Altoparlante Se va y se fue Juan Manuel Partida Valdez El futuro de la diputada Graciela Domínguez Nava es tremendamente comp...
Altoparlante
Se va y se fue
Juan Manuel Partida Valdez
El futuro de la diputada Graciela Domínguez Nava es tremendamente complicado.
Son una amplia mayoría los legisladores morenistas que no la quieren como coordinadora de esa fracción; más de los catorce que firmaron; tras los pleitos de ayer, hubo una tregua y convocaron a reunión para el próximo lunes, a fin de zanjar sus disputas y definir si hay o no cambio en el liderazgo.
La todavía presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado no supo mantener la cohesión, y la fractura creció hasta convertirse en abierta rebelión.
Legisladores morenistas la acusan de manejos indebidos de recursos públicos, y de tomar e imponer por la fuerza muchas decisiones sin consultar siquiera a los demás.
Claro, Gracielita y sus incondicionales intentan vender la idea de que todo es un complot orquestado desde el tercer piso porque ella está con el pueblo, porque le estorba a los corruptos, y montones de etcéteras más en esa misma sintonía.
Durante meses, varios parlamentarios morenistas han exigido cuentas claras en los gastos por parte de su coordinadora, siempre con la negativa como respuesta; fueron a Secretaría General y a la Dirección de Asuntos Jurídicos, y los mandaron también al rancho pejista.
Junto a los asuntos del dinero están los de la conducción política; “ella se siente con el poder de hacer y deshacer a su antojo”, se quejó uno de nuestros informantes.
Y el saco terminó llenándose de piedritas.
Varios de los parlamentarios firmaron medio de mala gana por la sustitución de su coordinadora, y otros decidieron no hacerlo porque consideran que con la diputada Cecilia Covarrubias González les va a salir más caro el caldo que las albóndigas.
La consideración de que Graciela es buena, comparada con la pretensa sustituta. ¡Imagínese usted!
Suceda lo que suceda este lunes, la suerte de Graciela Domínguez Nava está echada.
La retractación por cuatro de los firmantes sucedió más por presiones externas y la advertencia de considerarlos como infiltrados y traidores; a Graciela prácticamente ni la pelaron.
Se buscaba desde ayer una propuesta que sirviera como salida “digna” para esta legisladora, mientras que ella y sus incondicionales ofertaban en busca de sumar y conseguir la mayoría.
Domínguez Nava reconoció ayer las disputas internas en la fracción morenista, pero erra feamente al creer o simular que pronto terminarán reconciliados y más unidos que nunca.
No hay manera de que pueda seguir como coordinadora efectiva, porque ha quedado muy claro que muchos de sus compañeros no la quieren ni la van a querer.
De nada servirá que hagan como que aclaran en dónde están esos millones de pesos “perdidos”, que se prometa que en adelante todo serán cuentas claras y que terminarán los autoritarismos en la conducción del grupo parlamentario.
Ni que fuera gripa.
Advirtamos que no va a ser fácil que los opositores a Gracielita terminen poniéndose de acuerdo.
Además de las naturales aspiraciones por parte de varios de ellos, hay que reiterar las opiniones muy negativas que algunos tienen hacia Cecilia Covarrubias.
Por ello la eventualidad inicial de un año y no los dos que esta diputada presumió ayer respecto de su “nombramiento”.
Sobre el duro golpe que esto representa para el senador Rubén Rocha Moya, luego opinamos.