Altoparlante Juan Manuel Partida Contra experiencias que han demostrado la gravedad de esas medidas, se mantenía hasta ayer en Sinaloa la di...
Juan Manuel Partida
Contra experiencias que han demostrado la gravedad de esas medidas, se mantenía hasta ayer en Sinaloa la disposición para permitir público en los estadios de beisbol y futbol, en porcentajes que van entre el treinta y el cincuenta por ciento.
No hay cambio en esto, aunque desde este lunes pasamos a semáforo naranja con riesgo grave de contagio por covid.
Se elude peligrosamente la amenaza que representa la gran cantidad de enfermos asintomáticos.
Les tomarán la temperatura a los asistentes, y personas infestadas pero sin síntomas entrarán a los estadios como si estuvieran muy sanos.
Imposible evitarlo, y la tragedia toca puertas por más que nos digan que tomarán estrictas medidas.
En el beisbol y el futbol americano de los Estados Unidos se está permitiendo el ingreso de público, pero en las gradas se observa una asistencia que creemos no supera el diez por ciento del total.
En Europa los relajamientos provocaron un importante repunte en el número de contagiados, a tal grado que se analizan confinamientos más estrictos.
Nuestros gobiernos ven la tempestad y no se hincan.
Ceden a las presiones de los empresarios, y pueden poner en peligro la salud y la vida de cientos de miles de sinaloenses.
Porque los contagios son exponenciales.
Oficialmente con 84 mil fallecidos --que en realidad son muchos más--, y por lo visto no entienden ni quieren entender.
Ojalá recapaciten.
El dinero puede ir y venir; la vida no.
EL REY ASESINO
Todo indica que lo del robo de medicamentos contra el cáncer es otra maroma desvergonzada del presidente y su cuarta transformación.
Los medios de comunicación han buscado a la empresa farmacéutica supuestamente atracada, con la negativa reiterada para informar al respecto, y no se conoce denuncia formal sobre el presunto atraco.
La información oficial acusa un complot de los adversarios para dañar a Lopitos.
Que los “ladrones” metieron varios tráileres a una bodega en Iztapalapa, con un sigilo impresionante que burló todas las medidas de seguridad, y que solamente se llevaron las medicinas para el tratamiento del cáncer, dejando ahí otras de mucho mayor valor.
Para que entendamos mejor, de acuerdo con las versiones de la cuatroté los ratas fifís ni siquiera tuvieron el cuidado de disimular las intenciones de afectar el prestigio de los transformadores.
¡Hágame usted el recavor fabrón!
Los padres de niños enfermos de cáncer dicen que es una nueva farsa del gobierno, y anunciaron una denuncia penal contra AMLO por la “mentira del robo de medicamentos oncológicos”.
Más niños morirán, sin medicinas ni tratamientos hasta que se le pegue la gana a ya saben quién.
Uno solo niño fallecido debiera ser suficiente, pero han demostrado hasta la saciedad que les vale.
Por ello millones de mexicanos nos sentimos representados con los dichos de la senadora Lilly Téllez expresados desde la tribuna en directo al dizque guapérrimo Hugo López Gatell.
Dolió mucho al chairo mayor y a sus achichincles la madriza con el mote de “pequeño virrey de las camas vacías y de los muertos en casa”, sobre todo porque deja en claro quién es el rey de eso mismo.
Por eso la furia del presidente, quien insistió en defender las mentiras de su mandadero.
Son engaños ordenados por él, y defiende así sus embustes criminales.
Este México al revés, donde el gobierno mata impunemente y señala como “maltrato” que alguien se atreva a decirles la verdad.