control de Drogas (DEA).
Según funcionarios de la agencia norteamericana consultados por el medio Washington Post, los datos proporcionados por esos colaboradores fue fundamental para que complementaran investigaciones y así remitir la información a las autoridades mexicanas.
Aunque el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó una influencia determinante de la DEA, el arresto del pasado 15 de julio resultó una culminación de años. Así fue como terminó el operativo la Secretaría de Marina Armada de México, apoyada por una fuerza de tarea estadounidense designada con las iniciales del Narco de narcos.
De acuerdo con el rotativo norteamericano, la deslealtad de los cercanos a Caro Quintero fue en coordinación con detectar por qué caminos de terracería se movía el objetivo. Incluso, apunta el diario, sabían las rutas que utilizaba para visitar a sus novias.
“Se movía en motocicleta y cuatrimoto, custodiado por equipos de seguridad que rotaban cada semana”, señaló el Washington Post con informes proporcionados por agentes de la DEA que trabajaron desde 2013 para llevar a la recaptura, luego de que el capo fuera liberado por un amparo obtenido con supuestas fallas a su proceso judicial.
Según el reporte, de 2013 a 2022 se desplegaron 12 operativos fallidos de captura, por lo que agentes estadounidenses sospechan que hubo filtraciones de alto nivel, como si estuvieran protegiéndolo del lado de autoridades mexicanas. Esas graves acusaciones no han sido contestadas por el gobierno de López Obrador.
Algo que fue retomado es el compromiso y la solicitud manifestada al canciller Marcelo Ebrard, a quien el Departamento de Justicia le planteó la necesidad de recapturar a Caro Quintero. Esto pasaría desapercibido como trámite de cooperación binacional, salvo que esa petición se hizo antes de que Estados Unidos accediera a liberar al general Salvador Cienfuegos Zepeda.
Pues el ex titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fue arrestado en octubre de 2020 por cargos de narcotráfico, mientras se dirigía con su familia de vacaciones a Los Angeles. Pero fue repatriado el 18 de noviembre de ese año por negociaciones del gobierno mexicano, quien prometió investigarlo; aunque la Fiscalía General de la República finalmente exoneró al general en enero de 2021, tras indagatorias exprés.
Tras la devolución de Cienfuegos Zepeda, la agencia Reuters reveló que México prometió al entonces fiscal general William P. Barr que trabajaría con EEUU para detener a un líder de alto nivel prioritario. A cambio, serían desestimados los cargos que pesaban contra el titular de la Sedena con Enrique Peña Nieto.
“Les dejé claro a los mexicanos que recuperar a Caro Quintero era una de nuestras principales prioridades”, dijo el exfiscal Barr al Washington Post.
En enero del año pasado, ya con el general liberado de cargos en México y Estados Unidos, López Obrador aprobó el décimo operativo para dar con el Narco de narcos. Creían que tendrían éxito y la información de inteligencia fue otorgada por agentes que habían hablado con socios del fundador del Cártel de Guadalajara en Sinaloa.
Varios helicópteros Blackhawk de la Marina volaron al Triángulo dorado del narco y aterrizaron en el poblado de Babunica, del municipio de Badiraguato. Pero cuando los agentes se desplegaron en la zona, su objetivo ya no estaba. Ello ratificó sospechas por filtraciones.