Nueva York, Estados Unidos . - A partir de este lunes, las canchas en Flushing Meadows se vestirán de gala para albergar el último Gr...
Nueva York, Estados Unidos .- A partir de este lunes, las canchas en Flushing Meadows se vestirán de gala para albergar el último Grand Slam de la temporada, el Abierto de Estados Unidos, en el cual el tenista croata Marin Cilic busca repetir como campeón.
El primer desafío para el discípulo de Goran Ivanisevic será el argentino Guido Pella, quien luchó con uñas y dientes en la "qualy" realizada esta semana, hasta ganarse el privilegio de estar en el cuadro estelar.
Así pues, en el segundo turno del Louis Armstrong Stadium, empezará el largo sendero de dos semanas para el balcánico, noveno de la siembra, cuya carrera ha pasado por contrastantes momentos.
Y es que antes de proclamarse rey de las pistas neoyorquinas y de vivir momentos inolvidables e históricos, Cilic había tocado fondo por una sanción de nueve meses al dar positivo por un metabolito de niketamida, pero a finales de 2013 pudo regresar a la actividad pues el castigo se redujo a cuatro meses.
A la campaña siguiente, una rápida salida en el Abierto de Australia hizo pensar que para retomar su nivel de Top 10 iba a tardar mucho, pero pronto pasaría página y comenzó a ser cliente frecuente de las finales en eventos de la Gira Mundial de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) e incluso en febrero se convirtió en el tercer jugador croata con más coronas en la historia.
En Roland Garros, Wimbledon y la mayoría de los Masters 1000, los resultados no fueron tan notables, pero a cambio se dio la oportunidad de nueva cuenta como doblista, modalidad en la cual ya había estado en el Top 50 antes de ser suspendido.
En la Rogers Cup se lució junto al mexicano Santiago González y llegaron hasta la ronda de semifinales, en el que sería su último gran logro antes de inmortalizar su nombre en el "deporte blanco".
Fue un 8 de septiembre cuando se adueñó de la cancha Arthur Ashe y dominó al japonés Kei Nishikori, con lo cual levantó su primer título de Grand Slam, en el marco de las 300 victorias de su trayectoria y con una carga importante de sorpresa, siendo el primer jugador que gana un Major partiendo como decimocuarto favorito.
Además la bandera de Croacia no recibía los honores en un torneo de este calibre desde que su ahora entrenador Ivanisevic se cubrió de gloria en "Wimby", en el 2001.
Con ese envión anímico, Cilic representó a su país en la Copa Davis, donde fue clave para que su nación se reincorporara al Grupo Mundial y ya en el cierre de la temporada, se fue en blanco en las Finales de la Gira Mundial, a la cual asistió por primera vez.
Ya en la actual campaña, una persistente lesión en el hombro lo condicionó en la primera etapa del calendario, hasta que fue turno de la gira sobre césped y ahí despuntó con semifinales en el torneo de Stuttgart y cuartos de final en Wimbledon.
Destellos de su mejor versión se vieron también en el Citi Open de Washington, donde alcanzó la fase de los mejores cuatro y ahí sucumbió frente a Nishikori, en una especie de revancha por lo sucedido hace casi un año.
Justamente el nipón y el español David Ferrer son algunos de los nombres de cuidado que aparecen en el bloque donde quedó situado tras el sorteo del pasado jueves, así que la defensa no será nada sencilla, pero al menos ahora tendrá de su lado la certeza de que es capaz de consagrarse como el mejor de todos.
El primer desafío para el discípulo de Goran Ivanisevic será el argentino Guido Pella, quien luchó con uñas y dientes en la "qualy" realizada esta semana, hasta ganarse el privilegio de estar en el cuadro estelar.
Así pues, en el segundo turno del Louis Armstrong Stadium, empezará el largo sendero de dos semanas para el balcánico, noveno de la siembra, cuya carrera ha pasado por contrastantes momentos.
Y es que antes de proclamarse rey de las pistas neoyorquinas y de vivir momentos inolvidables e históricos, Cilic había tocado fondo por una sanción de nueve meses al dar positivo por un metabolito de niketamida, pero a finales de 2013 pudo regresar a la actividad pues el castigo se redujo a cuatro meses.
A la campaña siguiente, una rápida salida en el Abierto de Australia hizo pensar que para retomar su nivel de Top 10 iba a tardar mucho, pero pronto pasaría página y comenzó a ser cliente frecuente de las finales en eventos de la Gira Mundial de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) e incluso en febrero se convirtió en el tercer jugador croata con más coronas en la historia.
En Roland Garros, Wimbledon y la mayoría de los Masters 1000, los resultados no fueron tan notables, pero a cambio se dio la oportunidad de nueva cuenta como doblista, modalidad en la cual ya había estado en el Top 50 antes de ser suspendido.
En la Rogers Cup se lució junto al mexicano Santiago González y llegaron hasta la ronda de semifinales, en el que sería su último gran logro antes de inmortalizar su nombre en el "deporte blanco".
Fue un 8 de septiembre cuando se adueñó de la cancha Arthur Ashe y dominó al japonés Kei Nishikori, con lo cual levantó su primer título de Grand Slam, en el marco de las 300 victorias de su trayectoria y con una carga importante de sorpresa, siendo el primer jugador que gana un Major partiendo como decimocuarto favorito.
Además la bandera de Croacia no recibía los honores en un torneo de este calibre desde que su ahora entrenador Ivanisevic se cubrió de gloria en "Wimby", en el 2001.
Con ese envión anímico, Cilic representó a su país en la Copa Davis, donde fue clave para que su nación se reincorporara al Grupo Mundial y ya en el cierre de la temporada, se fue en blanco en las Finales de la Gira Mundial, a la cual asistió por primera vez.
Ya en la actual campaña, una persistente lesión en el hombro lo condicionó en la primera etapa del calendario, hasta que fue turno de la gira sobre césped y ahí despuntó con semifinales en el torneo de Stuttgart y cuartos de final en Wimbledon.
Destellos de su mejor versión se vieron también en el Citi Open de Washington, donde alcanzó la fase de los mejores cuatro y ahí sucumbió frente a Nishikori, en una especie de revancha por lo sucedido hace casi un año.
Justamente el nipón y el español David Ferrer son algunos de los nombres de cuidado que aparecen en el bloque donde quedó situado tras el sorteo del pasado jueves, así que la defensa no será nada sencilla, pero al menos ahora tendrá de su lado la certeza de que es capaz de consagrarse como el mejor de todos.