Altoparlante Juan Manuel Partida Valdez Nos agobian el dolor y la tristeza. Gente muy querida y muy cercana se nos adelantó r...
Altoparlante
Juan Manuel Partida Valdez
Nos agobian el dolor y la tristeza.
Gente muy querida y muy cercana se nos adelantó recientemente en el camino.
Amigos apreciados sufren por la pérdida de familiares.
La angustia y el temor inevitable, en la incertidumbre de lo que falta por venir.
Tragedias irremediables que superan nuestra resistencia y capacidad de asombro.
El fallecimiento del “Foca” Arturo Borboa, hombre de muchísimos amigos ganados por su trato siempre cordial; de don Silvino Silva Lozano, exdirector de Noroeste y luchador incansable por el Sinaloa de sus visiones.
Un abrazo especial para mis compañeras Emma Quiroz y Patricia Servín, en este tan difícil tránsito terrenal y espiritual.
Hay que seguir luchando, cuidándonos lo mejor que podamos ante el terrible embate de la pandemia y de los naturales embates por el pasar de los años.
EL FANTASIOSO EJEMPLO
Y, bueno, nos vuelve a resultar imposible eludir lo injusto de muchas cosas que ya hemos comentado en este espacio, con irresponsabilidades que se mantienen mediante el disfraz de una retórica demagógica que nos pinta un México pintado muy falsamente como ejemplar en cuanto a la forma como el gobierno federal ha enfrentado al covid.
Muchos de nuestros hospitales siguen sin insumos, sin medicinas, con el personal médico obligado a comprar por sí mismos los equipos de protección.
La federación les ha enviado puros equipos “patito”, inservibles, y donde las cosas están menos peor es por las compras de los gobiernos locales o donaciones de particulares y asociaciones civiles.
Elevado el número de médicos, enfermeras y administrativos fallecidos por estar ahí, valientes en la primera línea de batalla.
Ya son más de dos meses, y Andrés Manuel López Obrador sigue con sus presunciones insultantes sin hacer lo que su cargo le obliga.
Eso lo saben muy bien principalmente quienes han perdido la vida de familiares o gente cercana.
Muchas personas que acudieron a un hospital público para tratarse un padecimiento distinto, terminaron contagiadas de coronavirus, y sus familias vivieron ese drama de un sector salud fallido por la criminal negligencia de nuestro presidente y su cuarta transformación.
Esas estadísticas manipuladas que todavía tienen a algunos en la creencia de que la pandemia es puro invento, un complot internacional.
Muchos se confiaron, y otros siguen así.
Obvia decir que nos seguirán mintiendo, porque ninguna disposición tiene el mesías de reconocer que nos ha engañado con tan enorme cinismo.
No son pocos los que todo le creen, aún cuando las evidencias públicas están en su contra.
Cientos de vidas perdidas, quizás miles, sólo por las necedades de quien prometió salvarnos y tiene al país en condiciones mucho peores que con los conservadores y neoliberales.
Advirtamos que esas negligencias criminales pasarán como si nada, sin el menor castigo legal.
De lo que para nada se escapa es del creciente repudio popular.
Y cada vez falta menos para mandarlo a su rancho.