Sobre el camino Benjamín Bojórquez Olea. Ambos contendientes mantienen un equilibrio de polarización en sus aspiraciones. Desde hace muchís...
Benjamín Bojórquez Olea.
Ambos contendientes mantienen un equilibrio de polarización en sus aspiraciones. Desde hace muchísimos años, Sinaloa es asiento de una clase política clave en la historia moderna. Ha producido a varios personajes poderosos, y sus vasos comunicantes con intereses empresariales están siempre a la vista. Resultaría una ingenuidad suponer que la disputa por quién gobernará al estado es un asunto regional. Se ha vuelto un juego de espejos la carrera entre los dos principales aspirantes a la gubernatura: Rubén Rocha Moya, postulado por Morena y en alianza con el PAS, y Mario Zamora Gastelum, al que apoya una coalición nutrida básicamente por PRI, PAN y PRD, tres partidos que en nuestra entidad pelean en la plaza pública, pero se ponen de acuerdo en privado. Bajo una mirada formal, ambos contendientes mantienen un equilibrio en sus aspiraciones, no ausente de tropiezos en ambos frentes. Rocha Moya reproduce el código del presidente López Obrador, hasta cierto punto emulando, inclinado a gobernar mediante incondicionales, y con tal pretensión ha formado su equipo e inducido múltiples candidaturas locales. Sinaloa vivió también el tsunami de Morena en sus elecciones intermedias de 2018. Gracias a ello, ese partido domina hoy las 4 principales alcaldías del estado, entre ellas la capital, Culiacán, así como Mazatlán, Ahome y Guasave. Ahí se concentra el dinero agrícola, empresarial y el comercial. Pero también el del narcotráfico y otras actividades ilícitas. Es difícil que en los comicios de junio se repita el tan amplio dominio morenista, lo que angostó el pastel y trajo la disputa por posiciones que le está estallando en el rostro a Rocha Moya y su equipo cercano. Mario Zamora perdió su más reciente apuesta para ser Senador en el 2018, pero llegó por primera minoría. Esta vez consumió al menos medio año para consumar y estar al frente de la alianza. Su campaña luce exhausta apenas iniciada, y a él se le multiplica debido a su creatividad y propuestas solidas. Muchos ven en ello un pacto por separado, al menos en apariencia, un guion con fronteras aún desconocidas. Un factor enigmático en esta línea de pensamiento es el alto número de candidatos para alcaldes y diputados federales de origen empresarial y de a pie. ¿Cuál triunfará? Una referencia inevitable cuando se habla de Sinaloa la constituye Juan S. Millán Lizárraga, tal vez el político más importante de su generación y que aún mantiene una imagen destacada y de vigencia y cabeza de grupos y varios frentes que ha sostenido por más de dos décadas anchas y franjas de poder dentro y fuera de la entidad. En pleno arranque de las campañas sinaloenses, Millán y su estructura alterna al poder, diferencia su alternancia y provoca rivalidades triviales debido a la resta de personajes que se consideran altamente vendibles, lo que significa, que es relevante mantener una presencia de alejamiento, pero que se puede considerar estar más cerca que nunca. Como en política no hay coincidencias, las versiones sobre la motivación han desbordado espacios en los periódicos y en merenderos políticos. La autoría del ataque que sufrió Don Juan Millán por los señalamientos infundados pudiera ser atribuida a Rocha, a sus enemigos, a grupos empresariales coaccionados y, desde luego, al presidente López Obrador, pese a que éste ha evitado todo tipo de alusiones. Don Juan Millán fue tajante en una de sus respuestas fue contundente, “que me lo regresen”, eso generó nerviosismo mediático y al mismo tiempo un silencio sepulcral que se apoderó de distintos medios de comunicación en todo el esqueleto sinaloense.
GOTITAS DE AGUA:
Por ello, es importante mencionar que, Juan Millán sigue siendo ese personaje que sabe medirle el agua a los camotes. Hasta antes de ese ataque, se asumía una fría distancia entre Zamora y Millán. No está claro si las nuevas circunstancias traerán una mayor participación de Millán en la causa de Mario Zamora debido a la nueva creación del partido “Fuerza por México”, como muchos creían ver, pues ahora la figura será el congreso local y el nuevo gobernador que tomará protesta este mismo año, ya que desde el congreso local se operan muchas temas delicados y de relevancia política, y es Juan Millán Lizárraga y Quirino Ordaz Coppel los que tendrían mano cuando se instale la nueva legislatura, sino revisen bien quienes van postulados, sobre todo, en las plurinominales. Será importante seguir de cerca la evolución de esta historia. Pero más adelante quizá concluyamos que parte de las claves para entender el 2024 se escribieron en parte en Sinaloa. Juan S. Millán Lizárraga sigue despierto y continúa generando nota a través de las nuevas generaciones. “Ojo al parche”. “Nos vemos el Lunes”…