Altoparlante Juan Manuel Partida Valdez Porque la esperanza debe morir al último, intentaré hoy desde este espacio mover la conciencia de es...
Altoparlante
Juan Manuel Partida Valdez
Porque la esperanza debe morir al último, intentaré hoy desde este espacio mover la conciencia de ese Rubén Rocha Moya al que conozco desde hace más de 30 años y del que fui amigo y compañero de numerosas jugadas de dominó, convivencias, parrandas y karaokes.
Tengo que advertirle de nueva cuenta que está haciendo historia en sentido contrario al incumplir y traicionar sus obligaciones y sus responsabilidades, y que para bien propio y de Sinaloa debe corregir en el menor tiempo posible.
Ser gobernador conlleva la obligación de respetar y hacer respetar nuestras leyes.
Es un cargo para servir, no para servirse a sí mismo y a los cuates.
Conducir los destinos de Sinaloa implica valor para enfrentarse a quienes desde otros espacios de poder público se enriquecen ilegalmente y sin pudor a costa del pueblo.
Una administración pública estatal debe privilegiarse por la capacidad y la honradez de sus integrantes, y no por su servilismo ni la cercanía de amistad o parentesco.
El interés de las mayorías debe estar por encima de los particulares y de grupos, por más poderosos que estos últimos puedan ser.
Rubén Rocha no parece entender a cabalidad los problemas a los que se enfrenta y la percepción que en la sociedad genera cada vez más en contra.
Las piolas de los arrodillados y las encuestas pagadas sirven solamente para el autoengaño.
No hay necesidad de repetirle al gobernador sus incumplimientos y sus fallas, porque sobradamente los conoce.
Me aseguran algunos que aunque llegó cobijado por el narcotráfico, Rocha tiene las mejores intenciones de trabajar a favor de los sinaloenses por lo que debemos darle el beneficio de la duda y esperar que las cosas mejoren.
Presumiendo sin conceder lo anterior, en apego a la verdad debemos decir que por ningún lado se ve.
El dilema es del jefe del ejecutivo estatal y de nadie más; dejarse ayudar o que le siga valiendo.
O se aplica y trabaja a favor de los sinaloenses, o se sigue hundiendo en el descrédito social.
Precisemos que estamos muy lejos de pretender ser guía moral del gobernador ni de nadie más; no somos quién para ello, con nuestros muchos defectos y errores.
El punto es que lo que los particulares hacemos mal no tiene el mismo impacto que las fallas de quienes nos gobiernan, y en ello nos ponemos a veces filosóficos como si de verdad pudiéramos componer parte del mundo.
LAS NECIAS MAROMAS
Lomo le volvió a hacer falta al presidente Andrés Manuel López Obrador tras su aviso de que tiene por segunda vez el coronavirus.
Ridículo nacional, con el recordatorio de las estampitas y del no mentir, no robar y no traicionar como remedio contra el covid.
Y, de nuevo frente a todo mundo, la irresponsabilidad criminal de encabezar el lunes la mañanera con “gripe”, y reunirse durante ese día con varios de sus funcionarios en la elusión de lo evidente.
Chango viejo no aprende maroma nueva, y le seguirá valiendo por siempre.