Sobre el camino Benjamín Bojórquez Olea Ayer me fue imposible abrir mi mente, mi cerebro no estaba conectado y sentía que mi sangre circulab...
Benjamín Bojórquez Olea
Ayer me fue imposible abrir mi mente, mi cerebro no estaba conectado y sentía que mi sangre circulaba muy lento. Este día dejo de hablar de política para dedicarle sin empacho alguno unas palabras que descienden de lo más profundo del centro de mi esternón. Madre mía, hoy te encuentras con el creador y dejas un estremecedor cúmulo de emociones que embarga mi corazón. El sábado pasado en punto de las 11:30 de la mañana tu corazón dejó de latir y se adentró en el eterno oriente, pero tu alma sigue aquí muy dentro de mi interior y de toda la familia. Siempre recordaré en tu etapa de recuperación cuando me decías a solas, “se fuerte, no importa por lo que estés pasando ahora, ninguna pena es para siempre, tu situación mejorará. Llora si tienes que llorar, pero después ten el valor y levántate, seca las lágrimas y sigue adelante. Nunca te detengas”. Palabras que llevan una profundidad de amor, comprensión y el significado de resignación. Elsa Antonia Olea Ayala, perdóname si sigo derramando una lagrima por ti, es que me haces mucha falta, me falta la pieza medular más hermosa de mi corazón, de mi vida. Te extraño tanto. Todos los días de mi vida Mamita me levanto elevando una oración al cielo y pidiéndole al Señor que te cuide, que te proteja y que no permita que estés triste. Si pudiera viajar al cielo sabes que lo haría y te abrazaría fuertemente. Me haces y siempre me harás muchísima falta. Que Dios te tenga en su gloria. No hay paso que de Mamita sin antes pensar en todos los buenos consejos que siempre me diste, dura pero elocuente. Gracias a ti soy un hombre de bien, con buenos principios y más. Me gustaría que nunca te hubieras ido de mi vida, que sigamos compartiendo el pan y la sal, pero lamentablemente te fuiste muy rápido y dejaste en mí un gran vacío. Jamás pensé que el Señor te llevaría tan rápido de este mundo. Que me dejaría en esta soledad tan grande que no puedo afrontar. El dolor que dejaste en mí con tu partida Mamita es un dolor que no se borra con nada. He tratado de llenar mis espacios para no pensar, pero creo nunca podré superar tu ausencia. Que difícil se me hace vivir sin tenerte a mi lado Mamá. En mi corazón guardo los mejores momentos que vivimos juntos Mamita. Aun puedo recordar cómo me regañabas, tus caricias repentinas, los consejos que me dabas, cuando me cuidabas en mis noches de enfermedad. No sé cómo hacer para volar hacia ti. Me haces mucha falta. De todas las experiencias que he vivido en mi vida, haber tenido una Mamita como tú ha sido la mejor. Tú y mi padre me enseñaron cosas maravillosas que jamás olvidare. Todas las noches rezo porque los ángeles te cuiden y más. Eres y siempre serás mi Mamita adorada. Como no recordar las jugadas de baraja, cómo no recordar cuando de forma irónica nos decías, “ya les gané”. Tantas experiencias juntos, esa llamadita los viernes, “hijo vas a venir, para poner frijol que tanto te gusta, tu nada más tráete las tortillas de harina y se hace la machaca”. Una mujer sencilla, pero que también le gustaba el buen comer. No sabes cuanta angustia puedo sentir Mamita cada vez que entro a los lugares que frecuentaba contigo. Es inevitable para mí derramar una lágrima y sentir tu ausencia. Cuando me siento solo y triste Mamita cierro mis ojos y puedo sentir tu presencia, tu amor de Mamá y más. Vivir sin ti es lo más difícil y doloroso que me ha pasado. Hoy estaríamos partiendo tu torta de pierna como a ti te gusta con tu chilito jalapeño, te estrecharía entre mis brazos y te diría lo mucho que te amo. Te envío un beso enorme y un feliz día al cielo. “Mamá ya estas al lado del hombre más importante en tu vida”. “Te amaré por siempre”…
GOTITAS DE AGUA:
Sabemos que nadie tiene la vida comprada, que en alguno momento de nuestras vidas tendremos que partir a otro mundo, pero nadie nos sentimos preparados para asumir la muerte de un ser querido, dejando nuestra ausencia a nuestros seres amados. Lamentablemente ante la muerte no existe palabra y antídoto que pueda consolar este dolor y mucho menos ocupar el vacío que un ser querido puede dejar en nuestros corazones. Si hablamos de la perdida de una Mamá, podemos decir que es irreparable pues una Mami es el ser más importante que existe en el mundo para un hijo/a. “La vida continua”. “Nos vemos Mañana queridos lectores”…