Volviendo al parásito, bueno, éstos se caracterizan por su desagradable aspecto. Parecen gusanos muy delgados, lo cual también les da el ...
Volviendo al parásito, bueno, éstos se caracterizan por su desagradable aspecto. Parecen gusanos muy delgados, lo cual también les da el no menos desagradable nombre común de “pelos de caballo”, teniendo un tamaño que varía entre 1 cm y los 5 cm de largo.
No obstante, dentro del huésped comienzan a crecer, y crecen realmente mucho, habiéndose registrado casos que van desde el milímetro a los dos metros de longitud...
Aquí te dejo otro más. Ten cuidado, si el primero te impresionó o te provocó repulsión, éste no te lo recomiendo. Es más explícito aun, no menos interesante.
Al crecer, deben cubrir más necesidades y necesitan más espacio. De esta manera, el huésped se hincha y comienza a cambiar sus comportamientos. Esto sucede sobre todo cuando el parásito llega a ejercer presión en la cabeza o directamente se mueve a gusto, pudiendo llevar al huésped a la muerte mediante el suicidio.
Por ejemplo, pueden mover el cuerpo del huésped hasta un punto estratégico que los vuelva un blanco fácil para sus presas naturales. En este caso, el gusano lo puede arrastrar hasta un claro en el suelo, donde sea avistado por aves y devorado. Una vez el ave se come a la mantis, el parásito tiene un nuevo hogar: claro, la propia ave.
Realmente fascinante, fascinante y escalofriante, ¿no? ¿Qué te pareció?