Sosoriqui Carlos Rochín En la entrega del día de ayer decíamos que el tema con relación a la imposición de una “#leyseca” total...
Sosoriqui
Carlos Rochín
En la entrega del día de ayer decíamos que el tema con relación a la imposición de una “#leyseca” total y tan prolongada en Sinaloa daba para mucho, y desde luego, que sus efectos ‘investidos’ de problemas colaterales estarían al acecho. Se hacen más claros y presentes en redes sociales por cada hora que pasa. La ciudadanía sigue con interrogantes y severos señalamientos hacia sus autoridades.
Diferentes referencias y de diversas índoles nos advertían que después de la llegada de la pandemia provocada por el nuevo #coronavirus ; «ya nada sería igual», incluso, en la etapa de preparación que se encuentra el Estado, para una inminente entrada a la “nueva normalidad”, el tiempo da la razón y validez a dichas teorías.
Importantes sectores de la población, así como vanaglorian y festejan sarcásticamente al gobernador Quirino Ordaz Coppel como “el santo” proveedor o facilitador a las bebidas embriagantes, –por la decisión tomada de levantar la “#leyseca”– otros, con justa razón, empiezan a cuestionar que muchos otros giros de venta de productos o servicios, son más esenciales que el levantamiento en operaciones de depósitos, agencias y sub agencias cerveceras, así como otros establecimientos autorizados como tiendas de auto servicio y súper mercados.
De acuerdo a una publicación en el mes de abril del diario “El Economista” la industria de la cerveza; «importa e importa mucho» para los diferentes niveles de gobiernos en México, pero sobre todo para el gobierno federal, debido a que genera: 55 mil empleos directos, y 550 mil indirectos. Cosa que no es menor, y nada despreciable que una sola industria, genere muy por arriba de los 600 mil empleos para el país. Tan solo en el primer bimestre –del año en curso y de la pandemia–‘la cerveza’ generó cerca de los 6 mil millones de pesos en impuestos especiales para el gobierno. México es el mayor exportador de cerveza en el mundo con sólo dos empresas cerveceras y al rededor de 950 mipymes que la producen en la versión artesanal.
En virtud de esto, y a razón de no haber ningún posicionamiento por parte de la OMS, ni de la secretaría de salud al respecto, la Federación no sugirió la imposición de la ley seca en municipios del país. Paradójicamente en la preparación hacía la “nueva normalidad” la industria cervecera no fue considerada como actividad esencial por lo que se mantiene varada desde los primeros días de abril, por lo que la escasez se hizo presente.
Contextualizando el tema a nuestro Estado, Sinaloa, también la industria cervecera con presencia de plantas para la producción de al menos una de las marcas, tiene su peso más significativo en los apoyos que este giro –de ambas marcas– aporta a actividades deportivas, educativas y sociales entre otras, y no creemos que aún con el comportamiento de canibalismo comportado ayer por los consumidores, el gobernador se vaya a retractar de esa decisión, que para bien o para mal, ya está teniendo sus costos sociales y políticos. La gente lo señala y lo etiqueta.
Sí y sólo sí, volvería la “#leyseca” si los contagios de covid-19 no marcan una tendencia a la baja.
La presión generada por la crisis general que ha causado la contingencia sanitaria empieza a tocar fondo y vemos cómo empresarios comerciales y prestadores de servicios afiliados a organismos como CANACO, empiezan a presionar a las autoridades para que los dejen trabajar anteponiendo la esencialidad que pudiera representar la venta del alcohol en sus diferentes variantes.
Sinaloa hoy por hoy, con relación al #coronavirus, su #leyseca, la escasez de cerveza, y el comportamiento de su gente está en los reflectores nacionales; en peores términos que Tabasco, Yucatán y Puebla, que también aplicaron #leyseca total durante esta emergencia.
Lamentablemente está historia continuará en muchas otras vertientes, ya que lo primero que se tiene seguro ante lo que implican las crisis económicas es precisamente eso, crisis y más crisis.
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