Sobre el camino Benjamín Bojórquez Olea. ¿Consideran queridos lectores, de que es muy agresivo calificar a una persona o a una organización ...
Sobre el camino
Benjamín Bojórquez Olea.
¿Consideran queridos lectores, de que es muy agresivo calificar a una persona o a una organización de “tumor”? Parece que nadie reclamó la decisión del INE de sacar de circulación la propaganda de Morena en la que caracterizaba a sus adversarios como “un tumor” que había que extirpar. No recuerdo una mercadotecnia tan agresiva. Es agresivo decir que un político es “un peligro para México” (como se dijo de López Obrador en 2006), pero es mucho más calificar a una persona o a una organización de “tumor”. Rebasar los límites de polarización y golpeteo tiene consecuencias. Además de la cuestión ética, está la meramente analítica. La política mexicana se ha caracterizado por el transfuguismo, por el paso de los políticos de un partido a otro. Si el PRI y el PAN (por no hablar del PRD) son tumores, pues la metástasis alcanzó a Morena, así como lo menciono en mi sumario el día de hoy. La lista de Morenistas que estuvieron alguna vez en el PRI, el PAN o el PRD es extensa, muy extensa. Pero bastan dos ejemplos: el presidente de la República y el actual director de la Comisión Federal de Electricidad. Eso por citar algunos de ellos no menos importantes. ¿Cuántos mexicanos saben que López Obrador estuvo doce años en el PRI? Ingresó en el sexenio de Echeverría, y se mantuvo en los de López Portillo y Miguel de la Madrid. Se trata de algunos de los gobiernos más oscuros de la historia priista. Y resulta que la corrupción llegó después de su salida del PRI. Manuel Bartlett, uno de los políticos más icónicos del morenismo, estuvo más tiempo dentro del partido que la propaganda mencionada considera “un tumor”. Ocupó cargos clave en la época neoliberal: seis años Secretario de Gobernación (1982-1988), tres Secretario de Educación (1988-1992), seis gobernador de Puebla (1993-1999). Entonces, ¿Manuel Bartlett es considerado un tumor también? Su hijo ha sido acusado por el propio gobierno de Morena de realizar burdas prácticas de corrupción. Estos hechos no liberan, de ninguna manera, a los otros partidos. Algunas prácticas del PRI, sobre todo en el sexenio de Peña Nieto, son indefendibles. Algunos panistas no se han quedado atrás, como el exgobernador Padrés de Sonora, o el extinto Moreno Valle de Puebla. Y el PRD fue tan errático en sus prácticas internas que prácticamente está en ruinas. Entonces, ¿la metástasis alcanza a Morena? Por supuesto que sí. ¿La solución entonces es “que se vayan todos”? Desde luego que no. Primero porque vendrían otros similares. Segundo, porque hay también políticos capaces y responsables, en todos los partidos, aunque sea más fácil ver a los corruptos. Tercero, porque la solución está en buenas instituciones que favorezcan las acciones positivas para la sociedad y castiguen las negativas. Parte de esas instituciones son las elecciones libres y periódicas, como las que tendremos este año. Otra parte es el derecho a la información y la transparencia. Una sociedad bien informada votará a favor de los políticos más adecuados y desechará a los más dañinos e ineptos. Se trata de mecanismos imperfectos, pero es lo mejor que tenemos. Otra opción, esperar que vengan mesías a redimirnos, o santos a purificarnos, no es realista. “Genio y figura hasta la sepultura”.
