Sin Redundar Carlos Avendaño Elecciones del 5 de junio, cuestión decisiva para la seguridad. Cuando gobernaba el PRI -más de 70 años en el p...
Carlos Avendaño
Elecciones del 5 de junio, cuestión decisiva para la seguridad. Cuando gobernaba el PRI -más de 70 años en el poder- la nominación de todos los candidatos a cualquier cargo de elección popular, era asunto de la seguridad nacional, todos los personajes políticos tenían que pasar el filtro de la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales (DIPS) de la Secretaría de Gobernación (SEGOB). Ciertamente, el tema de la inseguridad se mantenía bajo control por el aparato de seguridad del estado, fue en el año de 1975 cuando comenzaron los problemas por la incursión del crimen organizado en la política combinándolo con el entonces afamado “Plan Cóndor de los Estados Unidos de Norteamérica” precisamente aplicado en la zona noroeste de México. Desde ese entonces hasta la fecha, todos los candidatos a un cargo de elección popular y alguna que otra posición clave en el gobierno, empezaron a aflojar el paso en el control del lado oscuro de toda historia política. Las últimas elecciones del 2021 y estas de 2022, asociadas las que vienen de 20223 y 2024, tienen un peligrosísimo descuido con respecto a los perfiles políticos, en la medida de que las decisiones para nominar candidatos, no responde a ningún criterio de seguridad política del estado, sino que se atiene a intereses del grupo gobernante ante la necesidad de ganar elecciones e indicios de un pacto directo o indirecto con el crimen organizado. En las elecciones para gobernador del 2021, MORENA casi se llevó carro completo al ganar casi la mayoría de las gubernaturas, pero descuidaron el tema de la seguridad, y al día de hoy, estos nuevos gobernantes muestran carencia estratégica para combatir la delincuencia al no poder parar la expansión criminal en temas delictivos, detectándose en algunos casos, la propagación en los estados y funciones de gobierno local. La dificultad política de fondo, no se ubica en el escenario del porcentaje electoral de candidatos y de partidos, sino en la estrategia de plazas bajo dominio creciente del crimen organizado, como se percibe en: Quintana Roo y Tamaulipas, expandiéndose criminalmente en: Oaxaca, Durango, Aguascalientes e Hidalgo. Ningún candidato de cualquier partido con posibilidades de ganar, presenta propuesta concreta alguna para poder contener el avance del crimen organizado, al contrario, todos dejan de lado la evaluación y el diagnóstico de la inseguridad y centran sus discursos de campaña en temas superficiales de política local. Algo muy parecido sucedió en el 2021 en: Sinaloa, Baja California, Zacatecas, Guerrero, Colima, Nayarit, Chihuahua, Nuevo León, San Luis Potosí y Michoacán, territorios bajo el control estratégico de bandas criminales. Según analistas estratégicos en seguridad nacional, explican y justifican, que, hasta el día de hoy, el crimen organizado no tiene como objetivo principal tomar control de plazas territoriales para convertirlas en zonas belicosas, sino que se reducen solamente a poner o quitar candidatos para seguir traficando drogas. Al no existir liderazgos criminales estratégicos enfocados en dominar al estado, no justifica en lo absoluto, ninguna política de gobernanza criminal, principalmente porque el control político y administrativo del crimen organizado sobre algunos estados, se expande en áreas no relacionadas de manera directa con lo criminal, sino que invade trabajos como: cobrar derecho de piso, vender protección, controlar piratería y prostitución, bandas delincuentes apadrinadas, actividades comerciales de pequeña industria en donde sobresale la ola creciente de los sicarios sirviendo en acciones urbanas. Con los argumentos anteriores, y de llegar a reproducirse estos mismos escenarios en estas nuevas elecciones venideras de 2023 y de 2024 en plazas infectadas por el crimen organizado, las elecciones presidenciales de 2024 tendrán un escenario importante que exigiría de propuestas para recuperación la seguridad interior del estado entre los partidos y los candidatos, más allá e incluso, en contra de la lealtad al presidente saliente y su modelo de construcción de paz basado en la co-gobernanza criminal que involucraría acuerdos con el crimen organizado. Desde este momento, las elecciones para las gubernaturas en 2024, se ensamblarán con la elección presidencial en función del cambio de mandatarios estatales en nueve plazas que quedan de relevo, todas ellas ya infectadas por los cárteles…
Han sido varias las ocasiones que se ha documentado en donde: Andy López Beltrán, viaja frecuentemente a la ciudad de Ámsterdam en aviones privados. Una vez conocida la historia de Sergio Carmona, las lecturas empiezan a cambiar. ¿A poco no estimado lector? Fíjese usted nada más las coincidencias. Sergio Carmona hacía depósitos desde los países bajos, casualmente desde Ámsterdam, siendo uno de los destinos preferidos de Andy, operador político e hijo de ya saben quién. No me lo crean a mí, puesto que circulan en las benditas redes sociales fotos de Andy López Beltrán, haciendo compras en una tienda exclusiva de Ámsterdam. Pregunta obligada: ¿Qué tiene que andar haciendo un hijo de un ideólogo socio-comunista en el mundo capitalista? Que alguien me explique por Dios…
El Gobierno de la 4T mantendrá información reservada entre 2 y 5 años. Sobre esto sería: Segundos pisos, Vacunas, Planos AIFA y Tren Maya, Permisos AIFA y Tren Maya, Contratos AIFA y Tren Maya, Compra de medicamentos y Material Médico, Cancelación Aeropuerto de Texcoco, Reparación e Investigación de la Línea 12 del Metro de la CDMX, y la cereza del pastel ya para rematar, Salarios de Médicos Cubanos. Vaya transparencia de este gobierno diferente a los anteriores. El que nada debe nada teme, reza el dicho. ¿Por qué esconder información? Increíble no lo cree usted estimado lector...