Análisis Miguel Alonso Rivera Bojórquez * Durante el último tercio de 2015, el gobernador Mario López Valdez mencionó durante un act...
Análisis
Miguel Alonso Rivera Bojórquez *
Durante el último tercio de 2015, el gobernador Mario López Valdez mencionó durante un acto solemne, desde la alta tribuna del Congreso del Estado, que “Coincidir” es una canción que le encanta.
Muchos se afanan en buscar el amor. Otros se desaniman por no alcanzar un ideal. Sin embargo, la mayoría encuentra el “amor verdadero” sin darse cuenta y lo deja ir.
Parafraseando al político y filósofo Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.) simplemente diremos que quien busca el amigo o el amor perfecto, morirá sin conocer la amistad o el “amor verdadero”.
Quizás eso también se pueda aplicar al antiguo anhelo del pueblo de tener un gobernante bueno y justo, o por tener el deseo de quedar en la historia como un gobernante así y dejar ir la oportunidad de serlo.
Proverbios 29:2 tiene muchas traducciones. Esta cita bíblica dice que “cuando gobierna un hombre justo o los justos se multiplican, están en el poder o dominan, el pueblo se alegra, el pueblo prospera; pero cuando gobierna o domina un hombre impío, malvado o los perversos están en el poder, el pueblo gime, llora o se pone triste”.
La esperanza es la confianza de alcanzar un anhelo y si algo desea el pueblo como gobernante, de tener la posibilidad de elegir al mejor candidato el domingo 5 de junio de 2016, ya harto de tanta frivolidad y banalidad, es un ser humano que ame a su pueblo, que sea un servidor, no un ser avaro ni codicioso; que busque la sabiduría para las decisiones difíciles, humilde, sobrio, serio, instruido y rodeado de personas iguales, responsables y generosas.
A principios de 2015, el gobernador también dijo que espera que la historia o la justicia lo juzguen, pero que la desconfianza o la maldad no impidan la ejecución de los proyectos de asociación público privada, acusando de “maldad” a quienes se oponen a comprometer las finanzas públicas de Sinaloa con los hospitales APP. Probablemente su comentario tenía una dedicatoria especial.
No obstante, la maldad, entendida como ausencia de moral, bondad, caridad, afecto o condición negativa del ser humano, por su entorno y quienes le rodean, no puede ser aplicable a quienes se preocupan por el futuro de Sinaloa. La maldad implica, por definición, contravenir deliberadamente usando la astucia, los códigos de conducta, moral o comportamiento oficialmente correctos en un grupo social. Ese significado es más bien aplicable a otro tipo de personas que buscan el beneficio personal a costa o sin importar el sufrimiento ajeno o la desgracia de la población.
Por esta y muchas razones más, es interesante la romántica mención de la melodía “Coincidir” de Fernando Delgadillo (1965- ), creador de la canción informal, trovador originario de la Ciudad de México.
Un himno al misterio del “amor verdadero” que nos recuerda que lo único que nos pertenece es “el instante” que estamos viviendo y los lustros que ya hemos vivido. Mañana no sabemos si estaremos vivos.
El poeta español Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) sostiene que quienes nos aman han de ser como la sangre que acude a la herida sin esperar que la llamen.
Así, aquellos que aman, sin barreras ni cortapisas, compartirán con el ser amado “el instante”, contra todo y a pesar de todo. Una persona que sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere, es el “amor verdadero”.
A Fernando Delgadillo lo descubrimos gracias al Trío Azteca, quienes grabaron un disco teniendo a “Coincidir” como tema principal.
Ramón Camargo, requinto y tercera voz; Roberto Zazueta, maracas y primera voz, y Daniel Murillo, armonía y segunda voz, nos facilitaron más letras de Fernando Delgadillo.
Un fragmento de “Hoy ten miedo de mí” dice:
“Hoy procura que aquella ventana que mira a la calle en tu cuarto se tenga cerrada porque no vaya a ser yo el viento de la noche y te mida y recorra la piel con mi aliento y hasta te acaricie y te deje dormir y me meta en tu pecho y me vuelva a salir y respires de mí”.
En la canción “no me pidas ser tu amigo” Fernando Delgadillo nos dice:
“No me pidas ser tu amigo porque hay cosas en mí que este día no entiendo, por ejemplo, que no puedo ser ese alguien que piensa en la comprensión y esta solo me daría tranquilidad si a la vez tú me comprendieras esta tarde que me hace abrazarte fuerte cuando me dices adiós”.
El escritor brasileño Paulo Coelho (1947- ) asegura que amor es generosidad sin límite. El “amor verdadero” es un sentimiento que todo lo invade y se siente de improviso, es incontrolable y no hay reglas que puedan detenerlo.
Este amor podría ser el amor a una persona, incluso el amor de un gobernante hacia su pueblo o del pueblo hacia su gobernante.
Los celos no son amor, provienen de nuestro miedo a perder importancia o poder ante ciertas personas, a perder unos sentimientos con base egocéntrica. Los celos nacen de nuestro egoísmo. Para poder amar a alguien se necesita dar lo mejor de uno mismo, sin esperar recibir a cambio ni lo más mínimo. El “amor verdadero” debe ser sincero y desinteresado, porque si no es cuando entra el ego y lo destruye todo.
El amor no puede ser codicioso ni egoísta.
El escritor británico Robert Louis Stevenson (1850-1894), autor de “El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde”, dice en voz de su personaje del Dr. Jekyll:
“Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite”.
La agonía del poder es la antesala de la parte más difícil de un gobernante: el espacio en el cual el poder ya se ha ido. Es cuando más se extraña el ritual del poder, la pleitesía, el cariño de los aduladores y los amores, aunque muchos sean falsos. Pero ese, el “amor verdadero”, nace de la reciprocidad de los actos justos y benévolos.
En este contexto, entre la divergencia y la coincidencia, ¿la manipulación de la información es algo que deberíamos aceptar? La manipulación mediática y la política van de la mano en el arte de engañar. Sin un ánimo catastrofista, diremos que la incertidumbre, inseguridad y el miedo están lejos del paraíso inexistente que diariamente nos intentan dibujar.
Sin embargo, hoy en Sinaloa crece una visión crítica y en eso quizás sí, podemos “Coincidir”.
“Hay una canción que me encanta, soy vecino de este mundo por un rato, dice una de sus estrofas. Y hoy coincide que también tú estás aquí, tanto tiempo, tanto mundo, tanto espacio, y coincidir”, dijo Malova en sesión solemne del Congreso del Estado.
La letra de esta canción dice así:
“Soy vecino de este mundo por un rato
y hoy coincide que también tú estás aquí,
coincidencias tan extrañas de la vida;
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir.
Si navego con la mente en los espacios
o si quiero a mis ancestros retornar,
agobiado me detengo y no imagino
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir.
Si en la noche me entretengo en las estrellas
y capturo la que empieza a florecer
la sostengo entre las manos, mas me alarma:
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir.
Si la vida se sostiene por instantes
y un instante es el momento de existir,
si tu vida es otro instante... no comprendo:
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir”.