San Ignacio, Sinaloa.- El nombre de Ajoya durante mucho tiempo representó un ícono del municipio de San Ignacio por todo lo que represen...

Un 10 de mayo del 2002, las cosas cambiaron, el pueblo se vio marcado por una balacera que cobró la vida de varias personas y obligó en su tiempo a que los habitantes dejaran la comunidad, dejando Ajoya desolado.
Hace poco más de 17 años, este poblado era significado de dolor y abandono, por los hechos ocurridos ese fatídico día.

Durante varios años, los pobladores que quedaron estuvieron esperando la oportunidad de resurgir Ajoya de las cenizas.
Pasaron administraciones estatales y municipales y ninguna pudo darle la certeza a los pobladores de regresar.
Fue hasta el gobierno de Quirino Ordaz Coppel e Iván Ernesto Báez Martínez cuando comenzaron a sentarse las bases para poder regresar.

Ahora, las cosas son diferentes. La violencia está erradicada y los índices delictivos en San Ignacio, y en particular en Ajoya cambiaron y se ve, se percibe, se huele la diferencia.
Hoy, en Ajoya se ve vida. El 16 de agosto, marcó una diferencia, con la llegada por primera vez en su historia de un gobernador que pisara esas tierras y se comprometiera a mejorara la imagen del lugar.


Los pobladores decidieron darle un nombre muy atinado a esta obra, plaza Renacimiento, y evocará el retorno a la vida de este poblado que estuvo durante años en el abandono, sin oportunidades para la gente de regresar a donde pertenecían.
La obra constó de un circuito que va alrededor de la iglesia de Ajoya que será usada una en sentido peatonal con sus bancas y una fuente, y la otra para los vehículos.
Hoy las cosas son distintas, hasta una fuente de empleo hay fija que ocupa la mano de obra de esa sindicatura, ciertamente la vida cambió, pero debido a la voluntad política y social de Iván Báez y respaldada por el gobernador Quirino Ordaz.