Sobre el camino Benjamín Bojórquez Olea Hablar del tema es aludir a un debate no resuelto. Lo mismo es posible encontrar opiniones tanto en...
Benjamín Bojórquez Olea
Hablar del tema es aludir a un debate no resuelto. Lo mismo es posible encontrar opiniones tanto en los círculos académicos como en los políticos que consideran que nuestro congreso local en Sinaloa ocupa un lugar desventajoso con respecto al poder Ejecutivo Estatal, que otras inclinadas a considerar lo opuesto. El problema asemeja a aquel anuncio que hacía referencia a un vaso que contenía agua hasta la mitad para formular la pregunta al público si consideraba éste se encontraba medio lleno o medio vacío. Creo que al igual que ese anuncio, cualquier juicio sobre la debilidad o la fortaleza del Poder Legislativo sinaloense es producto de la perspectiva desde lo que uno vea el asunto. Para algunos especialistas, el problema que se enfrenta tanto en Sinaloa como en México es que estamos frente a un estado legislativo débil y acotado en términos generales. Ante este panorama, ¿el vaso está lleno, o medio vacío? ¿Sirve de algo que su elección solo requiera del apoyo de una mayoría relativa, o ello constituye más bien un problema? Las mujeres tienen que aprender a fomentar esquemas de sororidad que no estén en función de la lealtad a partidos, bancadas, colores o gobiernos. En esta nueva legislatura local que abrió el telón el pasado sábado en nuestra entidad sinaloense, 23 mujeres ocupan curules en el Congreso del Estado. Los inicios son buenos para replantear la nueva narrativa que estas mujeres nos pueden ofrecer a los sinaloenses, desde la responsabilidad conferida. Y es que no es sencillo cambiar los viejos modos de un congreso local donde falta mucho para lograr espacios y decisiones a cargo de mujeres. Hoy serán más mujeres que hombres, lo aplaudo, pero también analizo el comportamiento legislativo de cada uno de ellos. No es solo ser parte de una mesa directiva o presidir una junta de gobierno en la que ni siquiera tienen la voz de mando; es lograr conjuntar decisiones que realmente reflejen cambios en una sociedad. En Sinaloa a diferencia de la anterior legislatura tendrán ese gran reto para enfrentar diferencias partidistas o entregarse por completo a un solo hombre. Las mujeres tienen que aprender a exigir a aquellas que están en la primera línea de fuego. A las señoras diputadas hay que recordarles que legislar no es subir al pleno, leer dos cuartillas, proponer ocurrencias sin trasfondo social y luego posar para sus redes sociales contabilizando esa participación como todo un logro, cuando muchas de esas iniciativas o si acaso puntos de acuerdo, no verán la luz, porque terminarán en la congeladora. Y es que en la anterior legislatura nos quedaron a deber debido a la ineficacia legislativa y a ese odio acumulado que terminó de hundir la técnica y profesionalización legislativa. Los sinaloenses necesitamos 23 mujeres aguerridas no solo con sus opositores, sino con sus propios coordinadores y partidos, para realizar un cabildeo que libere de vetos, rechazos o ignorancia, la urgencia de contar con una verdadera agenda de género desde el congreso del estado. Hay muchos rostros, encuadres, tendencias y luchas que se aprecian en las 23 diputadas por mayoría relativa y de representación proporcional que hoy conforman el poder legislativo en Sinaloa.
GOTITAS DE AGUA:
Esperamos ver a una Juana Minerva Vázquez González más revolucionada no solo con sus compromisos dogmáticos, sino también con la apertura que implica el trabajo con mujeres. Esperamos que Elizabeth Chía Galaviz abandere la defensa de las mujeres y se enfoque en una verdadera agenda legislativa. Esperamos que Cecilia Covarrubias González ahora si abandere nuevos capítulos y no repita los mismos errores tomando solo anotaciones y luchas internas que solo provocaron escozor. Esperamos que la diputada Alba Virgen Montes Álvarez trabaje sin estridencias y opere no solo con voz, sino también con voto a favor de las mujeres. Esperamos que la diputada Felicita Pompa Robles dese-tiquete su oficialismo y abone a una agenda para las y los sinaloenses. Esperamos que Luz Verónica Avilés Rochín ahora que estrenó su camiseta de pasista y “amlover”, siga denunciando las desigualdades sociales y no solo vaya en busca de nuevos huesos políticos en un futuro con otro partido de moda. Esperamos que Almendra Ernestina Negrete Sánchez no solo se la pase peleando temas tan polémicos y nos haga ver su rentabilidad legislativa. Esperamos que el buen trabajo y continuidad de María Victoria Sánchez Peña abonen a las mujeres de una importante capital como es Culiacán, Sinaloa. Esperamos en los nuevos rostros ver agallas y empoderamiento, así como se advierte en el de Viridiana Camacho Millán, una mujer que conoce los temas que nos interesan ver y escuchar en las agendas de género con estructura, conocimiento y congruencia. Esperamos que, con la frescura de nuevas ideas, Alma Rosa Garzón Aguilar sorprendan con un trabajo contundente y no solo de bisutería política. Esperamos ver a María del Rosario Osuna Gutiérrez como toda una auténtica legisladora, promoviendo agendas de interés colectivo y de mucho equilibrio. Esperemos que Flor Emilia Guerra Mena no levante el dedito por decreto y sea congruente en las tareas y tenidas legislativas. Esperemos también, que Rosario Guadalupe Sarabia Soto sea una persistente legisladora con los temas que involucran a los municipios que le dieron el voto, pues estos dos municipios del sur del estado tienen muchas necesidades en materia de infraestructura y marginidad social.
UNA GOTA MÁS:
Las 10 mujeres restantes de representación proporcional en mi querido Sinaloa su único compromiso es con su partido, así ha sido siempre, sin embargo, deberían de voltear a sus municipios de origen y realizar actividades itinerantes de acuerdo a las necesidades de su comunidad, con ello le abonan a ese cheque que cobrarán cada mes, que se salgan de sus oficinas refrigeradas. Ojalá la nueva narrativa de este naciente congreso sinaloense cambie la forma de plantear y hacer política legislativa, donde se priorice esa agenda de género que hasta ahora se minimiza y politiza, desdibujando la función de las propias diputadas. En Sinaloa nos mereceremos una nueva generación de voces masculinas y femeninas no solo aprobando, sino peleando una batalla en común y plural. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…