“Hacer una película es un acto de fe o de amor, aunque suene cursi, es una especie de enamoramiento, en ese sentido soy un monógamo… pues ...

“Hacer una película es un acto de fe o de amor, aunque suene cursi, es una especie de enamoramiento, en ese sentido soy un monógamo… pues no soy un becario del Fonca”, bromeó Gael García Bernal, durante la conversación que sostuvo con La Razón con motivo del estreno de Chicuarotes, la segunda cinta que dirige.
El filme pone de nuevo a Gael García en el rol de director. Aborda la historia de dos adolescentes, el Cagalera y el Moloteco, quienes habitan en San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco, y buscan desesperadamente alejarse de las circunstancias opresivas en las que viven, pero se adentran al oscuro mundo de la violencia que existe en el país.
“Queríamos hacer una historia de aventuras, pero que fuera sobre la desesperanza juvenil; aunque no son compatibles una con la otra, ya que hoy día es un momento crítico el que está viviendo la juventud
Gael García Bernal
Director
“El guion lo leí hace 10 años, después hubo que cambiar una que otra cosa, pero no había prisa, había que disfrutar de esta posibilidad de hacer cine como nosotros lo hacemos, completamente libre, sin tener fecha, ni necesidad y mucho menos sin gente manifestándose afuera de nuestras casas”, explicó al ser cuestionado de por qué tardó más de una década en volver a dirigir.
El reconocido actor realizó la premiere mundial de su cinta en mayo pasado, en el Festival de Cannes, y aunque no estaba en competencia, expresó sentirse contento y orgulloso por los buenos comentarios que ha recibido de parte de la crítica especializada.
“Yo la defino como una tragedia griega, por su magnífica historia; debería ser un funeral, pero es todo lo contrario, es un carnaval, por todo el color que hay en San Gregorio; el tema de los chicuarotes, los apodos, hasta de la forma en que hablan, también es parte de la magia, desde ahí me fui enamorando y fui cambiando cosas y encontrando diferentes hipótesis”.
MOMENTOS CRÍTICOS. El eje principal que aborda el filme es el tema de la juventud, tópico que le preocupa a Gael, quien acaba de cumplir 40 años, y ahora ve con otra perspectiva; nota una diferencia entre su primera cinta Amores perros y Chicuarotes.
“Hoy día entre los jóvenes hay una sensación de desesperanza, por la falta de un futuro en cuestiones económicas, sociales, laborales, en educación, también en el sentido de que el mundo se va a acabar como lo conocemos actualmente; entonces sí estamos en una especie de una montaña rusa.
“Quería contraponer esa emergencia con la narrativa de la cinta: los chavos que no se sienten en el lugar correcto, que sienten que hay que salir, escapar a cualquier costo, ya sea delinquiendo o hasta secuestrando; eso es algo a lo que hemos llegado, pero también hay esperanza y creo que no hay que perderla”, finalizó el ganador del Globo de Oro a Mejor Actor por Mozart in the jungle, quien hizo su debut como director en 2007, con su ópera prima Déficit.