Ahome, Sinaloa.- El reciente informe de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) 2025 posiciona a Los Mochis, Sinaloa, como u...
Ahome, Sinaloa.- El reciente informe de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) 2025 posiciona a Los Mochis, Sinaloa, como una de las cinco áreas urbanas más seguras de México, con una percepción de inseguridad del 24.6%. Este logro adquiere relevancia al analizar el contexto estatal, donde Sinaloa sigue enfrentando retos importantes en materia de seguridad debido a la presencia del crimen organizado y su rol estratégico en actividades ilícitas.
Este resultado no es fortuito y puede atribuirse, en gran medida, a la administración del alcalde Gerardo Vargas Landeros, quien ha priorizado acciones que buscan fortalecer la seguridad en el municipio de Ahome. Su gestión ha impulsado iniciativas clave, como el aumento de la vigilancia policial, el mejoramiento de la infraestructura urbana, y la promoción de programas de prevención del delito, factores que han contribuido a generar un ambiente de mayor confianza entre los habitantes de Los Mochis.
Sin embargo, este avance debe analizarse en el marco del panorama general de Sinaloa, donde persisten altos niveles de violencia en ciudades como Culiacán y Mazatlán. Este contraste resalta la necesidad de replicar los modelos exitosos de municipios como Los Mochis en el resto del estado. La capacidad de Vargas Landeros para gestionar de manera eficiente los recursos y coordinar esfuerzos entre autoridades locales y estatales ha demostrado ser un factor crucial para alcanzar estos resultados.
El reto para la administración municipal y estatal es garantizar que los avances en Los Mochis sean sostenibles y, a su vez, extender estas estrategias a otros municipios. Gerardo Vargas Landeros ha demostrado que, incluso en un estado con desafíos tan complejos, es posible generar cambios positivos cuando se priorizan la seguridad y la colaboración comunitaria.
En un Sinaloa marcado por contrastes, Los Mochis se posiciona como un modelo de éxito, pero también como un recordatorio de que el camino hacia la paz requiere liderazgo, coordinación y un compromiso constante con la ciudadanía.