El nacimiento de estas aves, clasificadas en peligro de extinción, marca un avance importante en los esfuerzos de reproducción en cautiverio...
El nacimiento de estas aves, clasificadas en peligro de extinción, marca un avance importante en los esfuerzos de reproducción en cautiverio del recinto.
Mazatlán, Sinaloa.- Como parte de su programa de reproducción y conservación de especies, el Gran Acuario Mazatlán logró el nacimiento de dos ejemplares de guacamaya verde (Ara militaris), especie catalogada como en peligro de extinción y originaria del continente americano.
Este logro fue posible gracias al trabajo coordinado de un equipo multidisciplinario de biólogos, médicos veterinarios y cuidadores, quienes han acompañado de cerca el desarrollo de Mali y Gipsy, una pareja de guacamayas verdes de aproximadamente 12 años de edad. Esta pareja se formó en octubre de 2024, y tras varios intentos, lograron una incubación exitosa a mediados de marzo de este año.
La hembra puso el primer huevo en marzo, seguido de otros dos en los días siguientes. Durante el proceso de incubación, que dura entre 24 y 28 días, el equipo liderado por Fabiola Guzmán, encargada del área de aves y fauna terrestre del acuario, mantuvo una vigilancia constante del desarrollo embrionario. El primer polluelo nació el 11 de abril y el segundo el 13 de abril, ambos en buen estado de salud y bajo el cuidado directo de sus padres.
“Los papás se están encargando de hacer todos los cuidados hasta el momento, nosotros solo supervisamos que estén bien. Los tienen bien alimentados, se ven gorditos, y protegen mucho su nido, especialmente la hembra”, señaló Guzmán.
La guacamaya verde está clasificada como especie protegida, en peligro de extinción en México, principalmente debido al tráfico ilegal y la pérdida de hábitat. Cinthya Hernández, médico veterinario zootecnista y Gerente del Área de Veterinaria del acuario, explicó que estas aves son objeto frecuente de extracción por su apariencia llamativa y la habilidad para imitar sonidos humanos, lo que incrementa su demanda como mascotas.
En el país, sus poblaciones se encuentran fragmentadas, y su presencia ha disminuido considerablemente en regiones donde antes era común. Según la PROFEPA, esta especie está incluida en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 como en peligro de extinción. Además, figura en el Apéndice I de la Convención CITES y es considerada vulnerable por la UICN.
El nacimiento de estos dos ejemplares en el Gran Acuario Mazatlán representa un paso significativo en la conservación de esta especie, y reafirma el papel de los programas de reproducción en cautiverio como herramienta clave para preservar la biodiversidad del país.