Altoparlante Juan Manuel Partida Valdez La confrontación en MORENA por la candidatura a gobernador tuvo ayer en el Congreso de...
Altoparlante
Juan Manuel Partida Valdez
La confrontación en MORENA por la candidatura a gobernador tuvo ayer en el Congreso del Estado el episodio más claro por parte de la diputada local Beatriz Adriana Zárate Valenzuela, con un duro y directo ataque en contra del senador Rubén Rocha Moya.
De paso, la legisladora se vengó contra la coordinadora Graciela Domínguez Nava, tras la reversa que le dieron al punto de acuerdo que en días pasados propuso y fue aprobado por la destitución de la rectora de la Universidad Autónoma Indígena de México.
Confirmación de lo que en este espacio ya hemos comentado previamente, de que las diferencias entre los parlamentarios morenistas locales no son únicamente por asuntos de dinero o pleitos de poder internos.
El tema UAS fue usado ayer para golpear al senador Rocha Moya y al grupo morenista encabezado por Graciela Domínguez.
La ruptura es evidente y creciente.
Se tiene que ser muy ingenuo para creer que se trató simplemente de una iniciativa personal por parte de la diputada Zárate Valenzuela; ella usó la tribuna para pegarle a quien aparece en todas las encuestas como el favorito para convertirse en el futuro candidato a la gubernatura por la cuarta transformación.
Obviamente, la diputada va con otro aspirante del mismo partido al cargo en cuestión, por más que finja que lo único que busca es transparencia y cuentas claras en los gastos del dinero público por las universidades sinaloenses.
Como haya sido, el hecho irrefutable es que el nivel de la ruptura en la fracción parlamentaria de MORENA es cada vez mayor y más grave.
Quitarle ahora la coordinación a Domínguez Nava implicaría para el senador Rubén Rocha una derrota estrepitosa.
No solamente perder el control que se le atribuye, sino terminar apabullado por quienes no lo quieren como abanderado a gobernador.
Una cosa arrastra a la otra, cuando menos en lo que a la percepción se refiere.
¿QUÉ PASÓ EN SANALONA?
Algo muy grave se oculta en torno a los hechos sucedidos en Sanalona, donde murieron dos muchachas sobrinas del gobernador de Durango.
Las contradicciones oficiales son muy evidentes, y nos queda muy claro que la versión inicial por parte de la Secretaría de Seguridad Pública estatal incluyó mentiras muy burdas que siguen sin ser aclaradas.
Si las jóvenes muertas hubieran sido ciudadanas sin parientes con poder político, estamos seguros de que la falsa versión del gobierno hubiera pasado sin que la notáramos siquiera.
¿Se ha estado protegiendo a policías asesinos?
¿Hay poderes fácticos involucrados en estos crímenes?
La duda es inevitable, por la farsa oficial y el nivel en que se dio.
Pendientes.