Mazatlán, Sinaloa.- Mientras una tormenta azotaba Mazatlán, en el Teatro Ángela Peralta se desató un huracán de risas con las dos funcione...
Con un despliegue artístico colosal de parte de Lolita Cortés, Dalilah Polanco, Lorena de la Garza, Hiromi Hayakawa y Alex Brizuela, el TAP ingresó a un jocoso viaje por la década de los ochentas con esta comedia que arrancó la V Edición de Festival Internacional de Teatro Escena Mazatlán 2015, organizado por el Instituto de Cultura de Mazatlán.
“Daniela” (Hiromi), “Yuri” (Cortés), “Dulce” (De la Garza) y “Lupita” (Polanco) son citadas a una reunión misteriosa tras la muerte de “Emmanuel” (Brizuela) por la “Manuela” la hermana del galán, para darles a conocer su última voluntad: dejar su herencia a aquella que descubra quién de las allí presentes lo asesinó.
De esta forma, cada una de ellas cuenta su historia al lado de este conquistador que, tras su matrimonio con “Daniela”, inicia una relación con “Dulce”, se enreda con su secretaria “Lupita” y también tiene tiempo para seducir a “Yuri”.
Cada actriz brindó un colorido particular a la obra: la poderosa y asombrosa voz de Lolita Cortés; la hilarante y ocurrente interpretación cómica de Dalilah Polanco; la simpatía e ingenio de Lorena de la Garza y la brillante voz y encantadora presencia de Hiromi cobijaron la seductora y simpática actuación de Alex Brizuela.
La espina dorsal de este musical tuvo una brillante interpretación por parte de cada uno de los cantantes, y en especial, del tecladista René Ábrego, que llevó por sí solo todo el peso instrumental con una lluvia de temas ochenteros como “Amiga Mía”, “Ese Hombre no se toca”, “Él me mintió”, “Mentiras”, “De mí enamórate”, “Lo siento mi amor”, “Noches de copas”, “Es ella más que yo”, “Pobre secretaria”, “De color de rosa”, “Baño de mujeres”, “Cuando baja la marea”, “Como te va mi amor”, “Castillos” “Mudanzas” y “Me alimento de ti”.
Finalmente, tras resolver el misterio y descubrir que “Emmanuel” no estaba muerto, sino disfrazado de “Manuela”, “Mentiras, el musical” llegó a su feliz término con poco más de dos horas de risas, nostalgia y sensualidad de la mano de un elenco artístico que reveló un oficio actoral impresionante que puso de relieve cómo el buen humor mexicano es una veta inagotable para el teatro nacional.
