Altoparlante Juan Manuel Partida Valdez De nueva cuenta, el Instituto Nacional Electoral se exhibe como un organismo inservible...
Altoparlante
Juan Manuel Partida Valdez
De nueva cuenta, el Instituto Nacional Electoral se exhibe como un organismo inservible, incapaz de poner orden y hasta cómplice de numerosas ilegalidades cometidas por partidos políticos y candidatos.
Son lo de menos las reculadas en torno a la difusión de los resultados electorales, que primero presumió serían muy rápidos para luego decirnos que siempre no, y que deberemos esperar hasta el lunes para conocer a los presumibles ganadores, con el regreso casi inmediato a la primera posición y el compromiso de que a las once de la noche del domingo informarán oficialmente cómo van, sea cual sea el porcentaje de votos capturado y computado.
Lo que sí preocupa, por su gravedad, es el valemadrismo con que el INE actúa en casos como las tarjetas de Ricardo Anaya Cortés; los veinte millones de pesos decomisados que dijeron eran para gastos ilegales en el PRI, y el desvío ya comprobado de muchos millones más por parte del Movimiento de Regeneración Nacional.
Sobre las tarjetas y los ilegales desvíos de MORENA, la complicidad desvergonzada diciéndonos que Ricardo Anaya incurre en anomalías, pero lo dejan sin castigo, mientras que al partido propiedad de López Obrador le “congelan” el trámite y la exhibida.
En lo del PRI, con todo y que hay una investigación en curso por parte de la PGR, el silencio y la inacción de la autoridad electoral resulta de esa misma actitud de nadar de muertito, de simular sin hacer cumplir la ley.
Que los consejeros del Instituto Nacional Electoral sean “parejos” y repartan impunidades para nada resulta un consuelo.
Sus responsabilidades y obligaciones son muy claras, y mucho dinero le cuestan al pueblo para que se la pasen haciéndose pendejos.
Usamos este calificativo porque encaja a la perfección; el insulto es el de esos funcionarios tan bien pagados que con todo cinismo defraudan nuestra confianza.
Si en las ilegalidades públicas hacen nada o muy poco, la lógica nos lleva a que hay muchas más complicidades solapadas, sobre las que todavía no nos enteramos.
Lo peor de todo es que a Lorenzo Córdova y demás consejeros electorales termina valiéndoles lo que los mexicanos pensemos y digamos.
Esos funcionarios se sienten intocables, porque la zurran a cada rato, pero nunca se les somete al imperio de la ley por el incumplimiento de sus responsabilidades.
Y lo que falta.
POR QUIEN QUIERA, PERO VOTE
Este domingo es la elección.
Hay que salir a votar, por quien se considere el mejor o el menos peor.
No caigan en el error de vender el sufragio.
Si les dan o les ofrecen algo a cambio del voto, acéptenlo; pero actúen con toda libertad al momento de ir a las urnas.
Cualquiera que sea el sentido de su decisión, háganla valer.
La voluntad popular debe ser respetada, en lo personal y en lo colectivo.
No importa el color de quienes ganen aquí o allá, la autoridad electoral debe acatar la voluntad de las mayorías.
No caeremos en la ingenuidad de creer que no harán trampa los partidos políticos y sus candidatos, pero nos debe quedar muy claro que somos los ciudadanos quienes vigilamos y contamos los votos.
Muy pendientes, pues.