Sin quitarle ni ponerle Por Oswaldo Villaseñor Cuando Rodolfo Alvarez Farber era procurador de Sinaloa en el sexenio de Francis...
Sin quitarle ni ponerle
Por Oswaldo Villaseñor
Cuando Rodolfo Alvarez Farber era procurador de Sinaloa en el sexenio de Francisco Labastida Ochoa, gustaba de encabezar los operativos que se realizaban con la famosa Base Coordinación.
Alvarez Farber era un hombre a quien le gustaban las armas y cuando salía a los operativos agarraba su arma de alto poder y se la colgaba al hombro.
Un día se programó un operativo por la zona norte, concretamente por los municipios de El Fuerte y Choix y antes de salir llegó a recoger al entonces subprocurador en la zona norte, el licenciado Melchor Cota Peñuelas, un abogado amante de las leyes.
Al salir de las oficinas de Melchor Cota, el procurador Alvarez Farber le preguntó. ¿No llevas arma?.
La respuesta de Melchor fue levantar la mano y mostrarle un libro de la Constitución. Aquí llevo mi arma, le contestó.
La respuesta de Alvarez Farber no se hizo esperar. “Pues espero que no sostengamos un enfrentamiento porque no creo que ese librito te vaya a servir de mucho”.
Porque relatar esta anécdota que hace ya muchos años fue popular y conocida. Bueno porque algo está pasando que obliga a pensar y preguntarse que se tiene que hacer en materia de seguridad y de combate a quienes generan la inseguridad.
Hay una realidad que está ahí y que lástima a los sinaloenses. Enfrentamientos en Mocorito y Salvador Alvarado, ejecutados en Navolato, en Badiraguato, en Culiacán, entre otros municipios.
Esta realidad obliga a hacer más preguntas. Que pasa en Sinaloa en materia de seguridad. ¿Se han soltado los demonios? ¿Hay ineficiencia de las nuevas autoridades? ¿hay una guerra entre grupos delincuenciales? ¿Hay una disputa por el poder político?.
Quien sabe cual sea la causa, pero lo cierto, es que la sociedad es quien pone los muertos, pone a las víctimas de los delitos y poco se ve de resultados que hagan recobrar la esperanza de que la paz habrá de regresar en poco tiempo.
Pero de lo que no hay duda, es que hoy más que nunca la frase pronunciada por Xochilt Galvez durante un encuentro de empresarios promovido por el CCE cobra mucha más vigencia.
Xochilt Galvez encaró a todos los exponentes en dicho foro y les dijo. “No hay que hacernos pen…. El problema de todo se llama impunidad”.
Por qué hay corrupción, porque hay impunidad. Por qué hay robos, porque hay impunidad, por qué hay asesinatos, porque hay impunidad.
En Sinaloa así como en todo el país donde la violencia y las ejecuciones se han incrementado en los últimos meses, se tiene que combatir la impunidad si es que se quiere regresar la paz y la tranquilidad.
Esfuerzos como el que inicia el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública denominado Sinaloa en la ruta por la paz, que busca recuperar el tejido social, definitivamente son buenos y son positivos, pero siempre resultarán insuficientes si antes no se combate la impunidad.
El llamado que ayer hizo la presidente del Congreso, diputada Irma Tirado al convocar a todos los sectores sociales a construir un gran pacto social y darle un voto de confianza al Fiscal Juan José Ríos Estavillo y al gobernador Quirino Ordaz, claro que es bueno y positivo pero insuficiente si este no se traduce en acciones que muestren un real combate a la impunidad.
La propia Irma Tirado lo dijo. El tema de la seguridad no es solo un tema de ideas, sino es un tema de acciones y efectivamente eso hace falta. Acciones que generen resultados.
Por lo pronto Sinaloa se sigue tiñendo de rojo y la frase de Xochilt Galvez cada vez cobra más vigencia. “No nos hagamos pen…el problema es la impunidad”.
Así sin quitarle ni ponerle
Habrá que estar pendientes.
PASO A PASITO.-Por cierto la diputada Margarita Villaescusa propuso que se debe sancionar a los gobiernos que desvíen las retenciones que le hacen a los trabajadores y que durante los últimos años se ha vuelto una práctica muy común.
Y la verdad, que pegó en la yaga la diputada.
UN PASITO MAS.-Nunca es tarde para participar y encabezar movimientos sociales solo que a veces obliga a hacer preguntas básicas.
Durante el pasado sexenio en Sinaloa se registraron de manera oficial más de 2 mil desapariciones forzadas y nadie decía ni hacía nada.
Ni los organismos de derechos humanos oficiales y no oficiales hicieron gran cosa. El silencio fue el sello de la casa.
Hoy los que callaron por complicidad o por miedo, han recuperado su valentía y exigen en un mes los resultados que no exigieron en 6 años.
De que se tienen que dar resultados, se tienen que dar. En eso no hay vuelta de hoja.
Es mucho el dolor de muchas familias, pero también puede ser este una excelente ventanilla de oportunidades para gente que cuando se dieron las desapariciones callaron y hoy ponen el grito en el cielo. ¿Conveniencia o convicción?
¿Por qué antes no y ahora sí?. Es una pregunta válida y obligada.
OTRO PASITO.-El gobernador Quirino y los dirigentes del sector transportista sostendrán hoy un encuentro para avanzar en la discusión de las reformas a la ley del transporte que permitan e impulsen la modernización del mismo.