Sobre el camino Benjamín Bojórquez Olea Los 17 municipios restantes de Sinaloa deben poner en práctica la forma de gobernar y no solo de ad...
Benjamín Bojórquez Olea
Los 17 municipios restantes de Sinaloa deben poner en práctica la forma de gobernar y no solo de administrar del alcalde Gerardo Vargas Landeros en el municipio de Ahome. No solo eso, los demás perfiles políticos del gabinete de primer nivel y segundo nivel del gobernador Rubén Rocha Moya y aliados de Morena no están entendiendo la disciplina y la conversación de bajo perfil del alcalde Mochitense. En pocas palabras, les está comiendo el mandado sin hacer mucho ruido el personaje mencionado. Desde que comenzó el gobierno de transición, Gerardo Vargas Landeros se dispuso a trabajar sin distingo de colores, abierto a todo tipo de expresión política, con visión de futuro y, así generar un buen ambiente tanto afuera como adentro de la comuna, eso ha generado paz. Si los demás Ayuntamientos quieren ejercer un buen gobierno, lo primero que deben hacer es voltear 180 grados y observar detenidamente el comportamiento y la manera de gobernar incluyendo la técnica elemental para su municipio. El gobierno de Gerardo Vargas Landeros planea estratégicamente el municipio del futuro, planteándose una visión integral del mismo. O sea, un buen gobierno municipal no administra el hoy: gobierna a través de políticas que piensa y decide. Opera como un factor de consolidación democrática en la medida que transfiere y/o comparte competencias con la ciudadanía, admite y favorece el control ciudadano y rinde cuentas de su gestión. Eso es lo que hemos observado hasta ahora. Su gestión logra impactos positivos en la vida de los ciudadanos y en el espacio gobernado, para lo cual instrumenta una reorganización interna e incorpora nuevas áreas; desarrollando, además, nuevos instrumentos. Para ello primero que nada ha incurrido en buscar gobernabilidad que le permita desarrollar todo el plan municipal de desarrollo que piensa ejercer para que Ahome se incorpore a una vida pública más sana, además, ser un municipio mejor desarrollado y con equilibrios. ¿Qué le faltaba a Ahome? Una persona con aptitud muy profesional, política y positiva, una persona con mano izquierda, una persona que escuchara a todos y que no pensara en revanchismos políticos. Un buen gobierno maneja con claridad y transparencia y eficacia sus recursos de todo tipo, especialmente los financieros, informa y responde al control ciudadano. Un buen gobierno es honesto y eficiente, planifica su futuro, y este plan preside y precede a la acción, no improvisa, no da respuestas a medias, propone, escucha, decide. Mira más allá de lo urgente, planeándose políticas de mediano y largo plazo. ¿Qué hace Gerardo Vargas Landeros para lograr todo esto? Muy sencillo, desarrolla una alta capacidad de coordinación intersectorial y articulación político – técnico. Crea una cultura de gobierno no burocrática, además incorpora políticamente la comunicación, con especial importancia en los medios. Eso es lo que hemos observado hasta hoy, y es en donde los demás alcaldes de nuestra entidad deberían de copiar. ¿Tan difícil es conectarse con la sociedad, con la oposición y organismos públicos y privados? Tal parece que a los municipios restantes les cuesta mucho abrir el pensamiento y soplar en una sola dirección. Gerardo Vargas Landeros, de acuerdo a su experiencia pública y política camina con un colmillo retorcido y una mano izquierda que le sobran los dedos para repartir sobriedad, serenidad y visión de futuro. Porque recuerden, que los municipios exitosos tienen buenos presidentes municipales, es decir, dinámicos líderes, rodeados de colaboradores efectivos y de mucho talento y tacto político.
GOTITAS DE AGUA:
En resumen, un buen gobierno es aquel: se ejerce y se legitima y democráticamente se plantea y trabaja seriamente para lograr el desarrollo sostenible y la mejora en la calidad de vida de la ciudadanía. Y lo que vemos hasta hoy, Gerardo Vargas Landeros involucra a la población en los ámbitos y las decisiones, supone programas, políticas y acciones regidas y orientadas a la equidad y la justicia, porque el objetivo prioritario del municipio bien gobernado no es la ciudad o el territorio, como infraestructura: el objetivo real, principal, son los ciudadanos. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…