Sobre el camino Benjamín Bojórquez Olea. Considero que los comicios que viviremos el 6 de junio del presente año en Sinaloa será una sopa d...
Benjamín Bojórquez Olea.
Considero que los comicios que viviremos el 6 de junio del presente año en Sinaloa será una sopa de letras, es decir, se fragmentará el voto y habrá una “sopa de letras”. En consecuencia, la presentación de las listas y candidatos no tienen la envergadura esperada, y aunque no faltaron movimientos que estaban fuera de la previsión analítica, terminó venciendo el antagonismo. Lo que aguardarán las encuestitis de intención del voto que están en marcha casi todos los días de manera formal e informal, para tratar de anticiparse a algún cambio de tendencia magnánima, tanto a favor como en contra de quien gobierne. Estas alianzas que apuntaban el secuestro interno y la pandemia provocarán un cambio radical en las personas, pues estaría provocando una dispersión del voto, además de un posible abstencionismo debido a la pandemia. Los aspirantes pretenden utilizar las encuestas para manipular la conducta de los votantes. Wittgenstein tenía un extraordinario don para adivinar los pensamientos de las personas con las cuales discutía, mientras el otro luchaba por encontrar palabras para expresar sus pensamientos, Wittgenstein percibía qué era lo que pensaba y lo formulaba por él. Este poder, qué a veces parecía casi sobrenatural, era posible, de ello estoy seguro, gracias a sus propias investigaciones exhaustivas y continuas. Ludwig Wittgenstein: a memoir, Norman Malcolm, 1958. Las encuestas electorales sirven para todo menos para pronosticar al ganador, ya que pueden contribuir a la toma de decisiones del electorado o a que los candidatos diseñen estrategias de campaña, así lo dijo Roy Campos, director de “Consulta Mitofsky”; pues asegura que los resultados de las encuestas no son los mismos a los del día de la votación. Sin embargo, en este momento de efervescencia política, los aspirantes a un cargo público se dejan llevar o pretenden utilizar los resultados de una encuesta para manipular la conducta de los votantes e incluso exigir que estas mismas sean factor de decisión por parte de algún dirigente partidista para la definición de candidaturas, aunque muchas veces la metodología de la encuestadora que contratan no sea la mejor ni la más correcta. Por mi parte sería arriesgado decir que ciertas encuestadoras son serias o no, cumplen o no con la metodología necesaria para un resultado que nos aproxime más a la realidad electoral, sin embargo, es obligación de cualquier líder o tomador de decisiones en lo político, buscar de entre todas, a las que puedan garantizar un panorama electoral lo más sensato posible, para poder generar más y mejores estrategias para un triunfo contundente. Es decir, con la fiebre de la encuestitis, no es suficiente “un sondeo de redes sociales” que son ejercicios entretenidos que tienen el potencial de aportar temáticas; pero no se basan en método de muestreo con selección probabilística de respondientes, por lo que no permiten hacer inferencias confiables respecto a una población específica y bien definida, como si lo hace una “encuesta seria”.
GOTITAS DE AGUA:
En este sentido, estos sondeos en redes sociales también polarizan y confunden al electorado, lo cual en ocasiones es utilizado por los aspirantes políticos, para el beneficio de sus proyectos; sin embargo, cuando son convocados por un partido para medirse en una encuesta seria se abstienen de participar e inclusive desde antes se enfocan en desprestigiar los resultados, a sabiendas que no les resultarán favorables. Así que quienes contienden por un cargo de elección popular, tienen la enorme responsabilidad de ser realistas con los números que los respaldan, no se trata solo de tener gráficas o un cartel con información que los beneficie, se trata de construir desde la realidad. “Nos vemos mañana…