Científicos identifican cómo mejorar el apetito de los niños melindrosos Todo padre sabe que, ha cierta edad, se vuelve complicado lograr qu...
Científicos identifican cómo mejorar el apetito de los niños melindrosos
Todo padre sabe que, ha cierta edad, se vuelve complicado lograr que los niños se coman todas sus verduras, o alguna comida que no es del completo de su agrado.
Algunos padres deciden tomar el camino fácil y dejar que los niños solo se coman lo que les gusta, pero eso puede traer problemas de salud a la larga.
Otros toman el camino de la dura disciplina, impidiendo que el niño se pare de la mesa hasta no terminar sus sagrados alimentos.
Afortunadamente para todos, la ciencia analizó las distintas maneras de lograr que un niño no sea melindroso con la comida. Aquí te presentamos sus conclusiones.
Los niños y la comida
Si alguna vez te preguntaste si existía una forma con más probabilidad de éxito para lograr que un niño se coma todas sus verduras, déjame decirte que no estás solo.
Justo por eso, un nuevo estudio científico realizado en conjunto por investigadores de la Universidad de la Sunshine Coast, la Universidad de Australia del Sur y la Universidad de Queensland, decidió analizar todos los datos que se tienen sobre el tema.
El estudio logró determinar las técnicas parentales más y menos efectivas para asegurarse que los niños se terminen su comida.
Los expertos estudiaron a detalle 80 estudios de la industria de la salud, que identificaron la alimentación selectiva en niños menores de 10 años. A continuación te presentamos sus resultados.
Los niños melindrosos
El estudio enfatiza que es complicado tratar con niños melindrosos, sobre todo porque no existe una razón única para que estos chiquillos desdeñen un tipo de comida en particular.
Algunas familias tienen niños a los que no les gustan las verduras, mientras que otras tratan con niños a los que no les gustan ciertas texturas o colores de la comida.
Estas preferencias y repulsión por cierto tipo de comida se relacionan con las características o la personalidad del niño, que son muy difíciles de cambiar.
También influyen los factores externos, como problemas en la casa o la escuela.
Cómo lograr que tu hijo no sea melindroso
De acuerdo con los expertos, un estilo de crianza más relajado, comer en familia e involucrar al niño en la preparación de la comida, reduce la probabilidad de que el niño sea melindroso.
Por el contrario, presionar a un niño para que coma, una paternidad muy estricta y ofrecer recompensas por comer, como poder ver televisión, hacen que los niños se vuelvan melindrosos con la comida.
Además, en las conclusiones, el estudio indica que lo mejor es programar horarios regulares para las comidas, involucrar a los niños en la preparación de alimentos y eliminar las recompensas, los sobornos o los castigos relacionados con la comida.
También enfatizan la importancia de apagar el televisor y prohibir pantallas de cualquier tipo en la mesa del comedor, incluidos los smartphones.
Así es el melindroso
En el estudio se indica que comer junto a su familia completa, con sus hermanos y padres, así como comer siempre a la misma hora, ayudó a reducir la irritabilidad por la comida, de la misma forma que hacer que el niño melindroso se involucre en la comida, ya sea ayudando a elegir el menú o ayudando a preparar la comida.
Sin embargo, si a los melindrosos se les permitía comer frente al televisor, o si se les recompensaba por comer ciertos alimentos, estos comportamientos influían negativamente en su manera de comer.
Este tipo de melindrosos reducía su consumo de verduras, rechazaba nuevos tipos de alimentos, consumía por voluntad propia una variedad limitada de alimentos y rechazaban los alimentos basados en la textura. También pasaban más tiempo en la mesa sin comer.
Curiosamente, el melindroso promedio era más a menudo hombre, primogénito y con bajo peso.
¿Qué no hacer?
Por encima de todo, los padres deben evitar por completo intentar forzar meter la comida en la boca de sus hijos, lo que puede tener el efecto de evitar de por vida la ingesta de ciertos alimentos.
Los expertos señalan que, aunque es normal estar abiertamente ansioso o preocupado por tener un hijo melindroso, tomar ciertas acciones puede aumentar la falta de apetito de nuestro hijo. q
Es importante evitar enfadarnos con el niño y limitar cualquier negatividad en torno a la hora de la comida enfrente del infante.
¿Qué sí hacer?
A principios de 2021, otro estudio científico, esta vez de la Universidad de Penn State, descubrió que duplicar la cantidad de verduras en un plato daba como resultado que los niños comieran un 68% más de verduras.
En sus ensayos, los académicos aumentaron la cantidad de maíz y brócoli en los platos de los niños que se sirven en una comida de 60 a 120 gramos, pero mantuvieron el resto de la comida en el plato del mismo tamaño.
Este pequeño tip podría ayudar a mejorar la alimentación de tu hijo.