Ciudad de México.- Médicos de la Secretaría de Salud capitalina diagnosticaron delirium mixto en Marco Antonio, estudiante que fue deteni...
Ciudad de México.- Médicos de la Secretaría de Salud capitalina diagnosticaron delirium mixto en Marco Antonio, estudiante que fue detenido por policías y estuvo desaparecido cinco días.
Este padecimiento disminuye la capacidad de mantener la atención, provoca pensamiento desorganizado, deterioro de la memoria y alteraciones emocionales; pudo ser originado por traumatismo.
Por ello, autoridades médicas y de la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJ) valoran el estado de salud mental del joven, de 17 años de edad, en el Hospital Psiquiátrico Juan N. Navarro.
“Se ha observado con soliloquios, irritabilidad, discurso desorganizado, presentando descontrol conductual, agrediendo físicamente, con la mano, en una ocasión, por lo que se acude a valoración de esta unidad.
“Paciente adolescente, quien cursa (sic) probable cuadro de delirium mixto, fluctuaciones en el estado de alerta, así como lenguaje desorganizado; tiene múltiples contusiones y esguince en el tobillo derecho”, se lee en el informe médico.
Cuando Marco Antonio fue localizado y llevado al Juzgado Cívico de Melchor Ocampo, en el Estado de México, para encontrarse con sus padres, el muchacho intentó soltar una patada a un representante de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Funcionarios del Gobierno mexiquense afirmaron que cuando llegó su padre, ambos se abrazaron, pero después Marco Antonio mostró rechazo por su presencia, e incluso le propinó una cachetada.
“No quiero regresar a casa”, repetía, acorde con testigos.
Sin embargo, en sus declaraciones ministeriales, asentadas en el expediente DGAVD/UI-2S/D/242/01-2018, el padre negó que su hijo tuviera antecedentes de problemas sicológicos, adicciones a las drogas o algún conflicto familiar.
Señaló que no tiene novia y admitió que únicamente conoce a uno de sus amigos, el cual resultó ser testigo de la detención que hicieron policías preventivos de la Secretaría de Seguridad Pública local (SSP) .
Aunque ha sido entrevistado, tanto por servidores públicos de la Fiscalía mexiquense, como de la Procuraduría local, Marco Antonio no ha aclarado cómo llegó a Melchor Ocampo y quiénes lo golpearon.
Fuentes de la PGJ revelaron que, hasta el momento, no hay indicios de que las lesiones del adolescente fueran provocados por los oficiales SSP que lo detuvieron frente a la estación del Metrobús El Rosario.
Conforme avancen sus estudios sicológicos se determinará si es o no apto de rendir testimonio ante el Ministerio Público y en presencia de sus padres.
Por lo pronto, se ha mostrado ensimismado, con poco apetito y con total desconocimiento del revuelo que causó su desaparición.
Critica papá de Marco a policías
Marco Antonio Sánchez, padre del menor que desapareció durante cinco días tras una detención de policías capitalinos, cuestionó la actuación de los uniformados, a quienes acusó de “salvajes”.
Cansado por no haber dormido en las últimas 32 horas, y con la voz entrecortada por el frío, Sánchez dijo que según la Ciudad tiene una Policía de élite, sin embargo cuestionó: “Qué salvajismo tiene nuestra policía”.
El padre de Marco Antonio comentó que su hijo estaba sano cuando lo detuvieron y que debería de estará sano cuando se lo entreguen.
“A mi hijo todavía lo no lo tenemos, está en el hospital, pero todavía no lo tenemos, la autoridad dice que ya no lo entregaron, pero él sigue en el hospital”, explicó.
Señaló que las autoridades no han aportado ayuda para solventar los gastos médicos de su hijo, y que incluso él y su familia solventaron los estudios como un electroencefalograma.
Los anterior lo dijo durante la culminación de una marcha que congregó a unos 80 estudiantes de preparatoria y miembros de organizaciones civiles, donde el señor tomó el micrófono.
Los estudiantes caminaron desde el Ángel de la Independencia sobre Paseo de la Reforma hasta el cruce de la Avenida Bucareli, donde montaron un mitin frente al “antimonumento” dedicado a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa.
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