Son las cuatro y media de la tarde, El Tío —un personaje anónimo— comparte una galería de fotos en el grupo de Telegram llamado “Asunto...
Son las cuatro y media de la tarde, El Tío —un personaje anónimo— comparte una galería de fotos en el grupo de Telegram llamado “Asuntos Importantes”. Se trata de 43 imágenes de mujeres desnudas; junto con cada pack, este usuario detalla datos personales de sus víctimas, como el nombre, la edad y hasta sus cuentas de Facebook o Instagram. “No vayas de sapo”, advierte para que ninguno le avise a la joven que sus nudes fueron compartidas sin que ella tenga conocimiento.
Ésta es la llamada hermandad del pack; aquí se intercambian, venden, exhiben —sin consentimiento— fotos de novias, exnovias o de cualquier otra chica para “quemarlas”, según pudo constatar La Razón.
Pero ésta es apenas la fachada, pues no sólo se trata de jóvenes ejerciendo violencia de género, sino que detrás hay una estructura de comercio sexual de Internet que explota la identidad virtual de mujeres.
Este medio hizo seguimiento de las fotos vertidas en chats, y pudo documentar que existen al menos dos formas de comercio. En la primera, una cuenta de Twitter oferta los packs entre 20 y 200 pesos. Pero la segunda es más compleja: básicamente una imagen —con desnudo o no— se roba de algún chat, se “promociona” en Twitter junto a un link, al abrir se redirecciona a páginas de sexo en vivo o a foros para chatear y tener sexo supuestamente con las mujeres de la fotografía, pero se cobra por acceder a la plataforma.
Olimpia Coral Melo, activista, víctima de violencia digital y cuyo caso dio pie a que 22 estados de México emitieran la llamada Ley Olimpia —que castiga el intercambio no consensuado del pack— explica que detrás de estos chats hay un mercado de explotación sexual, cuyo modus operandi inicia por “aportes” o intercambios de fotografías, las cuales terminan en páginas de explotación sexual.
“Es trata virtual con fines de explotación sexual, porque ahora ya no hace falta tener a las mujeres físicamente para abusar sexualmente de ellas. Ahora ya no hace falta tener el cuerpo físico o tangible de una mujer para ser abusada por personas a través de Internet, aunque sea por medio de una fotografía, aunque sea sexo online”, dijo Olimpia en entrevista con La Razón.
En 2016, nueve millones de mexicanas fueron víctimas de ciberacoso. Las más vulnerables a sufrir algún tipo de esta violencia son las que tienen entre 20 y 29 años, seguidas por el grupo de 12 a 19 años, según datos del Inegi.
La hermandad del pack usa plataformas como Mega o Mediafire, en las que hay carpetas —con miles de fotos y videos— acomodadas por estado, municipio y en orden alfabético; algunas imágenes literalmente refieren que son espionajes, upskirt (práctica de tomar fotos por debajo de la falda), escondidas, cibervenganza o simplemente galerías de fotos que alguna mujer subió a sus redes sociales, pero se les agrega leyendas como: “busca sexo”.
Mariana, de 24 años, cuyo nombre fue cambiado, recuerda que en abril de 2019 un sujeto le escribió por Instagram, le comentó que su información fue difundida en un chat. Semanas más tarde, le comenzaron a llegar correos de una agencia de escorts que le ofreció trabajo.

“Intenté contactarlo (al sujeto) para preguntarle quién había difundido mi pack y en dónde, que me diera más información, pero me bloqueó. Me dio miedo porque no sabía si era real o si me querían sacar información para extorsionarme”, narra Mariana a este rotativo.
Mariana sospechaba de dos de sus exnovios, a quienes compartió fotografías desnuda; aunque no los denunció, porque consideró que no tenía pruebas.
“No me sentí culpable, la culpa fue quien decidió compartir las fotos. Como no supe más, no me afectó directamente y no volví a saber del tema”, dijo.
Además del intercambio de packs, hay cuentas en Twitter que prometen miles de fotos o packs premium, aunque en realidad se trata de phishing (robo de datos). Tekno y+, un blog especializado en tecnologías de la información, recientemente publicó un artículo sobre la hermandad del pack, en el que refiere que muchas de las fotografías filtradas en chats fueron robadas de Facebook.
“La mayoría de los packs provienen de messenger de Facebook hackeados. (...) La metodología no tiene mucha ciencia; es un phishing, tu “amigo” te manda un link diciendo tienes que ver este video o ‘mira, la página de este refugio, rescatan animales’ o cualquier otra cosa que pueda atraer tu atención, mientras mejor te conozca o más cercano sea más probabilidades hay de que elija un tema que te interese y caigas”, refiere el blog.