GOTITAS DE AGUA:
Nos comentan que los “coqueteos” del senador michoacano con licencia Cristobal Arias con Fuerza Social por México y hasta con el PRI o la “invitación” del dirigente panista, Marko Cortés, a los aspirantes no electos de Morena, son apenas los primeros signos de un posible reacomodo de personajes en las diversas fuerzas políticas; así como hace unos años en Morena se abrieron las puertas para la llegada de personajes de otros partidos, ahora muchos guindas podrían seguir el camino inverso. Además del caso de Michoacán, hay otros estados como mi querido Sinaloa, donde Gerardo Vargas Landeros, quien quedó fuera de la candidatura a la gubernatura, está muy bien posicionado y cuenta con importantes aliados al exterior de Morena, del PRI y del PAN, lo que lo convierte en un perfil muy atractivo. O en Guerrero, con Luis Walton o Beatriz Mojica que podrían ser competitivos si deciden participar. El que puedan ganar o no ya es otra historia, pero de que pueden arañarle votos a Morena y partidos mencionados, eso sí. “Nos vemos Mañana”…
¿Consideran queridos lectores, de que es muy agresivo calificar a una persona o a una organización de “tumor”? Parece que nadie reclamó la decisión del INE de sacar de circulación la propaganda de Morena en la que caracterizaba a sus adversarios como “un tumor” que había que extirpar. No recuerdo una mercadotecnia tan agresiva. Es agresivo decir que un político es “un peligro para México” (como se dijo de López Obrador en 2006), pero es mucho más calificar a una persona o a una organización de “tumor”. Rebasar los límites de polarización y golpeteo tiene consecuencias. Además de la cuestión ética, está la meramente analítica. La política mexicana se ha caracterizado por el transfuguismo, por el paso de los políticos de un partido a otro. Si el PRI y el PAN (por no hablar del PRD) son tumores, pues la metástasis alcanzó a Morena, así como lo menciono en mi sumario el día de hoy. La lista de Morenistas que estuvieron alguna vez en el PRI, el PAN o el PRD es extensa, muy extensa. Pero bastan dos ejemplos: el presidente de la República y el actual director de la Comisión Federal de Electricidad. Eso por citar algunos de ellos no menos importantes. ¿Cuántos mexicanos saben que López Obrador estuvo doce años en el PRI? Ingresó en el sexenio de Echeverría, y se mantuvo en los de López Portillo y Miguel de la Madrid. Se trata de algunos de los gobiernos más oscuros de la historia priista. Y resulta que la corrupción llegó después de su salida del PRI. Manuel Bartlett, uno de los políticos más icónicos del morenismo, estuvo más tiempo dentro del partido que la propaganda mencionada considera “un tumor”. Ocupó cargos clave en la época neoliberal: seis años Secretario de Gobernación (1982-1988), tres Secretario de Educación (1988-1992), seis gobernador de Puebla (1993-1999). Entonces, ¿Manuel Bartlett es considerado un tumor también? Su hijo ha sido acusado por el propio gobierno de Morena de realizar burdas prácticas de corrupción. Estos hechos no liberan, de ninguna manera, a los otros partidos. Algunas prácticas del PRI, sobre todo en el sexenio de Peña Nieto, son indefendibles. Algunos panistas no se han quedado atrás, como el exgobernador Padrés de Sonora, o el extinto Moreno Valle de Puebla. Y el PRD fue tan errático en sus prácticas internas que prácticamente está en ruinas. Entonces, ¿la metástasis alcanza a Morena? Por supuesto que sí. ¿La solución entonces es “que se vayan todos”? Desde luego que no. Primero porque vendrían otros similares. Segundo, porque hay también políticos capaces y responsables, en todos los partidos, aunque sea más fácil ver a los corruptos. Tercero, porque la solución está en buenas instituciones que favorezcan las acciones positivas para la sociedad y castiguen las negativas. Parte de esas instituciones son las elecciones libres y periódicas, como las que tendremos este año. Otra parte es el derecho a la información y la transparencia. Una sociedad bien informada votará a favor de los políticos más adecuados y desechará a los más dañinos e ineptos. Se trata de mecanismos imperfectos, pero es lo mejor que tenemos. Otra opción, esperar que vengan mesías a redimirnos, o santos a purificarnos, no es realista. “Genio y figura hasta la sepultura”.
GOTITAS DE AGUA:
Nos comentan que los “coqueteos” del senador michoacano con licencia Cristobal Arias con Fuerza Social por México y hasta con el PRI o la “invitación” del dirigente panista, Marko Cortés, a los aspirantes no electos de Morena, son apenas los primeros signos de un posible reacomodo de personajes en las diversas fuerzas políticas; así como hace unos años en Morena se abrieron las puertas para la llegada de personajes de otros partidos, ahora muchos guindas podrían seguir el camino inverso. Además del caso de Michoacán, hay otros estados como mi querido Sinaloa, donde Gerardo Vargas Landeros, quien quedó fuera de la candidatura a la gubernatura, está muy bien posicionado y cuenta con importantes aliados al exterior de Morena, del PRI y del PAN, lo que lo convierte en un perfil muy atractivo. O en Guerrero, con Luis Walton o Beatriz Mojica que podrían ser competitivos si deciden participar. El que puedan ganar o no ya es otra historia, pero de que pueden arañarle votos a Morena y partidos mencionados, eso sí. “Nos vemos Mañana”…