Altoparlante Juan Manuel Partida Valdez Cuánto purista, particularmente desde la parte derrotada, que consideran que no hubo debate entre lo...
Juan Manuel Partida Valdez
Cuánto purista, particularmente desde la parte derrotada, que consideran que no hubo debate entre los candidatos a gobernador.
El argumento es que debimos ver puras propuestas y no señalamientos, y que no estuvo bien que criticaran más al que aparece como puntero, con el derrame cerebral de que esos ataques confirman que lleva la delantera.
Pero como dijo el Morrín, lástima Margarito.
Se debatió mucho, y bien, sobre el ser y el no ser de algunos de los abanderados, y eso es mucho mejor que escuchar los compromisos que todo mundo sabemos en buena parte son demagogia que termina en el cesto de la basura.
En las democracias más avanzadas del mundo, los debates entre candidatos se destacan precisamente por acusaciones directas, y es indudablemente el camino para que la ciudadanía conozca más y mejor sobre cada uno, para decidir el sufragio de manera más responsable y consciente.
El rechazo a que salgan los trapos sucios es por quienes quieren ocultar los que tienen su partido y su candidato.
Nos siguen matando de la risa el vapuleado Rubén Rocha Moya y sus seguidores que afirman que el morenista ganó de calle el debate, pero nadie les quita las amarguras y el evidente desánimo por la brutal exhibida a ese candidato.
Fanatismos insuperables aparte, la percepción colectiva en su gran mayoría es la de que uno de los aspirantes a la gubernatura es un traficante de influencias que nos ha mentido con enorme descaro al esconder su fortuna personal y familiar.
Lomo le está haciendo falta, y esto apenas comienza.
El postdebate lo sigue tupiendo, y Rocha no haya qué hacer para detener el escándalo de la compra de la camioneta en la que se traslada durante su campaña; un vehículo de súper lujo por el que se pagó más de un millón y medio de pesos, sin IVA.
La publicación de la factura volvió a desnudar las mentiras morenistas, y no hay maroma que sirva para evadir irregularidades evidentes que mandan al caño a esa austeridad de la que tanto presume el abanderado morenista.
De la tajante negativa inicial a la aceptación implícita del engaño y el capirucho de que “los del PRIAN roban más”.
El dizque muy honesto tampoco ha aclarado los señalamientos de tráfico de influencias con la constructora Chocosa, ni lo de la casa que uno de sus hijos tiene en La Primavera, con valor de más de diez millones de pesos.
¿MERECEN EL VOTO?
Machacones que somos, debemos advertir en el escenario nacional el valemadrismo irresponsable y hasta criminal de la cuarta transformación, cómplices incluidos.
Para matar de la risa la declaración del dirigente nacional Mario Salgado de que “en Morena no vamos a proteger a nadie”.
Un partido lleno de corruptos, de abusadores sexuales, de mentirosos y de cínicos, con un presidente que apoyado por sus levantadedos lambiscones violenta impunemente la constitución.
Vendrán los chairos de nuevo a reclamar que en Altoparlante critiquemos con frecuencia a la cuatroté, y nos adelantamos a reiterar que actuamos simplemente con responsabilidad.
Así como antes cuestionamos con fuerza a los gobiernos de Peña, Calderón, Fox y demás, así lo hacemos hoy frente al peor de los presidentes de la república de nuestra historia.
La cuarta transformación es la más grave tragedia que nos pudo haber pasado, y los mexicanos debemos actuar para mandar a sus representantes a las cloacas de donde salieron.
CULIACÁN ES CLAVE
Sigue sorprendiendo Faustino Hernández en su meteórica campaña para convertirse en el próximo presidente municipal de Culiacán.
Tiene pueblo, y se nota, con la suma de adeptos un día sí y los otros también.
No se ve cómo pueda ganar un Jesús Estrada Ferreiro que se ha distinguido de manera muy negativa como servidor público y como ser humano.
CUÁNTA RIDICULEZ
Parece competencia de idioteces la forma en que muchos candidatos hacen campaña electoral.
Quizás nos quieran dar lástima algunos aspirantes que bailan sin gracia y con dos pies izquierdos, y que destrozan canciones según ellos cantando; peor que este columnista, lo que ya es mucho decir.
La muy escasa seriedad de aparecer con homosexuales y difundir mensajes groseros, y el enfatizar una muy respetable inclinación sexual “diferente” con el llamado a votar por un color o un abanderado.
Denigrante recurso, con el falso disfraz de que son incluyentes.
No sabe uno si ponerse a reír o a llorar frente al que nos dice que “tu chiquito estará en buenas manos”, el que saca sus monedas de la bolsa de pantalón y afirma que es el “cambio”, y otro que sale de un ataúd con el dicho de que lo den por muerto si no cumple lo que está prometiendo.
Lo más grave de todo es que cada uno se cree la octava maravilla del mundo.