El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que reduce parcialmente los aranceles a los automóviles, con deducciones y c...
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que reduce parcialmente los aranceles a los automóviles, con deducciones y créditos que benefician tanto a los fabricantes locales como a los proveedores bajo el marco del T-MEC.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó ayer un decreto que modifica sus políticas arancelarias sobre los automóviles importados. El objetivo de la medida es mitigar el impacto económico sobre la industria automotriz, ofreciendo un alivio parcial mediante créditos y deducciones fiscales. A través de la orden ejecutiva titulada “Enmiendas para ajustar las importaciones de automóviles y partes de automóviles a los Estados Unidos”, el mandatario estadounidense oficializó esta decisión, que también afectará las cadenas de suministro de México y Canadá.
El decreto establece que los fabricantes de vehículos en Estados Unidos podrán acceder a deducciones de hasta el 15 por ciento del precio de venta recomendado de los automóviles producidos y comercializados en el país durante el primer año. Esta deducción se reducirá al 10 por ciento en el segundo año. Además, las deducciones se aplicarán sobre los aranceles que alcanzan hasta el 25 por ciento para ciertas autopartes importadas, lo que ofrece un pequeño alivio a los fabricantes mientras buscan reubicar su producción dentro de Estados Unidos.
Este cambio ocurre pocos días antes de que entre en vigor una nueva ronda de impuestos del 25 por ciento sobre las partes de autos importadas, programada para el 3 de mayo. Los líderes de la industria automotriz habían presionado al Gobierno debido a la preocupación por la posible interrupción de la cadena de suministro global, en particular bajo las disposiciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Trump defendió la medida como un “pequeño alivio” para los fabricantes, mientras esperan que sus cadenas de suministro se ajusten. "No queríamos penalizarlos si no podían conseguir piezas", afirmó el mandatario, refiriéndose a las dificultades de los fabricantes para asegurar componentes.
De acuerdo con Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico Financiero de Banco Base, la medida no representa un cambio drástico en las políticas arancelarias y no se espera que resulte en movimientos significativos de plantas de México a Estados Unidos. La compensación será de un 3.75 por ciento del valor del automóvil el primer año y de un 2.50 por ciento el segundo año, aplicable únicamente a las piezas importadas de autos ensamblados en Estados Unidos.
La política de deducciones también beneficia a los proveedores extranjeros que operan bajo el marco del T-MEC, lo que le da una ventaja competitiva a México, al estar exentos de aranceles las autopartes que cumplen con los requisitos del acuerdo comercial. Esto mantiene a la industria mexicana como un jugador clave en el sector automotriz norteamericano.