Entre Veredas Marco Antonio Lizárraga “No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo”....
Entre Veredas
Marco Antonio Lizárraga
“No estimes el
dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo”.
Alejandro Dumas (hijo)
EL DEBUT
La reciente
aparición pública de Andrés Manuel López Beltrán como secretario de Movimiento
de Regeneración Nacional (Morena) no solo marca un hito en su carrera política,
sino que también simboliza un cambio generacional en el partido.
Este evento se
llevó a cabo en una asamblea informativa en Nuevo León, donde la presidenta
nacional de Morena, Luisa María Alcalde, enfatizó la relevancia histórica de
este momento, particularmente al celebrar la llegada de Claudia Sheinbaum como
la primera presidenta de México.
En un ambiente
cargado de expectativas, los militantes de Morena se congregaron en el Centro
Internacional de Negocios (Cintermex) de Monterrey.
La figura de
López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador,
inevitablemente atrae miradas, pero su debut fue marcado por una notable
ausencia de declaraciones a la prensa y un perfil bajo en el evento.
Esta decisión
podría interpretarse como una estrategia para no opacar el mensaje de
continuidad y transformación que el partido busca proyectar bajo el liderazgo
de Sheinbaum.
La presidenta
nacional del partido, Luisa María Alcalde, subrayó que el liderazgo femenino en
la política mexicana es un reflejo de la transformación que México está
viviendo.
Su afirmación de
que “cerramos una etapa histórica, pero también iniciamos una nueva” es una
invitación a la militancia para adoptar un rol activo en lo que ella llama el
"segundo piso" de la Cuarta Transformación.
Alcalde resaltó
que la elección de una mujer como presidenta es un triunfo de la lucha social y
de las mujeres, lo que añade un componente de responsabilidad a los militantes:
apoyar a la primera presidenta de México.
La
transformación política en México, iniciada por López Obrador, no se detiene, y
los ciudadanos han respondido positivamente a esta nueva etapa al elegir a
Sheinbaum. La presidenta del partido enfatizó la importancia de la honestidad y
el compromiso social de la nueva mandataria, factores que, según ella, serán
cruciales para enfrentar los desafíos venideros.
A pesar de su
linaje, López Beltrán se enfrenta al desafío de demostrar que su influencia y
liderazgo pueden trascender su apellido.
Su nombramiento
como secretario implica la responsabilidad de movilizar las estructuras del
partido a nivel nacional, una tarea que requiere no solo carisma, sino también
habilidades de liderazgo y la capacidad de unir a un partido que ha crecido
rápidamente y ahora cuenta con una base de apoyo diversa y en ocasiones
fragmentada.
El papel que
desempeñará será crucial en las próximas elecciones de 2027, donde Morena se
plantea objetivos ambiciosos, como la conquista de estados estratégicos como
Nuevo León y Chihuahua.
Estos estados
representan no solo oportunidades electorales, sino también la posibilidad de
afianzar el dominio político del partido en regiones donde la oposición ha
mostrado fortaleza.
La capacidad de
López Beltrán para involucrar y movilizar a los militantes será esencial para
alcanzar estas metas.
A medida que el
partido se adentra en esta nueva fase, queda la incógnita de cómo López Beltrán
podrá consolidar su liderazgo.
Si bien es hijo
de un expresidente, deberá demostrar que su contribución al movimiento va más
allá de la herencia familiar.
Los votantes y
militantes de Morena buscarán autenticidad y resultados, y el éxito de López
Beltrán dependerá de su capacidad para conectar con las preocupaciones y
aspiraciones de la población.
La próxima etapa
para Morena, bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum y con López Beltrán al
mando de la movilización, promete ser un periodo de gran actividad política y
social.
Será un momento
decisivo para reafirmar los ideales de la Cuarta Transformación y demostrar que
el cambio es un proceso en constante evolución, con nuevas voces y liderazgo,
incluso entre las nuevas generaciones.
EL DEDO EN LA
LLAGA
La decisión del
excandidato a la presidencia municipal de Mazatlán, Guillermo Romero, de
presentar un recurso de apelación ante la Sala Superior del Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) marca un momento significativo en
la política local. Tras los comicios del pasado 2 de junio, Romero busca
revisar los resultados que, según él, están manchados por irregularidades.
