Altoparlante Juan Manuel Partida Valdez Las encuestas electorales y sociales más recientes nos muestran con claridad a un México que parece ...
Juan Manuel Partida Valdez
Las encuestas electorales y sociales más recientes nos muestran con claridad a un México que parece despertar con más fuerza de la trágica pesadilla que representa la cuarta transformación.
Desde antes de la tragedia del desplome del metro pero con énfasis especial a partir de esto, vemos en los sondeos de opinión resultados cada vez más desfavorables no solamente para el partido Morena sino de manera particular en torno al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cobra vigor la sentencia de que no se puede engañar a tantos durante todo el tiempo, y cada vez son más los que tras vivir en carne propia los dramas de un gobierno inservible e insensible se pasan a las filas del desengaño y el arrepentimiento de haber creído en la transa disfrazada de esperanza.
Millones descalifican a López por su “lucha” contra la corrupción; por la caída y el abandono de las actividades económicas; por la inseguridad pública, y por el más de medio millón de muertos en la pandemia repetidamente “domada”.
No ha servido más que para mentir, robar, traicionar y matar.
Todos los días nos manda al carajo, y el pueblo le responde cada vez en mayor número de la misma manera.
Aquél porque es todo un miserable, los mexicanos porque ya estamos hartos de tantas infamias.
Por supuesto que todo esto tendrá consecuencias en la elección de junio.
El mesías lo sabe, y por ello su rabia y su desesperación de las últimas semanas.
¿NORMAL?
Ciertamente, nada nuevo es que el narcotráfico financie y apoye campañas electorales.
Lo que sí resulta novedad es que lo haga con tan enorme desparpajo, desafiando abiertamente a una autoridad que hasta ahora resulta cómplice por omisión.
Las sospechas siempre han estado ahí, con incidentes aislados como sucedió el 2018 en el que grupos armados actuaron apoyando a cuando menos dos partidos políticos distintos.
Diferencias notables son que el narcotráfico tiene ahora todos los huevos en la misma canasta, la de Morena, y que sin el menor de los recatos opera en diversos municipios con gente armada que reprime y amenaza a los partidos opositores.
Resulta no sólo irregularmente cómodo sino además tremendamente irresponsable pretender que es normal que el narco apoye y nos imponga tanto a gobernantes como a representantes populares.
El nivel del cinismo en la presente narco elección es indicativo claro de lo que las partes pactaron, y por más que Morena lo niegue los hechos evidencian el compromiso de “tú me apoyas ahora y yo te apoyo después”.
La traducción es que Rubén Rocha sería un gobernador más quedador de bien con el narco que con el pueblo honesto y trabajador.
Se extendería a nivel estatal la orden de “combatir” a los malos con puros fuchis, guácalas y acusaciones con sus madrecitas.
ASESORÍA GRATUITA
Si en Guerrero la boleta electoral dirá que Evelyn Salgado es “La Torita”, quizá en Sinaloa se pueda agregar a los candidatos de la cuarta transformación la leyenda de “Estamos con el mata niños, hasta el infinito y más allá”.
Imaginen cuántos votos adicionales tendrían, poniendo énfasis en lo mucho que idolatran a su mesías.