Las también llamadas anomalías congénitas ocurren entre el 1 y 3% de todos los recién nacidos vivos Los embarazos en los extremos de la vi...
Los embarazos en los extremos de la vida, antes de los 18 y después de los 40 años de edad, incrementan el riesgo de desarrollar algún defecto congénito
Culiacán, Sinaloa.- En los últimos años el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) junto con el Sector Salud han promovido el consumo del ácido fólico antes y durante el embarazo, para prevenir alguna malformación congénita en el bebé durante la gestación.
En el marco del Día Mundial de los Defectos Congénitos, que se conmemora el 3 de marzo, el doctor Héctor Sánchez Cueto, jefe del departamento de Neonatología del Hospital General Regional (HGR) No. 1 del IMSS en Culiacán, explicó que las malformaciones congénitas, también llamadas defectos al nacimiento o anomalías congénitas, son alteraciones estructurales y funcionales que ocurren durante la vida intrauterina y pueden identificarse antes de nacer o al nacimiento, y en casos más raros, en la vida tardía.
“Éstas influyen de forma muy importante en la morbimortalidad infantil, se presentan entre 1 a 3% de todos los recién nacidos, aunque en México hay estadísticas en las que ésta (cifra) es menor”, informó.
El médico especialista informó que la mayoría de las malformaciones congénitas son tratables e inmediatamente se refiere al paciente a la especialidad o subespecialidad para su tratamiento temprano; sin embargo, lo más importante es prevenir.
“Una de las acciones de mayor importancia, que ha disminuido enormemente los defectos de tubo neural es la ingesta adecuada de ácido fólico en la madre y también en el padre”, subrayó el jefe de neonatología del HGR No. 1.
El especialista del Seguro Social explicó que las enfermedades congénitas más comunes son las musculoesqueléticas, como defectos en las extremidades (pie equino varo o la polidactilia), seguida de las alteraciones en el labio y paladar; y posteriormente, en frecuencia, le sigue el Síndrome de Down.
Sánchez Cueto señaló que existen malformaciones menos frecuentes y por ende más complejas, que son las que ocurren a nivel del sistema nervioso central, como la holoprosoncefalia (que es cuando el cerebro no se divide en dos hemisferios durante el inicio del embarazo), a nivel ocular como la microoftalmia y a nivel cardíaco como el ventrículo único.
En el IMSS un diagnóstico oportuno se logra al momento de la primera consulta prenatal en aquellas mujeres madres gestantes en los extremos de la vida (menores de 18 años y mayores de 40 años), en cuyo caso se incrementa el riesgo de una malformación congénita en los bebés.
Para ello, el Seguro Social realiza de inmediato variados estudios diagnósticos que van desde la realización de pruebas serológicas en la madre, midiendo los niveles de proteínas como la gonadotropina coriónica, tomando muestras del líquido amniótico o de las vellosidades coriónicas y, por supuesto, de la ultrasonografía obstétrica fetal.
La sobrevida en los pacientes con malformaciones congénitas leves o pequeñas es muy grande, hasta la vida adulta, y pueden, la mayoría de los pacientes, prácticamente tener una vida normal, si se detecta y se trata a tiempo.
No obstante hay malformaciones llamadas mayores que ponen en riesgo la vida, algunas de ellas ocasionan un gran porcentaje de mortalidad en menores de un año, incluso menores de 28 días, como las malformaciones cardiacas complejas, que en muchas ocasiones son incompatibles con la vida.