Romero, quien se
postuló por la Coalición Fuerza y Corazón por Sinaloa, sostiene que obtuvo más
de 80 mil votos y confía en que la Sala Superior, como máxima autoridad
electoral, tomará en cuenta las pruebas presentadas por su equipo legal. Su
declaración de que “no descansaremos hasta que la verdad salga a la luz”
subraya su determinación de luchar por lo que considera una injusticia hacia
los ciudadanos que apoyaron su candidatura.
El excandidato
argumenta que la negativa de la Sala Regional del TEPJF en Guadalajara de
revisar las pruebas de presunto fraude electoral es una muestra de la falta de
atención a las quejas legítimas de los ciudadanos.
Este descontento
no es único de Romero; refleja un clima generalizado de desconfianza en el
sistema electoral que ha crecido en los últimos años.
En un contexto
donde la transparencia y la integridad electoral son fundamentales para la
democracia, las afirmaciones de fraude, si no se abordan adecuadamente, pueden
socavar la legitimidad de los procesos democráticos.
Romero destaca
que esta es una oportunidad para revertir lo que considera un fraude electoral
y apela a las autoridades para que actúen con responsabilidad y justicia.
La respuesta de
la Sala Superior será clave no solo para el futuro político de Romero, sino
también para la confianza pública en el sistema electoral.
Si se demuestra
que hay irregularidades significativas, esto podría tener repercusiones en la
credibilidad de las instituciones electorales y en la relación entre los
ciudadanos y sus representantes.
En un país donde
la política ha estado marcada por escándalos de corrupción y disputas
electorales, la impugnación de Romero podría ser un llamado a la acción para
otros candidatos que se sientan agraviados por el proceso electoral.
La lucha por la
transparencia y la justicia electoral no solo beneficia a los involucrados
directamente, sino que también es esencial para fortalecer la democracia en su
conjunto.
A medida que
avanza el proceso de apelación, será crucial observar cómo responden tanto las
autoridades electorales como los partidos políticos.
El resultado no
solo definirá el futuro de Guillermo Romero, sino que también podría sentar un
precedente sobre cómo se manejan las disputas electorales en Sinaloa y en todo
México.
CON MELÓN O CON
SANDÍA
El gobernador
Rubén Rocha Moya ha confirmado que el próximo titular de la Secretaría de
Turismo de Sinaloa será una mujer, y actualmente se barajan dos nombres: María
Elizalde Ruelas, alcaldesa de Mocorito, y Celia Jáuregui Ibarra, exdiputada
local.
Ambas figuras
políticas tienen trayectorias destacadas, aunque con enfoques distintos, lo que
plantea un análisis sobre sus perfiles y cómo podrían contribuir al desarrollo
turístico del estado.
María Elizalde
Ruelas ha centrado su gestión en el impulso al turismo cultural y social en
Mocorito, consolidándolo como un Pueblo Mágico atractivo para el turismo
regional.
Bajo su
administración, se han realizado festivales culturales y eventos que fomentan
la identidad local, además de fortalecer la infraestructura y los servicios
básicos del municipio.
Con un cambio
reciente hacia Morena, ha estrechado sus relaciones con el gobierno estatal, lo
que la posiciona como una figura cercana al proyecto político de Rocha Moya. Su
enfoque en la promoción cultural sugiere que podría fortalecer el turismo
comunitario a nivel estatal.
Celia Jáuregui
Ibarra, por otro lado, tiene una carrera más enfocada en la política
legislativa, con experiencia en la 64ª Legislatura del Congreso del Estado,
donde se mantuvo ocupada en temas como transparencia y desarrollo social.
Desde su
posición, ha demostrado habilidades para gestionar recursos y articular
políticas públicas en este sector del estado.
Además, su
profundo vínculo con Mazatlán, uno de los destinos turísticos más importantes
de Sinaloa, le otorga un conocimiento privilegiado sobre las necesidades del
sector turístico en esa región.
Su ambición
política también se refleja en su intención de competir por la alcaldía del
puerto en 2024, lo que muestra su disposición para asumir desafíos ejecutivos.
Ambas candidatas
representan opciones viables, aunque con diferentes enfoques. Si la prioridad
es consolidar el turismo regional y cultural, Elizalde podría ser la candidata
adecuada.
Por el
contrario, si el objetivo es implementar políticas públicas con un enfoque más
amplio y estructural, Jáuregui aporta la experiencia legislativa y un
conocimiento profundo del entorno turístico de Mazatlán.
La decisión
final dependerá del enfoque estratégico que el gobierno quiera dar al
desarrollo turístico en Sinaloa.
mlizarraga1@enteveredas.com.mx
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