Entre Veredas Marco Antonio Lizárraga “La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada”, Séneca AS...
Entre Veredas
Marco Antonio Lizárraga
“La vida es como una leyenda: no
importa que sea larga, sino que esté bien narrada”, Séneca
ASPIRACIONES
En un país donde la justicia
muchas veces parece inalcanzable para los más vulnerables, la figura de Delia
Icela Quiroa Flores Valdez emerge como una esperanza real de transformación y
cercanía en el Poder Judicial.
Su candidatura al cargo de jueza
de Distrito no solo representa una propuesta técnica y bien fundamentada, sino
también una apuesta por el acceso a la justicia con sensibilidad, enfoque
social y compromiso ético.
Abogada y activista, con una
sólida formación académica que incluye una licenciatura en Derecho y Juicios
Orales, así como una maestría en Amparo y Derechos Humanos, Delia Icela ha
hecho de la defensa de los derechos humanos una vocación de vida.
No es casual que su trayectoria
esté marcada por un activismo genuino y comprometido con las causas más
delicadas, como la protección de víctimas y el acompañamiento legal de personas
en situación de vulnerabilidad.
Lo que distingue a Quiroa Flores
Valdez de otras candidaturas es su visión profundamente humana de la
impartición de justicia.
Para ella, el juzgador no puede
ser un actor frío ni lejano. Su convicción de que los juzgados deben ser
espacios de puertas abiertas, donde cada ciudadano pueda encontrar amparo
frente a la arbitrariedad y el abuso de poder, habla de una perspectiva progresista
y centrada en el servicio público.
No busca ser simplemente una
operadora jurídica más, sino una interlocutora activa con la sociedad.
Sus propuestas son claras,
viables y necesarias: facilitar el acceso de los ciudadanos a los expedientes
de amparo, dotar a los juzgados de tecnología y personal capacitado para
atender a quienes no cuentan con recursos, y priorizar los casos urgentes donde
estén en juego la vida, la libertad o la dignidad humana.
Son medidas que, sin duda,
dignificarían la justicia federal y la harían más eficiente, más humana y más
justa.
En tiempos donde los tribunales
enfrentan cuestionamientos por su lejanía con la sociedad y por procesos
engorrosos y opacos, una figura como la de Delia Icela Quiroa nos recuerda que
la función jurisdiccional también puede ejercerse con empatía, con convicción
democrática y con verdadera vocación de servicio.
Su candidatura, respaldada por el
Poder Ejecutivo Federal, representa un perfil que entiende el derecho no solo
como norma, sino como instrumento de equidad, como escudo frente al abuso, y
como camino hacia la paz social. En ella encontramos no solo preparación
técnica, sino el ingrediente más importante para impartir justicia: humanidad.
RESPALDO
Cuando la naturaleza impone sus
condiciones y la crisis por la sequía amenaza al campo y a las comunidades de
Sinaloa, es en los momentos de emergencia donde se revela quién está dispuesto
a actuar con sentido de responsabilidad.
Ricardo Madrid, diputado federal
por el Partido Verde Ecologista de México, ha demostrado que entiende
perfectamente la dimensión del reto y la necesidad de trabajar sin cortapisas
políticas.
Su postura ha sido clara: la
situación del agua en Sinaloa exige unidad, gestión eficaz y una voz firme que
impulse la declaratoria de emergencia desde todas las trincheras posibles.
Por eso, ha salido a respaldar de
manera decidida al gobernador Rubén Rocha Moya, no por conveniencia política,
sino por convicción, porque hoy más que nunca, Sinaloa necesita soluciones, no
confrontaciones.
Lejos de sumarse a discursos
partidistas o a posturas que polarizan, Ricardo Madrid ha optado por tender
puentes. Ha entablado comunicación directa con dependencias federales clave,
como la Secretaría de Gobernación, para reforzar el llamado del gobierno
estatal y lograr que la federación atienda con urgencia la crisis de sequía que
golpea a la entidad. Este tipo de gestiones, muchas veces invisibles al ojo
público, son las que hacen la diferencia entre la parálisis y el avance.
Su mensaje es contundente:
“dejemos de lado los temas políticos y partidarios; hoy, el tema más importante
es Sinaloa”.
Esta visión lo alinea con una
forma de hacer política que prioriza el bien común, que responde a las
necesidades de la gente y que entiende que la colaboración entre órdenes de
gobierno es vital para enfrentar los desafíos más complejos.
Ricardo Madrid también reafirma
con hechos el compromiso del Partido Verde con la agenda ambiental. En un
contexto donde la crisis climática ya no es un tema del futuro, sino una
urgencia del presente, su presencia activa en este tema lo posiciona como un
actor relevante para construir soluciones sustentables y permanentes.
TRABAS
La reciente declaración del
gobernador Rubén Rocha Moya sobre el retraso en el pago de los 750 pesos por
tonelada de maíz a productores de Sinaloa, refleja una problemática recurrente
en el sector agropecuario: la burocracia como obstáculo para la justicia
económica.
Que los procesos entre Segalmex y
SADER sigan entorpeciendo la liberación de recursos, es un golpe directo al
sustento de miles de familias sinaloenses que viven del campo.
El compromiso inicial era claro:
los pagos debían llegar entre el 15 y 16 de abril. Hoy, más de mil 500
productores siguen esperando, mientras los gastos del ciclo agrícola no se
detienen.
Se requieren 400 millones de
pesos para saldar lo pendiente, pero más allá de las cifras, está la urgencia
humana y productiva de quienes ya cumplieron con su parte y ahora enfrentan la
incertidumbre.
Es positivo que el secretario
estatal de Agricultura, Ismael Bello Esquivel, se encuentre gestionando
personalmente en la Ciudad de México, pero esta situación debería servir como
llamada de atención para reformar los mecanismos administrativos que, en lugar
de agilizar, ralentizan apoyos cruciales.
Sinaloa es líder nacional en
producción de maíz; por tanto, sus productores merecen no solo respeto, sino
eficiencia en los compromisos institucionales.
El campo no puede seguir siendo
rehén de trámites mal diseñados.
A CONCIENCIA
La recomendación de la titular de
la SEPyC, Gloria Himelda Félix Niebla, de evitar la comida chatarra este Día
del Niño en las escuelas de Sinaloa, refleja una visión preventiva y
responsable.
En lugar de normalizar el consumo
excesivo de azúcares y productos ultraprocesados, se hace un llamado a celebrar
de forma más consciente, alineados con el programa federal “Vida Saludable” que
prohíbe su venta en planteles educativos desde marzo.
No se trata de eliminar la
celebración ni de imponer restricciones arbitrarias, sino de promover
alternativas que, sin quitar la alegría del festejo, contribuyan a la formación
de hábitos más sanos.
Chocolates con mayor porcentaje
de cacao, frutas, cacahuates o comidas calientes con valor nutricional son
ejemplos que pueden sustituir los excesos de azúcares sin dejar de ser
atractivos para los niños.
Este cambio alimenticio en las
escuelas no será inmediato, como bien reconoce la secretaria, pero el primer
paso es generar conciencia entre directivos, docentes y padres de familia.
El bienestar de la niñez no solo
se construye con educación académica, también con decisiones cotidianas que
promuevan su salud física y emocional.