Montserrat Villamar, Coordinadora Nacional de Abogacía de Aldeas Infantiles SOS México, explica el impacto de la organización en la restituc...
Montserrat Villamar, Coordinadora Nacional de Abogacía de Aldeas Infantiles SOS México, explica el impacto de la organización en la restitución del derecho a vivir en familia, así como los retos legales, sociales y estructurales que enfrentan miles de menores que han perdido el cuidado parental.
En el marco del Día del Niño y de la Niña, conversamos con Montserrat Villamar, representante de Aldeas Infantiles SOS México, una organización internacional con presencia en más de 130 países. La organización trabaja desde hace más de medio siglo en México para garantizar el derecho de niñas, niños y adolescentes a crecer en un entorno familiar protector, a través de programas de fortalecimiento familiar y cuidados alternativos. Esta entrevista ofrece una visión detallada sobre la labor que realizan, los desafíos que enfrentan y las expectativas ante el futuro Sistema Nacional de Cuidados anunciado por el gobierno federal.
¿Quiénes son Aldeas Infantiles SOS y cuál es su objetivo en México?
Somos una organización internacional con origen en Suecia, presente en más de 132 países, y con más de 52 años de trabajo en México. Nuestro objetivo es garantizar el derecho de niñas, niños y adolescentes a vivir en familia. Esto lo hacemos de dos formas: previniendo la separación familiar mediante programas de fortalecimiento, y ofreciendo cuidados alternativos de calidad a quienes han perdido ese cuidado.
¿Cuántos menores están en esta situación en el país?
Se estima que 1.6 millones de niñas y adolescentes han perdido el cuidado de sus familias en México. Aproximadamente 53 mil viven actualmente en centros de asistencia social —lo que comúnmente se conoce como albergues—, y cerca de 5 millones están en riesgo de perder este cuidado por factores como violencia, pobreza y desigualdad.
¿Cuál es la causa más común de esta separación?
No hay una única causa. Es una situación multifactorial. En algunos lugares pesa más la violencia intrafamiliar, en otros la pobreza extrema. Cada contexto tiene sus propias características, y por eso se requiere una respuesta especializada y territorializada.
Estamos en seis estados del país. Cada vez que abrimos un programa, se hace un estudio de pertinencia. Se analiza si es más necesario un modelo preventivo o un espacio de cuidado alternativo. Esto nos permite adaptar nuestro trabajo a las necesidades locales.
Háblenos de los programas que manejan.
En el modelo de fortalecimiento familiar trabajamos con familias vulnerables, apoyándolas en temas como educación, salud, emprendimiento, nutrición y prevención de violencia. En cuidados alternativos, recibimos a niñas y adolescentes canalizados por autoridades de protección, con quienes trabajamos para su reintegración familiar o, cuando no es posible, para guiarlos hacia una vida adulta independiente.
¿Cuántos casos han acompañado exitosamente?
Actualmente tenemos a unos 300 niñas y adolescentes en nuestras aldeas. En fortalecimiento familiar, hemos acompañado a más de 7,000 familias actualmente, y a lo largo del tiempo, a más de 25,000. No tengo el dato exacto de niñas y adolescentes que han pasado por nosotros, pero sí puedo decir que muchos han salido adelante con estudios, empleo y hasta emprendimientos propios.
¿La legislación actual es suficiente para proteger sus derechos?
Contamos con una Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes desde hace más de 10 años. Es un avance significativo. Sin embargo, aún hay aspectos perfectibles, como el presupuesto asignado a cuidados alternativos y el fortalecimiento institucional del sistema de protección.
En los 53 años que lleva la organización en México hemos impactado en la vida de poco más de 50,000 niñas, niños, adolescentes y jóvenes con nuestros programas de cuidado alternativo y fortalecimiento familiar.
¿Qué se necesita mejorar específicamente?
Además del presupuesto, necesitamos fortalecer el acompañamiento para la vida adulta independiente, mejorar las condiciones en los centros de asistencia social, y dar más herramientas a las procuradurías y autoridades locales para ejercer efectivamente sus funciones.
¿Cómo debe ser el entorno para que un niño se desarrolle óptimamente?
Deben tener garantizados todos sus derechos: salud, educación, recreación, comunicación y un entorno afectivo y seguro. También acceso a tecnologías, siempre con acompañamiento y guía, para que puedan crecer con equilibrio emocional, físico y social.
¿Qué opinan del Sistema Nacional de Cuidados anunciado por el Gobierno?
Celebramos su creación y estamos atentos a su implementación. Es fundamental que contemple a niñas y adolescentes, que muchas veces no son visibilizados como receptores de cuidados. Esperamos que se les incluya desde el enfoque de derechos y cuidado alternativo.
¿Algún mensaje final en el marco del Día del Niño y la Niña?
Invitamos a la sociedad a sensibilizarse y a conocer más sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes. También a acercarse a organizaciones como Aldeas Infantiles SOS y conocer el trabajo que realizamos.
Tenemos materiales públicos en nuestro sitio web www.aldeasinfantiles.org.mx y Redes Sociales:
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