Sobre el camino Benjamín Bojórquez No hablaremos de personajes que buscan la dirigencia estatal del Revolucionario Institucional del PRI en...
Benjamín Bojórquez
No hablaremos de personajes que buscan la dirigencia estatal del Revolucionario Institucional del PRI en Sinaloa, sino de una fractura que con el tiempo se ha venido agudizando. Ahora los militantes priistas hablan de democracia e igualdad política en sus cuentas oficiales en redes sociales, cuando ellos mismos desde la cúpula de poder han amplificado el dedazo y las traiciones. Aquí les dejo un análisis a conciencia a todos los militantes priistas de Sinaloa. La fractura social, el cambio hegemónico inminente del PRI a Morena, se dio en primer lugar -y más allá de la corrupción- por la profunda desigualdad social. Es decir, cuando las clases populares entendieron que a ellos no les toca nunca el beneficio y la prosperidad social; cuando entendieron que el PRI ya no es un vehículo para la movilización social. El primer reto es una mayor cohesión social con base en una redistribución de la riqueza. Se veía venir. Poco a poco el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha cavado su propia tumba. La incapacidad de renovarse y adaptarse a las exigencias de una nueva sociedad lo ha llevado a cometer un grave error tras otro. El anunciado triunfo del exgobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, en la elección interna del nuevo dirigente nacional, es un clavo más al ataúd que muestra, una vez más, la naturaleza corrupta de un partido sin vocación democrática. Pero, no se piense que los desaciertos priistas tuvieron lugar solo en el último sexenio, los clavos que van cerrando el ataúd del otrora partido hegemónico han sido atornillados de manera lenta y continuada. La certeza de haber conformado una sociedad a su imagen y semejanza, el control sobre ésta, las décadas de supuestos triunfos electorales, la fidelidad de su voto duro y su vuelta en el año 2012, les cegaron. La soberbia hizo su aparición, la convicción en torno a su experiencia y el “saber cómo hacerlo”, los llevó a pensar que podían recuperar la presidencia y mantener diversas gubernaturas y asegurar, mediante el manejo corrupto del presupuesto, su permanencia en el poder. Llegaron incluso a creer que un presidente “guapo, joven, delgado, bien vestido y peinado” cubriría la falta de conocimientos y preparación que el máximo puesto de poder político en el país requiere, a final de cuentas, no hay nada que un grupo asesor (de Atlacomulco) no pudiera resolver. Mala decisión haber permitido que el Grupo Estado de México, mejor conocido como Grupo Atlacomulco, se hiciera con el control del partido, para luego imponer a uno de sus miembros, no el más destacado, por cierto, como presidente de la República, fue como darse un tiro en el pie, agregando un enorme clavo al ataúd. La duda sobre si podrían mantenerse en el poder o no, llevó al grupo del expresidente Peña a “asegurarse” un futuro halagüeño vaciando las arcas públicas, aunque eso sí, manteniendo estable la macroeconomía como reza el credo neoliberal. Hoy, las consecuencias de tales acciones están a la vista: la enorme derrota electoral de 2018; los conflictos al interior del PRI por el control del partido; la falta de recursos económicos del partido, al punto de no poder pagar al INE230 millones de pesos para que esta institución realizara la elección para sustituir a la dirigencia nacional; las acusaciones de corrupción y el inicio de investigaciones en contra de funcionarios de la anterior administración como Rosario Robles Berlanga, Emilio Zebadúa González, Emilio Lozoya Austin; la salida reciente de importantes y antiguos militantes; además de la desbandada previa y, probablemente, futura hacia Morena, ¿movimiento en camino de convertirse en partido hegemónico?, no lo sabemos aún, lo que sí es un hecho es la debacle innegable del anteriormente invencible partido posrevolucionario.
GOTITAS DE AGUA:
El PRI en Sinaloa debe refundarse y definir con claridad cuáles son las metas que debe tener en el futuro para no desaparecer, porque en estos momentos corre el riesgo de perder representación y convertirse en un partido satélite en Sinaloa y a nivel nacional en un partido regional. El PRI en Sinaloa necesita una enorme sacudida, con un proceso interno democrático, abierto, que permita a todos participar y que sea una elección directa hecha por la militancia para darle vida al partido. Hay muchas voces que piensan que hay que cambiarle el nombre, otros que hablan de transformar la estructura propia que tienen en el esqueleto sinaloense, pero todo esto debe discutirse en una gran asamblea estatal, en donde toda la militancia participe y pueda definir con claridad cuáles son las metas que el PRI debe tener en el futuro para no desaparecer. El PRI necesita un proyecto innovador, plural, de suma y de inclusión, con una visión diferente, que le dé una visión diferente de la que hoy tiene frente a los retos y los problemas del país, de otra manera va a perder militancia, va a perder fuerza, va a perder la poca presencia que le queda. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…